Proxecto epístola

Agrupación de coleccións epistolares para a páxina institucional do Consello da Cultura Galega.

Carta de Laxeiro a Villafinez. 1965

11/02/1965
LaxeiroIsidro NonellBenjamín PalenciaDarío de RegoyosGuillermo SolanaDaniel Vázquez DíazL. M. Villafínez
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Buenos Aires, 11-2-65

Carta abierta al pintor Villafinez
Amigo Villafinez:

Siempre te he tenido presente en mi memoria, eres la persona a quien más respeto y quiero en Galicia, y prueba de ello es esta carta que te escribo.
Villafinez, pronto cumpliré cincuenta y siete años de gran voluntad; como pintor aún tengo que decir muchas cosas y en ello estoy trabajando más que nunca. Este año tengo proyectado un viaje a Europa en compañía de mi secretaria y marchand. Expondré en Roma, luego en Madrid, Barcelona y Bilbao; en este itinerario también estaba Galicia, en Santiago de Compostela, ya que en Compostela fue donde hice mi primera exposición en la Noche de Santiago y una interviu que le hicieron a mi mujer en el diario de Pontevedra, esto último lo pensaré.
Habrás observado que siempre, la mayor parte de las notas publicadas en los diarios de Galicia hablan de mí, eso, de mí, pero nunca del pintor Laxeiro; es que hablar de un pintor como pintor es jugarse seriamente, por lo menos hay que tener dos condiciones: primero, saber que es la pintura por la pintura, segundo, conocer a fondo el ser humano; cuando los que escriben sobre un pintor les falta conocimiento y no son psicólogos caen en lo pintoresco y anecdótico: hablan de Laxeiro con melenas, de Laxeiro barbero, de Laxeiro bohemio; ahora según el Diario de Pontevedra y La Noche de Santiago, ya soy algo más que un tipo pintoresco, soy así como el hijo pródigo de Galicia, llegan ya a meterse en las cosas más íntimas de mi persona.
Quiero decirte que estoy terminando de escribir una pequeña biografía tuya que firmaré con el pseudónimo Don Ramiro, para ello pedí tu fotografía, la que ya tengo aquí; es un monólogo, tú eres el único personaje, creo que me está saliendo muy bien; escribir es mi hobby favorito; hubo quien dijo que yo “era incapaz de escribir dos renglones que tuvieran hilación, que había un amigo malo que me dictaba”; pues claro que sí y es un campesino de Lalín que se llama José Otero Abeledo.
Te supongo enterado de mi exposición en Madrid en mil novecientos sesenta y dos; he tenido un gran éxito de crítica y varias de mis obras fueron adquiridas a precios muy respetables, las que figuran hoy en colecciones particulares en la Capital de España; además en esta ocasión, la crítica de Madrid organizó una exposición en París en la sala Charpentier titulada Cincuenta años de pintura figurativa española y yo fui uno de los treinta seleccionados al lado de Solana, Regoyos, Vázquez Díaz, Nonel, Benjamín Palencia, etc. Todas estas alegrías me las da una crítica seria y profunda de mi obra; esto es constructivo en la vida el artista que trabaja seriamente y que entrega toda su vida al arte. He aquí el fundamental motivo de encontrarme en Buenos Aires. El artista necesita vivir en un ambiente de comprensión para su obra y este siempre me acompañó en esta Capital argentina. Cada día que pasa, estoy más convencido de que mi estancia aquí fue mi salvación como pintor, y justo llegué en el momento que se iniciaba en este país el más grande movimiento pictórico de Hispanoamérica. Fui bien recibido por la crítica y lo mismo por los pintores consagrados que por los artistas jóvenes; en todo momento han demostrado admiración por mi obra y simpatía por mi persona y es tan cierto esto que la actualidad, siendo gallego, soy el vicepresidente de la Sociedad de Artistas Plásticos Argentinos, la que agrupa a más de tres mil socios. Ahora yo me pregunto: ¿Por qué en la Capital argentina y en la Capital de España lo que interesa es mi obra y no mi melena, mi bohemia y mi vida particular?
Bueno, ahora quiero saber algo de tu vida: tú eres un ejemplo de vocación como artista; nadie como tú a los setenta y dos años tiene tan merecido el gran homenaje popular de un pueblo. Dime, ¿cómo vives? Cuéntame. ¿Un pintor puede vivir ahora en Galicia desahogadamente? Cuando yo estaba ahí, era trágico vivir de la pintura; a pesar de ello el pueblo gallego será grande por sus artistas, nunca por sus cotillas.

Un fuerte abrazo de tu fiel amigo

Laxeiro

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