Proxecto epístola

Agrupación de coleccións epistolares para a páxina institucional do Consello da Cultura Galega.

Buenos Aires, 5 de febrero de 1948
Sr. Francisco F. del Riego
Vigo


Querido amigo:

Hace mucho tiempo que te debo respuesta a tu última carta, con fecha de hace ya bastantes meses. Fuí dejando la contestación por motivos distintos pensando hacerlo a cada instante y no lo hice, más por falta de ánimos, por depresión, que por cualquier otra razón justificable. Pero todo esto nada tiene que ver contigo, ni con todos los demás amigos de ahí, sino conmigo mismo y es por tanto inútil escribir de ello. Tambien le debo una carta a Maside, a quien escribiré uno de estos días.

Leí tu artículo sobre pintura gallega, que aún está por publicar esperando que la revista tenga espacio libre de cuestiones internas del Centro Gallego, de modo que pueda dedicársele casi por entero el número. Las copias fotográficas son en general muy malas y algunas no pueden reproducirse porque sería inútil, las mejores son las de Maside y Laxeiro y las peores las de Pesqueira y Torres que no dan la menor idea de las obras. También recibí por Prada las de Prego. Tu artículo lo encontré justo y acertado, pareciéndome bien enfocado el problema de la pintura gallega actual de Galicia. Los cuadros de Maside deben de ser expléndidos (sic) por lo que se puede deducir de las fotografías y tambien deben de ser muy buenos los de Laxeiro. Pero, ¿qué ocurre con la pintura de Díaz Pardo y de Prego? Desde aquí es muy dificil comprender los elogios que algunos les tributan. A mi me parece un tremendo salto atrás en la pintura gallega actual. Todo el esfuerzo de la generación anterior a ellos para marcar unas características propias, el esfuerzo de Maside, Colmeiro, Souto , Francisco Miguel , etc., buscando nuevas formas, entroncándolas con el paisaje y el arte tradicional nuestro que floreció en el medioevo, las conquistas de la pintura de nuestros días en el resto del mundo, parece ser olvidado por esos dos pintores. Quizá cambien. A mi personalmente me interesa la juventud de ellos y la inquietud que puedan tener.

En la exposición de Arte Español de Buenos Aires , donde lo único que se destacaba con gran ventaja sobre todos era Solana , ví los cuadros de Sotomayor , Julia Minguillón , de Mosquera , de Juan Luis , que me parecieron falsos y malos. Todo esto no tiene nada que ver con la pintura ni con Galicia o el espíritu gallego, es pura cháchara pictórica, mala retórica, aquella de que estábamos tan hartos. Parece que vuelve a campear la pintura de las exposiciones regionales de Bellas Artes , o de la Sociedad Económica de Santiago de Compostela y va a terminar por resultar gran maestro aquel González Blanco , el hermano de “Mandingas”, santo auxiliar de Derecho Canónico. ¡Qué gran exposición se podría hacer con las obras de Colmeiro, Maside, Souto, Laxeiro, Francisco Miguel, Palmeiro (un pintor de Betanzos que hace veinte años reside en París y que expuso este año en Buenos Aires) etc., y las esculturas de Eiroa ! En el arte de todos ellos se destacan características nuestras, profundamente gallegas y se abren nuevos caminos para el futuro. Realizan una pintura abierta y generosa que tiene poco que ver con la pintura aprendida en los museos. Una exposición así, excluyente, llamaría la atención aquí y en cualquier parte donde se realizase. Hay que haber visto la exposición de Arte Español de Buenos Aires para darse cuenta de que Galicia es hoy, con esos nombres que te cito, uno de los centros de la pintura peninsular. Lo único malo para esta generación es que solo unos pocos ven esta pintura, tú entre ellos, los demás, los ya hechos hace años, el grupo de eruditos de Orense y Pontevedra con otros méritos reconocidos por nosotros, se han dejado influenciar por las estupideces sobre arte por ejemplo de Risco , y solo han tenido pasión por la prehistoria, los archivos y los museos. Nunca se detuvieron a ver, al márgen de los datos históricos, la maravilla de nuestras catedrales, de la escultura medieval gallega y del arte popular de nuestra tierra. Para ellos no tuvo sentido aquella frase profunda de Murguía hablando del pintor gallego en general: “Hay un elemento de originalidad poderosísimo, que le obliga a buscar por sí solo lo que desea y a realizar por los propios medios aquello con que sueña.” Tienen todo esto tan olvidado como tuvieron, hasta hace poco tiempo, la literatura de los cancioneros. Hizo falta para Galicia que se originasen cambios profundos en la pintura del mundo para que apareciesen los pintores gallegos, lo mismo que ocurrió con la literatura del siglo xix. Y lo que pasó con Galicia ocurrió, por ejemplo, con Bretaña. Los países célticos estuvieron mudos y encerrados en sí mismos desde la Edad Media hasta el siglo xix, precisamente en los siglos de las reglas soberanas, de las academias y de las escuelas. No existe en Galicia ni un solo escritor académico, ni tampoco un pintor de valor académico propiamente dicho. Los primeros grandes nombres del siglo xviii son el Padre Feijóo y el Padre Sarmiento , y el último gran nombre del siglo xx es Valle Inclán . ¿Qué tienen de académicos ellos y las grandes figuras del siglo XIX, Rosalía y Pondal por ejemplo? Los dos nombres más prestigiosos de la pintura del siglo XIX fueron Villaamil y Ovidio Murguía . ¿Qué tienen de académicos? Esto a mi juicio es lo que parecen no conocer los pintores más nuevos de que tu escribes. Existe una pintura actual que se puede asegurar que pertenece al Atlántico europeo, con diferencia de países tiene mucha relación entre sí, su fuerza la adquirió en el expresionismo y sus grandes nombres son el belga Ensor , Rouault , de origen bretón, algunos franceses más como Gromaire de la zona francesa del Atlántico, el acuarelista y escultor inglés Moore , el galés Shuterland , el irlandés americano Flanagan y al lado de ellos están en algunos casos con ventaja, los nombres de Maside, Colmeiro y Souto.
Perdóname toda esta divagación, pero quería darte mi opinión aunque fuese ligeramente sobre el problema de nuestra pintura. Creo que ella no tiene aún, ni ahí, no hablemos de aquí donde existe una colectividad tan numerosa pero desde el punto de vista de la cultura tan inútil para Galicia, el suficiente prestigio ni se escribe lo suficiente sobre estos pintores; que no se reproducen suficientemente sus obras, que no se les estudia como debiera, que les falta, en fin, todo aquel elemento de propaganda que otros países utilizan en beneficio de su arte. Casi todos los eruditos de nuestra tierra suponen aún más importante el ensayo sobre la rueda de carro, o sobre una mámoa, que sobre el arte viviente, el que se desenvuelve delante de nuestros ojos. Yo no le quito importancia al ensayo sobre la mámoa, o sobre las inscripciones rupestres, pero esto no puede ocupar exclusivamente a toda una generación como vino ocurriendo, ni ser el motivo principal de nuestras publicaciones más importantes, ni de nuestros centros de estudio. Y esto que digo de la pintura vale para toda otra obra de creación, ¿qué ensayos se han publicado ahí sobre la prosa de Dieste o sobre la poesía de Aquilino? ¿Qué trabajos serios existen sobre Valle Inclán o sobre los precursores, aparte, en este caso, de los que hizo Otero? ¿Dónde están las biografías y las monografías que corresponde hacer y que sirven a la divulgación popular? Cuando pasen unos años más, no se conservarán en Galicia recuerdos de la vida de Valle Inclán, de Pondal, de Eiroa, por ejemplo, y tendremos que soportar los estudios torcidos y las biografías desfiguradas, como la que hizo del primero Gómez de la Serna en Buenos Aires, en la que parece que Galicia no hubiese existido para Valle Inclán a pesar de ser el tema fundamental de casi toda su obra, lo cual contenta a los imbéciles que quisieran excluir su galleguidad.

Por todo eso me alegra tu ensayo sobre pintura y tu libro sobre literatura gallega y las notas que haces de divulgación. Sigues en esto la tradición del siglo xix a la que tanto debemos nosotros, mucho más, desde luego, que a la que nos precedió. ¿Cuántas veces no habremos hablado a gentes de aquí, ajenas al arte de nuestro pueblo, de Maside, de Eiroa y de otros, enseñándoles simplemente las pocas fotografías y reproducciones con que contábamos? En ningún caso hemos podido ofrecerles a quienes nos escuchaban una pequeña monografía con reproduciones porque no existe, la breve monografía que puede ofrecer de sus pintores cualquier ecuatoriano, por ejemplo, aún perteneciendo a un país que apenas tiene existencia actual en el mundo de la civilización.

De mi no tengo apenas que decirte. Hice dos exposiciones en esta capital, una de óleos y otra de acuarelas con bastante éxito. Tengo para enviarte en cualquier oportunidad algunas de las fichas sobre los escritores emigrados que hice para tí y aquellos poemas gallegos de que te hablé, de Varela, de Espasandín y de Dieste. De tu libro no hay novedad ninguna hasta ahora, lo tiene el jurado del concurso del Centro Gallego y tengo esperanzas, fundadas en la utilidad de él y en su valor, de que resulte el premiado. Te daré noticias sobre él tan pronto las tenga.

Dime, refiriéndome a otra cosa, ¿te sería fácil conseguir en toda Galicia corresponsales para obtención de documentos y para ventilación de asuntos judiciales, o puedes tú simplemente conseguir atender a esto desde ahí? Porque si esto fuese posible yo me encargaría de crear aquí una especie de oficina destinada a eso, parecida a otras que existen pero con la ventaja de ser atendida por abogados de ahí y por mí mismo. Tu marcarías los honorarios en esa para cada caso, pero tendrías que adelantarme una lista aproximada de ellos. Estudia esta cuestión.

Sin más con saludos para Plácido, para Maside y para todos los amigos, recibe el abrazo fraternal de

Seoane

Nota.- Contéstame pronto, no te vengues de mi mal ejemplo.

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