Carta de Cherniavsky a Luís e Maruxa Seoane. 1967
06/06/1967CONSUL ARGENTINA / DE AUDITORIA Y MANDATOS.
6-6-1967
Queridos Luis y Maruja:
Evidentemente, Uds. no están dispuestos a repetirse ni someramente en la correspondencia y, por lo tanto, la última ya la hicieron con la intención que quede como una página para ser dada a quien se ocupe de reunir alguna vez vuestros escritos.
Días pasados, estuvimos cenando con “los Lifchitz” y, cosa rara y gratificante, casi sólo se habló de Maruja y mientras voy hilvanando esta carta, me preguntaba por qué quería destacar tanto este hecho y todavía no sé si es de chismoso para provocar celos de Luis (sabrá que significa sentir celos?) o por mero placer.
Quizás ni se hizo necesario hablar de Luis, todos sabíamos que hacía, que pasó y como pasó.
Buenos Aires está, a mi sentir, muy rara en este segundo día de lucha en Israel, pocas veces la calle ha vibrado de esta manera, y me refiero bien a la calle en su total significado sin ninguna referencia a las dos colectividades.
Quizás porque pocas veces se notó tan claramente como los peones eran movidos con terrible facilidad por esos dos gigantes y todo el tablero era de barro.
Hace frío en el centro, en los barrios, en los teatros, en las galerías, salvo la muestra de tantos y tantos Figaris juntos.
Cuándo vuelven?
Esta frase está llena de envidia. Vuestra última carta es para preguntar cuantos semestres se quedan?
A veces me pregunto porque sin haber luchado los argentinos actuamos como si estuviéramos cansados de luchar. Ni siquiera un rumor, una queja de un político, de un universitario o un sindicalista.
En una pequeña localidad chaqueña, una nena de 10 años al cuidado de sus hermanitos menores, mientras sus padres y hermanos mayores, atravesó 4 veces el rancho en llamas para sacar de a uno por vez y en brazos a sus hermanitos. Es lo mejor de los últimos días sobre el género humano.
[Manuscrito:] Cariños de Julia y míos
Isidoro