Proxecto epístola

Agrupación de coleccións epistolares para a páxina institucional do Consello da Cultura Galega.

Carta de Lois Tobío Fernández a Miguel Angel Marín Luna, 1958.

18/12/1958
Bertrand GesOsvaldo López NoguerolMiguel Ángel MarínJosé Quero MolaresLois Tobío Fernández
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Luis TOBIO

Montevideo, 18 de Diciembre de 1958

Sr. Miguel Angel Marín
Avenida Campos Elíseos 95/3º piso
México D.F.
México

Querido Marín:
Contesto muy tarde a tu carta del 30 de Abril porque quería esperar a ver terminado todo el asunto del puesto de traductor en las Naciones Unidas para referirte todos sus detalles.
Siguiendo tu consejo, hice los examenes y los aprobé. Creo que fuí el único aprobado de los 15 ó 20 que nos presentamos en Montevideo, según supe después por familiares de un compatriota nuestro que está también empleado como traductor en las N. U. en Nueva York.
Me comunicaron la aprobación de los examenes por telegrama del Centro de Información de Buenos Aires, firmado por el Sr. Bertrand Ges, quien me invitaba a una entrevista personal. Fuí allá y me entrevisté no con el Sr. Ges sino con el Sr. López Noguerol a quien dí saludos de tu parte. Me atendió muy amablemente, me explicó algunas cosas sobre el trabajo y los aspectos administrativos en las N. U. y me dijo, ante una observación mía referente al sueldo, que con lo que yo iba a ganar se podía vivir bastante bien en Nueva York. Como no me veía muy animado a aceptar el puesto, me aconsejó seguir el trámite hasta el final (examen médico, etc..) pues sólo de ese modo podría quedar allá mi ficha para cualquier posible eventualidad en el futuro.
Le agradecí este consejo, que me parece muy acertado, y lo seguí. De allí a algún tiempo recibí una carta del Sr. Patrick B. Home indicándome que debía someterme a un examen médico y así lo hice. El médico remitió directamente el formulario (análisis, radiografía, etc.. en lo cual parece que no había nada de particular) y al cabo de unas semanas recibí del Sr. John McDiarmid una oferta de empleo por dos años a prueba, susceptible de renovación si mi trabajo era considerado satisfactorio. Se me ofrecía un sueldo neto de U$S 4.800 anuales, más una indemnización de U$S 1.175, además de las correspondientes a la mujer e hijos. En total venía a representar U$S 6.775 anuales, o sea U$S 564 mensuales.
Todas las opiniones coinciden en que este salario sería insuficiente para vivir decorosamente en Nueva York. Somos cuatro personas, dos mayores y uno, Miguel, casi mayor pues tiene 14 años y es ya más alto que cualquiera de sus padres. por otra parte, me dicen, concretamente, Quero, que los gastos de enseñanza son muy altos y que lo que por ese concepto pagan los organismos internacionales es insuficiente.
En Montevideo vivimos sin lujos pero cómoda y confortablemente. Lo que más nos impulsaba en buscar un empleo en las N. U. era vivir en una gran ciudad con todas las ventajas, estímulos y alicientes que tienen las grandes ciudades; salir de este rincón amable y gris, de esta vida de tono mediocre en la que ya llevamos 18 años. Tal vez se trate de un espejismo y uno quiera reencontrar mundos que ya no existen. Es posible que luego, en Nueva York, por falta de tiempo, por la absorción del trabajo o por lo que fuera tampoco pudieran vivirse las cosas que uno desea, aunque las haya.
En fin, que decidí declinar la oferta. No contesté enseguida la carta del Sr. McDiarmid porque, de unas frases de ella, deduje que sería confirmada cuando se tuviese el resultado definitivo del examen médico. Pero, parece que entendí mal porque en estos días una carta del Sr. Home me pedía decidirme prontamente. Respondíle en los términos más corteses diciéndole que en las circunstancias actuales y por motivos familiares me resultaba imposible abandonar el Uruguay. No quise cerrarme del todo la puerta ante cualquier eventual cambio en el futuro. Supongo que, tal como me dió a entender tu amigo López Noguerol, quedará archivado en algún lugar mi expediente, que, por cierto, no debe ser poco voluminoso, pues en el figurarán, además del formulario que yo llené con toda mi historia, el que hubo de llenar el Jefe de mi oficina con sus informes y toda la documentación del examen médico.
Y aquí termina la historia. Mucho te agradecería tus comentarios al respecto y, especialmente, si crees que el hecho de que eventualmente esté allá mi ficha pudiera ser de alguna utilidad. Pues tal como andan las cosas, y los tumbos y cambios de la vida, menos que nunca el hombre puede dirigir su destino.
Te agradezco mucho tus acertados consejos sobre este asunto. Aunque me hizo perder algún tiempo no creo que se haya perdido del todo. Alguna ventaja puede quedar.
Nosotros todos os deseamos muy buenas fiestas y feliz entrada de Año.
Un estrecho abrazo de tu viejo amigo,
[sen asinar]

LT/tf

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