Proxecto epístola

Agrupación de coleccións epistolares para a páxina institucional do Consello da Cultura Galega.

Domingo, 12 de mayo 1963

Querido Seoane:

Recibí su carta del 30 de abril –que debe haberse cruzado con una mía del martes 16 de mismo mes–. Allí, en mi carta, después de darle noticias de la iniciación de nuestra temporada artística y de las sombrías perspectivas que nos deparaba nuestra absurda y confusa situación política, le prometía para una próxima carta hablarle de Biografía Precoz1de Evtouchenko –que leí con verdadero interés y deleite. Pero las cosas de aquí están cada vez más enredadas y sería absurdo que pierda y le haga perder tiempo con comentarios que Vd. debe adivinar, pues que en este aspecto (el que sirve de leit motiv a la biografía de Evtouchenko –y que constituyó repetido tema en las Memorias2 de Ehrenburg) siempre hemos coincidido. En la interesante interviú que en Letres francaises precedió a la dicha biografía precoz, dice Evtouchenko que el hombre comunista tiene la obligación de denunciar el error donde lo descubra (y más si se trata de fraude o mala fe) y con más razón –dice– debe hacerlo el poeta–sin preocuparse del uso que de esa denuncia puede hacer el enemigo. Y así es, en efecto. Con el pretexto de cuidarnos de servir al enemigo, se pretende –a menudo con mala fe– de acallar una crítica justa –sin darnos cuenta que con ello hacemos un doble daño: el de ocultar una verdad y el de provocar la sospecha en cuanto decimos después. En este sentido, talvez el aspecto más vulnerable que ofrece la obra de Ehrenburg es el de haber callado cosas que no pudo ignorar y que debió denunciar. Pero dije que no iba a hablarle de esto. Ya tendremos ocasión de hacerlo en otro momento más propicio que éste que estamos viviendo aquí, en nuestro país. Estamos acercándonos a grandes pasos a un gobierno militar y no sería extraño que esto suceda mañana mismo, antes de que tenga tiempo de despacharle esta carta. Y lo peor es que no hay perspectiva de evitarlo, ni posibilidad. Los partidos (y esto es algo más de lo mucho que le debemos a Frondizi) están divididos y desarticulados, sin saber para dónde enderezar; y algo parecido le pasa al movimiento obrero, internamente dividido por intereses de fracción y gobernados por dirigentes venalles –y en el mejor de los casos, cobardes– Todos los días leemos nuevas proclamas y declaraciones –que casi siempre sólo sirven para disimular intenciones. A menos de 2 meses de la fecha señalada para las elecciones, Rauch se descarga con un memorial en el que exige –como condición para posibilitar las mismas– aparte del cambio de todo el equipo civil de Gobierno, la modificación de todos los códigos, y no sé cuántas cosas más. Todo esto sería para reír si no fuera tan trágico. Un ex-diputado radical amigo, el doctor Carlos E. Cisneros, me recordaba hace apenas algunos días, a propósito de lo que nos está pasando, la envidia conque no hace aún más de un par de décadas le hablaban de nuestro país en los demás de latinoamérica... Y pensar que ahora, hasta en el Congo africano le hablaron despectivamente de la Argentina al ingeniero Casella en un viaje que acaba de hacer no hace más que algunos meses. Y a la descomposición de los partidos se una la falta de hombres que puedan significar siquiera una esperanza. La desorientación, el desconcierto, son totales y sólo Dios sabe cuándo saldremos de esto –y cómo!–. Entretanto el pueblo sigue inconmovible, indiferente a todo –como si en este juego nada tuviese que ver: una insensibilidad y una indiferencia que alarman. Creo que somos uno de los pocos países donde el asesinato de Julián Grimau ha pasado casi inadvertido. Solamente una protesta del Centro Gallego y de una agrupación republicana; y nada más. Ni una protesta de nuestra prensa aborregada –que apenas si se hizo eco (y nada más que por un prurito profesional) en la sección de lo telegramas de las muchas protestas habidas en el extranjero –sobre todo, en países de Europa–. Me imagino de la magnitud de éstas, que han obligado a Franco a prometer que en lo sucesivo esos juicios van a ser sometidos a jueces civiles y no militares. Después del asesinato, la burla. Entre las pocas cosas que se han filtrado en nuestros diarios, es interesante la carta que le ha dirigido a Franco el doctor Galarza al día siguiente creo del fusilamiento de Grimau. Ah, si tuviésemos aquí gente de ese coraje!.. Pero para qué derramar inútiles lágrimas cuando lo que se necesita es el valor de arrojar piedras. Que es el que nos falta.
Ya ve Vd., querido Seoane, mientras Vd. y Maruja deambulan por esas calles de Ginebra, la calvinista, a la busca de Dios, nosotros aquí lo andamos buscando para que nos salve: Y como en el caso de Vds., no lo encontramos –o, como en la filosofía kafkiana, se nos cierran los caminos cada vez que más parece que nos aproximamos a Él. Dios te busca!, se titula, según su carta, el folleto que le entregó la salvacionista suiza en el día de Semana Santa que a Vd. y a Maruja se les ocurrió la peregrina idea de buscar a Dios... Y si fuera que no nos busca en realidad, por qué en su estúpida vanidad de Todopoderoso para nada nos necesita? De todos modos, gracias por el paseo a través de calles y vidrieras de Ginebra que con Vds. he hecho. Y si en esto estuviera la razón de ser de Dios? Un pretexto nada más para buscarlo y así buscarnos?
Y aquí voy a terminar. Deseamos saber cómo le va a Vd. en sus cosas y cuáles son sus perspectivas, aunque confiamos en que todo les andará bien –como Vd. y Maruja se lo merecen–.
En lo que a mi se refiere, estoy cada vez más acorralado por preocupaciones de orden profesional –que de nada provechoso me proveen y sí sólo de dolores de cabeza que no me dejan tiempo ni lugar para pensar en cosas mejores. Y lo peor es que creo q’ como las del país, no tienen salida (por lo menos visible).
Aída, que recibió la segunda carta de Maruja, tenía el propósito de escribirle; pero, desgraciadamente, no está ahora en las mejores condiciones de ánimo para hacerlo: van a hacer para dos semanas que se le ha agravado la sordera –y ahora de ambos oídos. Está en tratamiento y esperemos que, en el peor de los supuestos, todo esto no vaya más allá de la necesidad de usar de audífonos. Mientras tanto, casi no salimos. A los amigos tampoco los vemos casi. Esperemos, sin embargo, q’ todo se andará y que nuestros males no duren los cien años del pronóstico popular...
Gracias, Seoane; gracias, Maruja, por vuestras hermosas cartas. Sigan escribiéndonos y téngannos al tanto de cuanto les acontece. Aquí los extrañamos.

Abrazos, etc.

Scheimberg

Ah, espero la tapa para mis Cartas europeas, 1958. –Vale–.

1. O autor refírese á obra Autobiografía precoz de Eugène Evtouchenko
2. Trátase da obra Gentes, años, vida: Memorias, 1921-1941 de Iliá Ehrenburg.

Ficha documental [Imprimir]
  • Forma parte do conxunto:
  • Fondo: Luís Seoane depositado na Fundación Luís Seoane.
  • Data:
    12/05/1963
  • De:
    Simón Scheimberg
  • Para:
    Luís Seoane
  • Ficha descriptiva:
    [Carta mecanografada con firma autógrafa e correccións manuscritas]
  • Localización física:
    Fundación Luis Seoane
  • Termos clave: