Proxecto epístola

Agrupación de coleccións epistolares para a páxina institucional do Consello da Cultura Galega.

Méjico, 10 de mayo de 1943

Mis queridos Luis y M. del Carmen:
Ya he perdido la cuenta del tiempo que hace que no os escribimos. No por eso os hemos olvidado y vuestras dos cartas, alas que no hemos contestado, nos causaron gran satisfacción. El motivo de mi silencio ha sido el tener desde hace más de un año asuntos interesantes entre manos, que estaban para cuajar de un momento a otro, y que esperaba a tener resueltos para daros cuenta de ellos cuando os escribiera.
La enfermedad de mi madre, que fué muy grave: cáncer de matriz, parece haber sido un caso de suerte en lo que al tratamiento se refiere. La trataron con radio y rápidamente mejoró, sin haber tenido nuevas molestias desde entonces. A veces el tratamiento con el radio da resultados, aunque en la mayoría de los casos desgraciadamente no es así. El caso de mi madre fue, pues, de los afortunados. Ella no ha llegado a saber lo que exactamente tuvo. Ha estado yendo al médico todos los meses, pero ya le ha dicho que vaya solamente cada tres.
Las niñas están muy bien. Vuestra ahijada, sin pasión de padre, está muy sana y simpática. Desde que nació no ha tenido ningún contratiempo. Es un poco demasiado rabiosilla. Hemos aumentado la familia con un varón. Se llama Ricardo, como mi pobre hermano, y lo voy a poner bajo los auspicios de Balcells y su mujer. Ofelia, que siempre ha estado fuerte, anda desde hace un año algo fatigada y un poco anémica; no parece nada grave pero resulta ya pesado. No obstante, lo que os acabo de decir, ha tenido un buen embarazo, feliz parto y está criando sola al niño muy bien. A pesar de ser varón, nació con menos volumen y peso que sus hermanas, pero sanito y bien formado, y así se está desarrollando. Nació el 3 de abril.
Después de un año de gestiones laboriosas, tenemos en pleno desarrollo un negocio que tiene algo de aventura. Balcells vino a ésta con su mujer y sus dos hijas, las tres buenas personas y simpáticas. Vino también el novio de la mayor, griego de nacimiento, con residencia en EEUU y relacionado con "gringos" de origen griego bien situados en el mundo de los negocios. Hemos establecido en el Estado de Campeche, a 73 kilómetros de la ciudad, en plena selva maya —sin hipérboles— una gran plantación de higuerilla —así llaman aquí al ricino, cuyo aceite es tan necesario como lubricante de los motores de aviación—. Tenemos un sueldo decente y una participación que si las cosas fueran bien nos permitiría recoger unos miles de pesos al final de cada cosecha. Nos trasladamos a la finca en diciembre del año pasado y desde entonces he estado allí encerrado —con alguna escapada a Campeche— en plena selva, con las incomodidades y alicientes que esto lleva consigo. En un lugar deshabitado, antigua hacienda abandonada desde los comienzos de la revolución, hemos llegado a reunir más de mil indios mayas, la mayoría de los cuales ni siquiera entienden el castellano. Son buena gente y pacífica —con tal aglomeración de hombres, todos con machete, no ha habido ni una sola pendencia— depauperada por el paludismo y la falta de higiene, con la que nos llevamos bien. Los campechanos responden en su conducta a la significación que este adjetivo tiene en España. Buena gente, amable, acogedora y honrada. Las mismas autoridades del gobierno local, que preside un gobernador culto y amigo de los españoles republicanos, proceden con rectitud y nos han dado facilidades en todo. Este ambiente es una de las cosas que nos decidió a escoger aquella región para nuestro trabajo. Hemos talado cerca de tres mil hectáreas ¿os dais cuenta de lo que esto supone?— y esperamos quemar y comenzar a sembrar en este mismo mes. Yo he venido a resolver unos asuntos relacionados con la plantación y a conocer a mi nuevo vástago. Balcells está en Campeche, al frente de las oficinas que la empresa tiene en la ciudad. Antes de salir para la finca, su hija mayor, Concha, se casó con su prometido que es el vicepresidente de la Cía. Si este asunto sale bien acometeremos algunos más.
Se encuentra aquí Garzón que llegó hará un año. El hombre trata de ganarse la vida como puede. La última vez que le vi llevaba una maleta con botellas de legítimo coñac Napoleón, que vendía a un precio fabuloso. Algunos potentados, como Bayo que harto de ganar dinero por todas partes hasta le toca el gordo de la lotería —para él solo, ha decidido compartirlo con una compatriota con quien se ha casado, le compran el precioso licor. Me enseñó Garzón una carta de López Rey, quien sigue de profesor en un colegio de señoritas de Norteamérica. Felipe García Ascot continúa trabajando en la propaganda aliada; creo que recientemente le han subido el sueldo. Es muy buena persona y muy simpático; y tengo con él buena amistad. Marín, a quien no veo hace casi un año, está ganando mucho dinero con múltiples actividades: hace "Mundo Libre", sigue con Fabela, que es ahora gobernador del Estado de Méjico, tiene una librería, va a poner una imprenta, ejerce de abogado, importa y exporta. Castelló se defiende nada más, trabaja con un notario de aquí a quien le lleva asuntos. De Martul no he vuelto a saber nada. A Carlos aún no lo he visto, pero no quiero marcharme sin saludarle antes: somos buenos amigos. Tremoya sigue aquí: tiene un cargo del Gobierno basco.
Los españoles de aquí siguen divididos. yo en mi selvático retiro no estoy muy al tanto de detalles. Dieron, hará cosa de dos meses, una comida al Presidente de la República Ávila Camacho. Este es un demócrata sincero, que se portó muy bien con la República española cuando era ministro con Cárdenas y ha mantenido una posición muy digna frente a todos los conflictos internacionales. Los republicanos españoles le estamos tan agradecidos como a Cárdenas. El acto a que me refiero fue de gran emoción; a la mayoría de los compatriotas les corrieron las lágrimas; y el propio Presidente, a quien tal vez se le hizo objeto de la ovación más grande de su vida, estaba emocionadísimo. Su discurso, breve pero magnífico, merece ser leído con calma. Yo sentí mucho no haber podido asistir. Por primera vez, desde que llegamos a estas tierras se congregaron unidos por sincero fervor todos los españoles que defendieron la República; republicanos de todos los matices, comunistas, sindicalistas, de la UGT, e la CNT, catalanes, bascos, gallegos y de todas las demás regiones; todos menos Prieto y sus amigos. Este gordo funesto es rencoroso hasta los huesos.
Creo como tu, querido Luis, que la guerra ya está decidida hace tiempo. Se decidió en el momento en que la URSS resistió, retrocediendo sin desmoronarse, la suprema acometida de los ejércitos de Hitler. A estas fechas nadie puede dudar ya, de la victoria final de las Naciones Unidas. ¿Hasta cuándo podrá resistir Alemania? Esta es la única interrogación que podemos hacernos en lo que a la guerra en sí se refiere. En cuanto a los problemas de la postguerra, sobre todo en lo concerniente a Europa, es difícil augurar. ¿Quién pude predecir la naturaleza exacta de los profundos cambios que sin duda alguna se producirán en la caída del fascismo? Hay compatriotas que tienen miedo de que Franco, con habilidad, pueda mantenerse en el poder. Para mí no cabe la menor duda de que caerá estrepitosamente, como todos los demás dictadorzuelos que nacieron a la sombra de Hitler o Mussolini. Por muy diestros que sean algunos políticos, y esto no lo digo por Franco, y por mucho maquiavelismo que desplieguen, hay juegos malabares que son de todo punto imposible.
Adjunto os mando unas fotos hechas en el pasado otoño, y otra mía de hace un mes. La barba es un entretenimiento propio para la selva. Me la he afeitado, como os podréis suponer, para venir a la capital.
Escribidnos cosas de vuestra vida. Yo os prometo por mi parte acortar estos excesivos intervalos de carta a carta. Creo que hace más de un año que no os escribía.
Un fuerte abrazo de vuestro
Anselmo [sinatura autógrafa]

[Anotación manuscrita ao final da súa muller Ofelia]:
Queridos amigos: Ya os habla Anselmo de nuestro primer heredero varón. Aún no me acostumbro a la idea de tenerlo. El estado de mi salud no puedo decir que sea brillante; me encuentro débil y en ese estado de neurastenia que sigue siempre al nacimiento de un hijo, aumentado esta vez por mi falta de fuerzas y la separación de Anselmo, que, con este breve intervalo, se ha de prolongar aún por lo menos hasta octubre, fecha en que se pasarán los calores más rigurosos en Campeche, el nene será algo mayor para resistir un cambio de clima y la finca estará más habitable o menos selvática. Cuando esta allá os escribiré. Las nenas están bien y bastante guapas.
Os envia un abrazo
Ofelia [sinatura autógrafa]

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