Proxecto epístola

Agrupación de coleccións epistolares para a páxina institucional do Consello da Cultura Galega.

Buenos Aires, 7 de febrero de 1972

Sr. D. Isaac Díaz Pardo
El Castro

Querido Isaac:

Recibo tu carta del 23 y también te contestaré por orden.
Corredor Matheos: En tu carta anterior me escribes sobre una exposición de arte gallego en Barcelona y te contestaba que nunca fui partidario de las exposiciones colectivas. Esta fue una posición mía de toda la vida y es algo que se conoce muy bien en el ambiente artístico de Buenos Aires, donde no participé jamás en esta clase de exposiciones sino únicamente cuando ellas tenían finalidad política. Se publicaron algunas veces mis razones. Una exposición colectiva podía hacerse en el siglo XVIII o XIX, o mejor si quieres desde el renacimiento, cuando el arte obedecía a determinados cánones, existían primero talleres y después academias donde se formaban artistas siguiéndolos y no había entre ellos más lucha que la competencia para la consecución de encargos. A partir de finales del XIX todo cambió en arte, se rompió con los cánones y nacieron diversas escuelas y movimientos artísticos, en profusión a mediados de éste siglo. Una exposición colectiva resulta, pues, por su heterogeneidad, una especie de bazar sin objeto que únicamente sirve para desorientar al público. (La única vez que pude realizar una exposición colectiva fue cuando vosotros, Maside, Laxeiro, tú, etc., expusisteis en Bs. Aires y logré, en lucha con los directivos de aquí, que les parecía poco seis artistas, y con los amigos de ahí, que la muestra se redujese a un grupo).
Intermedio. Siempre supuse que todo esto estaba claro entre nosotros. Si ahora participo en la exposición de serigrafías es porque cuando me las encargaron no me dijeron que harían exposiciones de este tipo y luego de programadas yo no podía ser una excepción planteando problemas a algo hecho. En cuanto a mi participación a la muestra de Lugo ahí te remito una fotocopia de la carta tuya en la que te refieres a eso. También poseo las dos cartas de D. Ramón Varela Méndez, presidente del Círculo de las Artes, a las que contesté el 2 de Junio del 64, aceptando luego de la insistencia de él y de Valentín, desde Vigo, en carta del 20/V del mismo año. Como puedes notar si mi mesa de trabajo aparenta desorden, funciona bastante bien mi archivo. Nunca te he pedido nada que se refiera a exposiciones, no tuve necesidad de hacerlo, únicamente en una oportunidad te solicité que le escribieses a Gaspar de Barcelona para una y él contestó que no podían hacerla por lo que fuese. Te ruego, pues, que no me pases cuentas que no debo. En cuanto al Ing. Díaz le conocí en la biblioteca del C[entro] Gallego presentado por Eduardo Blanco Amor y me encargó los trabajos que hice para el C[entro] Lucense, el óleo de gran tamaño, la decoración de las baldosas de un patio interior y los bocetos para Arranz, porque conocía los trabajos que yo había hecho para Goldstein y Aslán y sobre todo por el éxito del mural del T[eatro] San Martín, y no porque tú se lo aconsejases como ahora me dices. Luego te lo presenté yo a ti en Magdalena un día que fuimos a la fábrica. Todo esto lo recuerdo perfectamente y también lo recuerda él, a quien se lo pregunté sin decirle naturalmente el por qué. Te escribo esto de paso, como tú me escribes a mí, y porque no me gusta aparecer como deudor de favores que no recibí. Además en el caso tuyo y mío supongo que estamos colaborando desde hace años en algo superior a todo esto, con discusiones a veces violentas, pero colaborando, y no debiéndonos nada el uno al otro pues cada uno aporta lo suyo. En septiembre pasado, tengo en mi libreta, hablamos con Corredor Mateos de la posible exposición en el Carlos Maside, de Artigas, de Miró y Artigas, de algunas que se realizasen en el Colegio de Arquitectos de Barcelona que a él le pareciesen interesantes y de una posible política de intercambio cultural de la periferia peninsular. No apunté nada ni recuerdo que se hubiese hablado entre nosotros sobre una exposición colectiva de arte gallego. Hablamos, eso sí, de una muestra de proyectos de la ciudad de las rías de Albalat. Desde luego nada del traslado de las obras del C[arlos] Maside, cuya primera noticia, asombrosa, me la das en esta carta que contesto del 23/ Con el argumento de que si el Bauhaus pudo trasladarse, etc. 1º. – El Museo Carlos Maside está haciéndose, no es aún el Museo que proyectamos y soñamos. 2º– Los museos no se trasladan. Los únicos traslados que conozco se efectuaron en casos de fuerza mayor, en casos de guerra para esconder las obras, etc., y así pudieron exponerse las obras del Museo del Pardo en Ginebra y las de Viena y Munich en París y Londres al sacar las obras de sus escondrijos y mientras se reparaban sus edificios. 3º– El Museo Bauhaus se constituyó a partir de las muestras realizadas en 1969 y 1970 en algunas ciudades europeas y americanas que reunía colecciones hasta entonces de autores o sus descendientes, de particulares y del Estado alemán. Bastantes de esas obras habían estado diseminadas por el mundo como producto de la persecución. En cuanto a exponer la obra del Museo en el Círculo de las Artes de Lugo continúo de acuerdo, pues se trata de Galicia, no de que nos juzguen en el exterior por algo que está haciéndose.
Museo.– La exposición de Clavé estaba proyectada por nosotros a continuación de la de Solana. No pudo ser porque Gaspar te escribió dándote sus razones. Ahí se me dijo que enero y febrero eran muy malos meses por el invierno y supuse entonces que podrían iniciarse las actividades en marzo. Si el 23/I cuando tú me escribes, Gaspar no había enviado aún las obras no comprendo por qué tenías que escribirle de esto a Gaspar. Si éste las envía en febrero tiene que exponerse o a fines de este mes o en marzo, pues hay que hacer propaganda y catálogos. Lo único reprochable en mí es el no habértelo participado. Espero que tú no tengas nada que reprocharte en cuanto a olvidos.
Pileta. – Efectivamente, como a ti, la denominación pileta a mí tampoco me gusta. Pero las otras que se usan no son exactamente eso. Estanque, supone agua permanentemente estancada, y piscina la existencia de peces. Quizá podría ser pila, de donde viene, que significó también lugar donde las gentes se bañaban aparte de sus otros significados religiosos, para depósito de agua bendita, para la sumersión del bautismo en el primitivo cristianismo, etc. Podría llamarse Pila do Xunco. Mejor que con el nombre del lugar, Rato, que lo disminuye. Lagoa indica laguna que viene a ser lago pequeño, etc. En la carta anterior no me decías que se trataba de una pileta para competencias deportivas, pues tanto el Ing. Díaz como yo sabemos, que tiene que ser rectangular y yo lo sé no porque me hubiese ocupado de averiguarlo, pues nunca me interesaron las piletas, sino por esa cultura supletoria que se adquiere en los cines. Ya le hablé al Ing. Díaz hoy mismo, pues estuvo aquí cuando había comenzado a escribirte ésta y le leí el párrafo de tu carta.

Ejecutivo. Me doy perfecta cuanta para la dificultad de encontrar una persona capaz de ese cargo en una empresa y lo cansador que debe ser realizar esa especie de examen necesario del candidato.
Bueno, creo que contesto todo lo referido a tu carta última. En esta respuesta la acidez que puedes notar nace de tus afirmaciones inexactas, que, por mi parte, hubiese querido no hubiesen sido nunca formuladas, pero habiéndolo sido conviene aclararlas. Por otra parte me dio lugar a revisar nuestra correspondencia de alrededor de 15 años, pareciéndome, pasado tanto tiempo y leída fríamente, bastante interesante.
Tomás Mariño. – Parece que fue un precursor de la aviación. Procede del Ayuntamiento de Xove, entre Vivero y Cervo y falleció en 1880. Realizó algunos proyectos de navegación aérea, algunos de ellos cuales mantenían principios muy actuales. A principios de este siglo se expusieron esos proyectos. Alguien de Vivero debe saber algo de este personaje, o en Galicia. Creo que el asunto es muy importante y debe averiguarse. Yo hice esta ficha hace años y no recuerdo de donde procede. Estaba estudiando inventores, mecánicos, relojeros, etc., para notas radiales y de Tomás Mariño nunca logré más datos que éstos que te doy.
Quizás tú puedas encontrar alguno más. Puede ser interesante reivindicar su figura cuando se acerca al siglo de su fallecimiento y que lo haga alguien como tú que te interesas de cuestiones mecánicas.
José María Cao.– Estoy consiguiendo más datos sobre él. Pronto te enviaré la monografía. Esto es todo por hoy. Trata, como trataré yo, de no dejarte por el minifundio mental heredado de nuestra condición gallega y recibe un fuerte abrazo de Maruja y mío:

Seoane

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