Proxecto epístola

Agrupación de coleccións epistolares para a páxina institucional do Consello da Cultura Galega.

Carta de Seoane a Shand. 1967

14/04/1967
Luís SeoaneWilliam Shand
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Madrid, 14 de abril de 1967

Sres. Susana y William Shand
Buenos Aires

Mis queridos amigos:

Hoy es 14 de abril, mañana seguramente echaré esta carta al correo, pero tengo que decirle a un amigo de alguna manera que hoy es un día que los españoles debieran festejar y que, sin embargo, al parecer, muy pocos de ellos recuerdan. Hoy hace 36 años se proclamó la Segunda República en España. Fue un día de fiesta como recuerdo muy pocos. Quizá la liberación de París, o el día 28 de junio de 1936, cuando Galicia celebró el triunfo de su plebiscito por la Autonomía. En este día en los montes de Galicia, se encendieron hogueras conmemorativas y las gaitas, con tambores y bombos, desfilaban en grupos por las calles. El pueblo acrecentaba con leña las llamaradas de las hogueras y las gentes iban y venían abrazándose. Todo aquel fuego de las montañas parecía encendido para quemar en él todo el mal pasado y todos los rencores históricos. Era como un fuego de San Juan que preservase a Galicia de futuras brujas centralistas. Aquella fue una fecha alegre que se extendió a poco menos de un mes. La otra, la que hoy debiera conmemorarse, duró unos pocos meses más de cinco años. Yo era un joven estudiante que había conocido ya la persecución y que había aprendido a repasar mis libros de texto y mis apuntes entre huelgas. El día 14 de abril salimos en columna de la Universidad donde nos concentramos obreros y estudiantes, hacia el edificio de correos en el centro de la ciudad y juntos izamos la bandera tricolor. Fuimos un compañero estudiante de medicina y yo, estudiante de derecho, quienes primero la izamos. La ciudad fue Santiago de Compostela, una ciudad maravillosa, pero levítica de donde procede parte de mi familia, y las mujeres envueltas en grandes mantos negros con el rosario en la mano y el libro de rezos se hacían cruces. Veían en nosotros al diablo. Las que se llaman fuerzas vivas no daban señales de vida. Los guardianes del orden estaban desorientados. No podían imaginarse cambio alguno y veían en los triunfadores a los que ellos suponían delincuentes de ayer. Algunos habían sido duros e injustos con nosotros. Pero estábamos alegres y dispuestos a olvidarlo todo, y si ahora pienso que si en aquella fecha no lo abrazamos, era por que ellos de alguna manera se sentían culpables y nosotros, aún en nuestra alegría aún perdonándolos, los sabíamos tales. Mucha gente que hoy anda por la calle debió sentir entonces lo mismo que yo, pero no encuentro en gesto alguno una señal de que con esta gente de mi edad que hoy veo en Madrid hubiese habido un día de comunión, de alegría y esperanza común. Miro a los ojos de todos, y nada. Tienen los ojos de un día cualquiera. Siento una enorme pena por aquel sueño colectivo perdido, por tantos años inútiles, o que así me lo parecen y así se lo escribo a ustedes, a quienes me había propuesto escribirles sobre otras cuestiones. Pero, ¿qué museo, obra de arte, monumento arquitectónico, puede alcanzar la grandeza de todo un pueblo cantando un himno, festejando un triunfo realmente popular, conmemorando pacíficamente un porvenir que se espera, de felicidad? Yo no he podido volver a ver jamás un espectáculo como aquel de las montañas que rodean La Coruña con las hogueras encendidas en sus cimas cuando ya la noche había envuelto la ciudad, el 28 de junio de 1936, ni a tantos hombres y mujeres cantando por las calles de 14 de abril de cinco años antes. ¿Quién puede pintar esto? ¿Quién puede describirlo en su grandeza habiéndolo vivido? Ya lo sabemos, La guerra y la paz se escribe siempre mucho después. Quizá dentro de medio siglo o más surja La guerra y la paz, o La Ilíada. Hasta ahora sólo se pueden relatar recuerdos. Esta nostalgia de hoy, un día de lluvia en Madrid que debiera ser de sol y de fiesta, se lo brindo a ustedes. Han pasado muchos años y parece que nadie es feliz ni tienen esperanzas. Me parece notar, sin embargo, que hay menos viejas vestidas de negros que pasan las cuentas del rosario por la calle. Escríbanme.

Un gran abrazo de Maruja y mío para los dos, para Bernardo y los amigos:

[Seoane]

Nota: Después del 10 de mayo estaremos en Asturias en casa de mi hermana, escriban a: Luis Eguiburu (Para Luis Seoane)
La Calzada (Farmacia)
Gijón. España.
Y a principios de junio en La Coruña a: Luis Seoane
Cerámicas del Castro
Osedo. Sada
La Coruña. España

Ficha documental [Imprimir]
  • Forma parte do conxunto:
  • Fondo: Luís Seoane depositado na Fundación Luís Seoane.
  • Data:
    14/04/1967
  • De:
    Luís Seoane
  • Para:
    William Shand
  • Orixe:
    Madrid
  • Destino:
    Nova York
  • Ficha descriptiva:
    [Carta mecanografada]
  • Localización física:
    Fundación Luis Seoane
  • Termos clave: