PROXECTO EPÍSTOLAS

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LOCALIZACIóN: Milán

Epístolas
3 mencións
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1954-01-16
Carta de Falcini a Seoane. 1954
Milán
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Falcini a Seoane. 1954 en 16/01/1954


Milán, 16 de enero 1954

Querida Maruja:

Aquí, en Milán, termina la primera etapa de nuestro hermoso viaje.
No quería dejar Italia sin comunicarme contigo, donde tantas veces los hemos recordado con cariño.
Los días se han sucedido con una rapidez asombrosa. Las horas resultan escasas para ver y admirar tanta maravilla, y queda tanto sin alcanzar!
Nápoles, Roma, Florencia, Venecia, Milán, cada una de estas ciudades tenía reservada su sorpresa de manera que he vivido de asombro en asombro.
No quiero extenderme en relatos interminables, sobre la riqueza y belleza de esta hermosa Italia que serán motivos de charlas personales, pero no quiero dejar de anotar que estamos viviendo en un país completamente nevado, que hemos llegado en un invierno como hace años no ha sufrido Europa, pero nosotros, intrépidos navegantes con nuestro optimismo en las mochilas, no en las valijas que han sido nuestro tormento, cara al viento cumplimos nuestro derrotero. En Bologna la víspera de nuestra llegada hacía 13,4º bajo cero. Qué te parece Maruja? Temperatura ideal para Seoane, no para Sarita.
El lunes salimos para París a vivir nuestras últimas etapas del viaje.
Hoy estuvimos con Attilio Rossi, otro motivo para recordarlos: recordarlos como se merecen.

Querida Maruja, un fuerte abrazo a Seoane, no sé si debo atreverme a mandarle hasta un beso fraternal y tú recibe el afecto cariñoso y sincero de

Sarita

Saludos a los Rotzait.

1966-02-03
Carta de Sofovich a Seoane. 1966
Milán
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Sofovich a Seoane. 1966 en 03/02/1966

Milán, 3 de Febrero de 1966

Mi estimado Luis:

Sabrá ya que soy terriblemente perezoso para escribir. He necesitado la primera decepción de este luminoso viaje que estamos haciendo, Milán, para mirar atrás y decidirme a escribirle.
Estamos a punto de dejar Italia en dirección a Francia con un potable viaje intermedio a Ginebra.
En España, no obstante, la escasa fortuna que tuvimos con el tiempo, lo pasamos muy bien; Marcial Suárez, “gran tipo”, como decimos en B. Aires, Maiztegui, con su simpatía de siempre.
Lo que vivimos es todo de maravilla; pero me quedan para siempre el paisaje castellano, la roca ascética de Toledo, del Escorial, de Ávila, y de todo lo bueno y muy bueno que tiene el Prado. Los italianos, los flamencos completan, afirman lo que sabía de ellos por la letra y la reproducción, pero otra cosa distinta que leer y hojear a Goya y Velázquez es sentarme en un banco frente a las Meninas o quedarme de pie bajo la cúpula íntima de San Antonio de la Florida y dejarse mirar por los personajes goyescos; o pasar de los cartones del Prado a los tapices del Escorial.
Salvo cuatro o cinco cuadros del Greco, no me ha pasado lo mismo con él; desde luego El Entierro del Conde [de Orgaz], parte del San Mauricio, todo el Sueño de Felipe II, pero pienso que España debe haberse quedado pobre de buenos Grecos, gran parte de los vistos, sus repetidas réplicas por encargo, disminuyen su figura, quizá para demostrar lo que pienso (aún no he estado ni en Londres ni en París) baste decir que en un museo de 2º categoría, el Barberini de Roma, hay dos Grecos, sobre temas no vistos en España, que son verdaderas joyas.
Madrid es una ciudad encantadora, y las muchas horas que hemos pasado Elsa y yo caminando por ella y oyendo hablar y reír a los madrileños, o viéndoles participar con ingenuo entusiasmo en las fiestas del 6 de enero, nos han dado una imagen de su profunda raíz popular española. En ese sentido, Madrid vence a los turistas.
No ocurre así, en cambio, en Roma. Ciudad estupenda llena de sorpresas en cada esquina, en cada piazzeta se la ve, no obstante, estar pendiente de alguna manera, del turista. Fíjese que en la Chiesa de San Pietro in Vincoli a un paso del Foro, del Coliseo, etc., y a 2 metros del Moisés de Miguel Ángel, hay un extraño aparato con 6 teléfonos, adosado a una columna románica, se pone una moneda de 100 liras, se mueve una palanquita hacia el tope del idioma del turista, inglés, francés, alemán o español, se descuelgan 2 auriculares y un speaker con voz de actor de García Lorca explica durante 3 minutos el origen del templo y que quiso decir M. A. con el Moisés.
En cambio, otras ciudades italianas (y aún aquellas que tienen algún aparato perdidito por ahí, detrás de algún atrio) tienen más personalidad, más color y los imponen al turista: Perugia, Florencia, Siena.
Un personaje curioso que se da tanto en España como en Italia es el guardián del museo que se acerca inmediatamente a contar la anécdota del cuadro; el más gracioso resultó ser un italiano del monasterio de San Marcos en Florencia, que explicando el Noli me tangere del Beato Angélico “mimaba” la escena repitiendo el gesto de Magdalena y el rechazo de Jesús. A Chola a la salida tuve que darle un café amargo para cortarle la risa.
Viendo a Venecia, no obstante, la niebla y el frío, admiramos aún más su hermosa carpeta de Bonino.
Luis, creo que esta carta inconexa y todo lo que luego charlaremos me han ganado su perdón por mi silencio.
En cuanto a Picasso; Barcelona, Antibes y Vallauris han sobrepasado, desde luego, la alegría del hallazgo de 4 o 5 viejas ediciones que desconocía y 2 de A la Insegna di pesce d´oro.
Mañana, aquí, en Milán, remitiré también para Ud. un ejemplar de una novela de Hemingway, con ilustraciones de Picasso, que saldrá dentro de pocos meses.
Si usted necesita algo de aquí, de estos negocios que aquí se llaman tutto per l´ofizio y que muestran maravillas en tizas, pastel, óleo, etc., me emite a American Express, París, y con todo gusto lo llevo.

Un abrazo y todo mi cariño para Maruja.
Sofovich

[Escrito por Elsa Sofovich:] Mi querida Maruja, pensé escribirle desde Roma, pero las largas novelas que mando a Pinamar me dejan agotada. Seguramente, desde París, te escribiré.
Perugia y Florencia me han enloquecido. Siena me ha gustado muchísimo. Pero en Florencia se dio un conjunto de circunstancias, todas favorables, que me permitieron gozarla tal vez como ninguna otra ciudad. Mucho sol, gente encantadora, encuentro con argentinos simpáticos. En fin, el David me dejó sin aliento y Botticelli, la Primavera, que tanto miré año tras año en una pequeña reproducción que me había regalado Aurora, se hizo realidad.
Roma y Madrid tienen un particular encanto de “historia viviente”, diría yo.
Hubiera sido espléndido hacer el viaje juntos.

Un gran abrazo para los dos

Elsa

[Escrito por Bernardo Sofovich:] Olvidaba agradecerte un consejo. Lo hemos pasado maravillosamente bien en el Hotel d´Inghilterra en Roma.

1969-11-09
Carta de Falcini a Seoane. 1969
Milán
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Falcini a Seoane. 1969 en 09/11/1969


Milano, 9 de Noviembre de 1969

Querido amigo:

He tomado contacto con España a través de Dolores [Ibárruri], magnífica mujer, un gran espíritu de lucha, una gran nostalgia de su patria que alimenta su razonado optimismo fundado en actualizada información. Pasé una hora oyéndola vibrar.
Luego, Madrid, hermosa ciudad, recorrida con la cordialidad de Maiztegui. Los amigos suyos y de Frontini, Marcial Suárez, Manolo y Joaquin, amigos que me trataron muy generosamente, recordándolo a ud. mucho con mucho cariño. Además, el Prado -Goya en su época negra, que lo hace único con el plafón de San Antonio de la Florida.
Y las artesanías de América, en especial de México, arte popular de inagotable ingenio y belleza.
A continuación, Santiago con su Magnífico Pórtico de la Gloria que he visto largo de tiempo, con la colaboración de su amigo el profesor Piñeiro y de nuestro amigo Díaz Pardo y su mujer Carmen, mostrándome los encantos de su taller de Osedo, prolongados en el taller de construcción circular, en compañía del arquitecto constructor. Allí vi trabajar simultáneamente a las artesanas del lugar en la ejecución de hermosas piezas y me enteré de muchas cosas agradables en las que Ud. tiene intervención. Y todo esto, con un hermoso paseo costeando las rías y el amplio paisaje de Coruña, tan hermoso como inesperado. [Del] bello espectáculo de las arquitecturas románicas, pasé a otras igualmente medioevales e históricas, las de Barcelona, vistas de noche con su amigo Losada, profesor que me habló con gran inteligencia de la situación. Y más tarde, con Audivert y su exposición en el Instituto Francés. Ahora hago una pausa con Badi para salir muy en breve para Roma. Allí espero ver a Alberti y volar para Buenos Aires enseguida.

Hasta muy pronto, reciban un gran abrazo Ud. y Maruja de su amigo de siempre.

L. Falcini