Proxecto epístola

Agrupación de coleccións epistolares para a páxina institucional do Consello da Cultura Galega.

Buenos Aires, 14 de octubre de 1969

Sr. D. Isaac Díaz Pardo
El Castro

Querido Isaac:

No conozco al tío de Arranz, tengo noticias de que no se portó demasiado bien con Jorge, pero es posible que estas noticias no sean correctas. Ayer, efectivamente, llamó por teléfono cuando no estaba yo en casa. Es posible que lo haga hoy. No me molesta que este señor me hable. Creo que hay que buscar una solución a este asunto y quizás pueda ocurrírsele algo. Nos alegró mucho la noticia de Rosendo, creemos que pasó la parte más difícil del ingreso en arquitectura según es fama. A Camilo parece que también le va bien en La Plata y está contento con su nuevo domicilio y de sus compañeros. Nosotros estamos edificando aquí, en la terraza, haciendo una galería con techo correspondiente, etc. casi un departamento, 36 metros cuadrados cubiertos y divididos en dos ambientes, uno que agranda el living y otro el estudio. Llevamos más de un mes en obras pero creo que va a quedar muy bien. Estos días tuvimos como obreros dos alemanes, un portugués, dos italianos, dos paraguayos, un polaco y un argentino, ningún español, y todas estas nacionalidades representan a todos los gremios, herreros, carpinteros, albañiles, pintores, etc. Estamos cansados de obra y sin poder hacer nada. De la revista Chan recibí dos o tres números desde que salí de ahí. Pagué la suscripción por un año y por avión y o no la mandan o pasa algo con el correo. Más bien pienso que no la mandan, pues el correo ahora funciona regularmente. Ya veré, pues, ahí los números. No vi ninguno de los dos números dedicados a Sargadelos. También me escribiste de otro artículo en otro número. Y en cuanto a Ferreiro, ya que dices que llegó a conocimiento de los jóvenes mi inquina, te mando copia del origen de ella por si te queda alguna duda sobre su moral y oportunismo. Yo no aspiro a nada políticamente, pero trato de ser justo en estas cuestiones y prefiero un enemigo provincial de sindicatos en la provincia de La Coruña, que me ofrecieron el 36 y ahora sería un mandamás encanallado. No acepté, –como no aceptaron otros– porque no podría levantar más la cabeza de vergüenza y porque no podía además hacerlo cuando mis compañeros iban a la cárcel o morían. Yo mismo estaba escondido. No olvides que en ese momento fui un abogado muy joven y a quien le auguraban un porvenir en su profesión. Por eso mismo no perdono y si perdono lo hago con condiciones. Los jóvenes pueden seguir a un hombre cualquiera, caudillo o poeta, aunque éste sea loco o un idiota. Esta es la ventaja nuestra que si nos creemos jóvenes, o lo somos en algunas cuestiones, no lo somos en tiempo. Hemos vivido más y es más difícil engañarnos. A mí no puede engañarme Ferreiro que muerde la mano del amigo que le ayudó y llama cobarde a quien no lo era cuando él probó serlo. Ellos pueden decir de mí, o de otros como yo, que vivimos con los muertos. Sí, es verdad, aparte algún familiar, por entonces cayeron algunos de mis amigos más queridos y siempre están conmigo. Eran idealistas que supieron morir, otros fueron a la cárcel por años y otros sufrieron humillaciones. Yo tuve suerte y perdí todo lo que quería. Los que traicionaron pueden cambiar, ya lo sé, pero que sientan vergüenza y no juzguen a los que se mantuvieron íntegros. Nadie puede juzgar conductas, y, menos que nadie, los poetas de Lira bélica uno de los cuales es Celso. Ya sé que la gente cambia, ¿Por qué el falso Gulliver que parece haber cambiado, no espera que cambien los “enanos” de la emigración? Me tiene sin cuidado lo que piensen los jóvenes con respecto a esto. Me siento joven, traté de serlo siempre y por esto mismo nunca halagué a las gentes por su edad. Pero si son de verdad jóvenes que no hagan cantos sentimentales de viejas, ni tomen por auténticas a gentes que jamás probaron serlo. Son jóvenes y mantienen relaciones con tipos gansters como V[alentín] Fernández, camaleón político. Prefieren esa relación a la nuestra, seguramente porque en muchos casos fuimos enemigos de sus padres, de nuestra misma generación y pesa en ellos la versión de éstos sobre lo ocurrido. Les molesta, en el fondo, nuestra línea de conducta y a mí me importa poco el color del ideal que defiende cada uno, sino la conducta del que lo defiende. Quien pregunte por mí que se remita a las publicaciones de la época y a todo lo que hice, muy poco desde entonces; a Nós por ejemplo en una entrevista de Álvaro de las Casas hecha a estudiantes cuando yo era uno de estos . No creo haber cambiado demasiado. Y en cuanto a los jóvenes allá ellos, no tengo por qué creer que tienen razón solamente porque son jóvenes. Ahí te va el poema. Fue publicado en Lira bélica (antología de poetas de guerra) de José Sanz y Díaz (págs. 164 y 165), Editorial Santaren, Fuentes Dorada 27, Valladolid, 1939.


Prisioneros

Van llegando los vencidos, Los vencidos van llegando, doblados, sucios los cuerpos
llenos de lacras y harapos.
Por la carretera blanca,
van llegando, van llegando.
Grutas de miedo sus ojos,
temblor de duda sus pasos.
Los odios de sus mentiras
ya se han amortiguado.
– ¡Camaradas, tengo hambre!.
– ¡Camarada, estoy cansado!.
– Ven y descanse el amigo.

¡Toma y hártate, hermano.
¡Les damos pan y sonrisas,
les damos luz y pan blanco!
(Ay, el blanco pan de Dios,
ay, el blanco pan ganado
con la sangre de la lucha
con el sudor del trabajo).

Por la carretera blanca,
Los vencidos van llegando,
Poco a poco, poco a poco,
lentos, hundidos, doblados.
En la sombra de sus rostros,
huellas de hambre y cansancio
de horas febriles, muertas
y cabellos despeinados.
Ya no hieren los rencores
En los pechos apagados.
En las ruinas sagradas
les esperan los soldados:
Sonrisas de caballeros,
abiertos en cruz los brazos:
– Venid, los hijos perdidos,
venid aquí, descarriados.
¡La sangre de nuestros héroes
os tiene recuperados !.
La Patria –al fin es la Madre–
os extiende ya sus brazos.
– ¡Viva España, camaradas!
¡Camaradas, viva Franco!


Van llegando los vencidos,
los vencidos van llegando!.


Celso Emilio Ferreiro Minguez.


Puedes enseñársela esta carta a cualquiera, joven o viejo, quien quieras. Por mi parte no tengo de qué avergonzarme. Continúo siendo el mismo. No cambié fundamentalmente desde 1929.
Se publica lo de Castelao. Ya está en la imprenta y hoy te mando Otros relatos furtivos. Lo de Castelao sólo puede publicarse aquí. Ya lo leerás. Un gran abrazo de Maruja y mío para Mimina, para ti, Rosendo, Xosé y saludos para José Luis, Ángel, Marentes, etc. Y en especial para Mariluz. Otro muy fuerte de:

Seoane

Ficha documental [Imprimir]
  • Forma parte do conxunto:
  • Fondo: Luís Seoane depositado na Fundación Luís Seoane.
  • Colección: Isaac Díaz Pardo e Luís Seoane
  • Data:
    14/10/1969
  • De:
    Luís Seoane
  • Para:
    Isaac Díaz Pardo
  • Orixe:
    Bos Aires
  • Destino:
    O Castro [parr. Osedo, conc. Sada]
  • Notas:
  • Termos clave: