Proxecto epístola

Agrupación de coleccións epistolares para a páxina institucional do Consello da Cultura Galega.

Carta de Manuel Blasco Garzón a Lois Tobío Fernández, 1947.

23/04/1947
Manuel Blasco GarzónRodolfo LlopisLois Tobío Fernández
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REPÚBLICA ESPAÑOLA
DELEGACIÓN DEL GOBIERNO

Buenos Aires 23 de abril de 1947

Sr. Luis Tobio y Fernandez
Arazatí 1184, bis
MONTEVIDEO (Uruguay)

De mi mayor consideración y estima:
Me es muy grato adjuntarle una comunicación del Dr. Giral llegada a mi poder con gran retraso, otra del Ministro de Estado, Sr. Llopis y un sobre a mi dirigido de la Spanish Information de New York, todo lo cual se lo envío para su conocimiento.
Sin otra cosa de particular por el momento, aprovecho la ocasión para saludarle atentamente, suyo affmo s.s.

MANUEL BLASCO GARZÓN [sinatura autógrafa]


[ANEXO I]:
REPÚBLICA ESPAÑOLA
MINISTERIO DE ESTADO
Nº 6648 -1-

ltmo. Sr.:
Para su conocimiento y divulgación, adjunto remito a V.I. copia de una declaración hecha por el Gobierno de la República.
París, 15 de abril de 1947

EL PRESIDENTE DEL CONSEJO Y MINISTRO DE ESTADO
Rodolfo Llopis [sinatura autógrafa]

Sr. Agente Oficioso de la República en URUGUAY.

El llamado proyecto de Ley de sucesión de la Jefatura del Estado presentado por el General Franco a unas Cortes de Procuradores por él mismo designados, ha sido acogido dentro y fuera de España con tan unánime repulsa, que cabe suponer se pierda pronto en un discreto olvido: pero ha evidenciado al menos la interna debilidad del régimen falangista y revelado el propio convencimiento de que su desaparición es ya inevitable.
Instaurado desde el principio contra la voluntad del pueblo y sostenido por circunstancias exteriores, merced a una coyuntura histórica favorable a los regímenes totalitarios, nunca tuvo posibilidades de estabilidad y permanencia y mucho menos desde que se produjo la victoria de las armas aliadas.
Era obligado que sucediera lo que en diversas ocasiones tuvo lugar y singularmente de los acuerdos de la ONU de 9 de diciembre último, esto es, que la conciencia democrática de la Humanidad se declarase incompatible con el general Franco y su régimen. Privado ahora de suficientes asistencias exteriores y sin haber contado nunca con el apoyo del pueblo, debe haberse percatado al fin de que su permanencia en el Poder es imposible, ya que se preocupa de preparar la sucesión de su persona y la sustitución de su régimen.
Aunque el mencionado proyecto carece de viabilidad, el Gobierno de la República se considera obligado a situar el problema en sus verdaderos términos ante la eventualidad de nuevos intentos sucesorios y reitera su declaración de que no aceptará ninguna transferencia de poderes a virtud de la cual se instaure en España un régimen distinto del republicano sin previa consulta electoral celebrada con las obligadas libertades y garantías.
La solución del problema político se España afecta en primer término al pueblo español cuya voluntad republicana manifestada de manera inequívoca en sucesivas elecciones y en una heroica lucha mantenida durante tres años, no puede ser desconocida ni puesta a otro linaje de pretendidas legitimidades sin grave riesgo para la paz y convivencia futuras de la sociedad española.
El gobierno de la República, con la fuerza que le da so origen legal y la voluntad popular que le asiste, mantiene y mantendrá resueltamente su derecho y se opondrá, por todos los medios, a que se instaure de manera arbitraria ningún otro régimen; ratifica, en cambio, su buena disposición apara conectar sus esfuerzos con quienes deseen coincidir en los fines concretos de apresurar el derrocamiento del régimen franquista y devolver a España sus libertades democráticas, en ejercicio de las cuales el país pueda decidir acerca de su futura constitución política.
Esto es cuanto la dignidad permite ofrecer y el patriotismo pedir a los republicanos españoles.
El Gobierno de la República manifiesta su gratitud a los países que hasta hoy le han reconocido: estima la actitud de cuantos prestan su concurso para lograr el restablecimiento de la normalidad política en España con el plausible propósito d que forme parte de la Organización de las Naciones Unidas; registra, con extrañeza, lamentándolo, el hecho de que algunos gobiernos después de condenar en declaraciones políticas, singulares o conjuntas, el régimen franquista, concluyan con él tratados o convenios económicos que pueden contribuir a su sostenimiento, y espera de la clara comprensión de todas las naciones, le presten la confianza necesaria para solucionar por vías de paz y justicia el problema de España.
París, 15 de abril de 1947
[co cuño do Ministerio de Estado. República Española]

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