Proxecto epístola

Agrupación de coleccións epistolares para a páxina institucional do Consello da Cultura Galega.

5 de abril de 1968

Querido Garrido:
Ayer tuve el gusto de saludar aquí en la oficina a los Herrero que se proponen permanecer unos días en Madrid. Me dieron noticias de Vd. y me alegra saber que se encuentra perfectamente. Yo sigo recibiendo la "Marcha" que Vd. amablemente me envía y por ella me informo de cómo va ese país, desgraciadamente no muy bien como también me dicen los Herrero.
Aquí tampoco van las cosas tan prósperamente como dicen los dirigentes. La crisis económica se acentúa, hubo que devaluar la peseta, la balanza de pagos es crónicamente deficitaria y por una cifra nada desdeñable y todo hace pensar que el milagro español se está yendo al tacho.
Por otra parte, los medios estudiantiles y obreros se agitan. Los estudiantes, sobre todo viven en constante estado de subversión desde comienzos de curso y al momento presente la Universidad de Madrid está cerrada y hay disturbios en muchas de las de provincias, incluida la mía de Santiago. Con sus procedimientos castrenses de palo y tente tieso sólo han venido a agravar la situación, provocando en muchos casos sin necesidad a los estudiantes, con despliegues policíacos espectaculares. En realidad es la torpeza de los dirigentes lo que ha hecho que el movimiento se fuese extendiendo y agravando.
Poco a poco se va formando no sólo en el mundo estudiantil y obrero, sino también en otros sectores antes tranquilos, un clima de protesta sorda y de rebelión larvada que debilita poco a poco el aparato político. Al quedar Franco reducido, por razones geriátricas y patológicas, al papel de figura decorativa, cada ministerio hace rancho aparte y no existe unidad de gobierno. Y como además los ministros son casi en su totalidad figuras mediocres porque Franco nunca quiso personalidades descollantes a su lado que pudieran hacerle sombra, la marcha económica, política y administrativa del país va a buen tuntún sin que se determinen con claridad los objetivos, los medios concretos para alcanzarlos y lo que quiere el gobierno porque ni él mismo lo sabe. Es la política de ir tirando, muy española por otra parte, la política del inmovilismo y de aplazar los problemas sin enfrentarse corajudamente con ellos.
Hace más de un año se promulgó la famosa Ley Orgánica, una especie de Constitución otorgada, creada por el magín del capo y que constituye un verdadero ciempiés por lo profuso, enredado y disparatado de su contenido. La prueba es que ni sus más importantes disposiciones han sido llevadas todavía a la práctica, por ejemplo la de la designación de un presidente del Consejo, que se estimaba entonces la medida más urgente para la estructuración del régimen.
Lo que sucede es que el capo se encuentra ya prácticamente incapacitado de hecho para regir la cosa pública. Cuando estaba en el uso de sus facultades, no quería hacer su testamento porque como todos los autócratas tal vez se creyera inmortal o por lo menos esperara una larga vida en la plenitud de sus energías y actividad. Ahora que debiera tomar esas medidas, no puede hacerlo por estar ya reblandecido. Sus acólitos no se atreven a hacer nada por su cuenta porque le temen y desconfían que en cualquier momento pudiera salir con algún gesto inesperado y peligroso pues ya en muchas ocasiones paró los pies a algunos en forma despiadada y con habilidad y suerte. En fin, que es el inmovilismo más absoluto y, como se dice por aquí, el régimen franquista ha hecho el 'tour de force' paradójico de lograr la inmovilidad del Movimiento.
Esta Semana Santa (ahí de turismo) iremos a Benidorm para solearnos, si tenemos suerte, después de un invierno bastante largo y feo aunque no extremado.
En el colegio a donde va ahora Constanza se encontró con una chica Pi Suñer, nieta de Don Augusto, hija de Pedro que estuvo en los Estados Unidos. La amistad con Julia y la finada María significó un vínculo amistoso y hoy son excelentes amigas.
Miguel sigue sus estudios y pronto deberá hacer el servicio militar. Para terminar la carrera le faltan el curso en que está y otro más. Pero las cosas de la Universidad andan tan revueltas que uno no sabe si habrá exámenes y, por consiguiente, si podrá ganar este año.
Todos nosotros le mandamos los más cariñosos abrazos
[sen asinar]
P.D.- El otro día conocimos en casa de Alvaro a un compañero de éste, por su carrera de Secretario comercial, aunque más joven, que estuvo en Nueva York, en las Naciones Unidas, y allí conoció a Hugo Rocha de quien hizo los más calurosos elogios. Se llama Requeijo y no es gallego sino murciano aunque otra cosa pudiera parecer por el apellido.

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