Proxecto epístola

Agrupación de coleccións epistolares para a páxina institucional do Consello da Cultura Galega.
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Madrid, 16

Mi querida comadre: es preciso que te tranquilice respecto á mis males, que son, como todo lo mío, poco y bien contado: se trata de una anemia, que me molestó bastante porque, acostumbrada á ser un toro, me encontraba lánguida y alicaída y no sabia qué hacer de mí; tenia lloreras y el espíritu hecho un guiñapo: por fortuna, aquí me he mejorado mucho en los 15 días que llevo de estancia, y eso que hago la vida del calavera, acostarse tarde é ir á todos lados donde se divierte la gente. Ya no tengo llantos, como bien, y creo que si continuo así recobraré el hierro de la sangre. Veremos.
Siento muchísimo que estés otra vez rellena. Eso solo es una enfermedad, y yo creía que ya Dios estaba contento. En fin, él haga que sea para bien y que no te moleste mucho. Di á Jacobo que me entere del sucedido, cuando suceda.
Te envié el retratito de la ahijada, por conducto de Alfredo Moreno. Habrás visto que tenia una bocaza de espuerta, pero no hay cosa más salada que esa boca; todos lo dicen; y ya, en la calle, el ir con ella ó con Blanca tiene mucho de comprometido, pues si fuesen levantables de cascos me las levantarían; por suerte son bastante racionales, para chiquillas; Blanca está más alta que mamá, es decir, que su abuela, y tiene un cuerpo que parece una rosa de pitiminí: de cara creo que aun mejorará, pues no ha salido del periodo de descomposición de los 13 á los 14: cuando sea bachillera la pondremos de mantilla, pero aun tiene para dos cursos, hasta Junio de 95: Dios alargue estos añitos de respiro.
Cariños á todos y un abrazo á la viejecita, de vuestra
Emilia

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