PROXECTO EPÍSTOLAS

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3 MENCIóNS A Lo Spagnoletto (1591-1652)

Pintor e gravador do s. XVII, que desenvolveu a súa carreira en Nápoles. Foi coñecido co alcume Lo Spagnoletto.
Epístolas
Mencionado/a [3]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1967-05-15 Mencionado/a
Carta de Frontini a Seoane. 1967
Nova York
Bos Aires
Nova York
Madrid
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Frontini a Seoane. 1967 en 15/05/1967

DR. NORBERTO A. FRONTINI / ABOGADO / BUENOS AIRES, / LAVALLE 1312, 5º A / TELÉFONO, 40-7512.

Mayo 15 de 1967

Sr. Luis Seoane
Esquerdo 75, 3º Dcha.
Madrid

Mi querido Luis:

Recibí oportunamente tu carta del 25 de febrero. A mis años el tiempo tiene vertiginosidad imperceptible.
O es que el quehacer cotidiano en vez de estrangular las horas las urge? El tiempo pierde su medida horaria, cosa de la inteligencia y no de la sensibilidad, cosa mecánica, no de la vida continua. Ocurrió que estuve con tu carta en el bolsillo y le fui añadiendo las dos que le escribiste a Luis, y así se fueron pasando los días. Supongo has regresado de Galicia y estás ahora en Madrid, y allí te vuelvo a escribir. He tenido noticias de tu exposición en la urbe castellana por la carta que me leyó Falcini y antes, de ustedes, por referencias orales de Clarita que vino emocionada por la dulzura de Maruja y alucinada por el tamaño de tu inteligencia y el fervor que pones al hablar de tu tierra natal. Me habría gustado nacer en tierras de árboles y no en ciudad. Junto al mar y no entre muros, a la vera de un río corredizo y no entre las calles de una ciudad que cambia su fisionomía día tras día. Quizá sea por eso que para mí la patria, como geografía, ha sido, durante muchos años, una metáfora vacía, y después, un largo paisaje diferenciado; más tarde fue una historia sin asidero en la vida concreta del hombre y del ciudadano y, por último, varios estratos con zambullidas repentinas en las desemejanzas que los siglos han dejado entre las gentes como residuos de culturas si no distantes, distintas. Ese viaje que haces por tierras de España tiene la presencia de las constantes de la historia que son la razón de ser de la biología profunda y la expresión de la relación con los aires de un contorno físico incambiable o poco menos. A nuestra edad, a la mía, querríamos menos cambios insustanciales y la presencia de un clima histórico que sea como nuestra memoria. Me parece convincente lo que me dices acerca del rigor –la clasicidad– del tránsito del hombre español. Por eso me parecen hermanadas la prosa de Cervantes, el ceñimiento formal de Velázquez, y la límpida arquitectura de Herrera. Y Goya? Acaso sea lo mismo con más expresividad. En vez del hieratismo de Rivera, el misticismo del divino Morales o la pasión un tanto acartonada del Greco (muy señorial, muy retratada) o la abundancia colorida de Zurbarán, Goya es la expresividad poética de la vida del cuerpo y del alma del hombre y sus pasiones.
Pero de tal fuerza trascendente que parece abarcar todo el proceso dramático de la vida humana desde la primera fermentación sobre la tierra hasta el deliquio (desfallecimiento y delicia) de la búsqueda de dios.
Y por qué dices de Barlach que es goticista? Siempre me pareció entroncado en las formas románicas. En aquéllas que más de una vez vi talladas en el bronce de los portales de algunas iglesias. Achatadas las figuras, indiferentes los atuendos, en planos cruzados sin violencias geométricas, dándose el cuerpo en función de las caras donde la expresión de la vida interior adquiere una fuerza dramática sorprendente. Lo cual, años después, asocié con algunas de las tallas de Rodin, el Sarmiento, el Balzac (los varios ensayos previos?). Quizá por otros motivos espirituales, quizá porque Rodin tenía conciencia de la importancia que estaba adquiriendo la inteligencia del hombre en la edad moderna.
Pero, qué pasará siglos mediantes, con la cibernética, con el lenguaje, y las significaciones que hasta ahora han servido al hombre para entenderse? Colijo que el hombre va permanentemente hacia su propio consciente cambio por la auto creación y que de aquí a siglos, todo será diferente. No lo será el diálogo que lo conduzca hacia la superación de sus constantes limitaciones. Será por eso que te estremecen los “momentos”? Tú agregas: la historia, es decir, el tránsito. Y de eso se trata, de cómo transitamos este mundo o por este mundo. Cuando a la distancia de decenas de años recuerdo ciertas lecturas de juventud, ciertas teorías, el lenguaje pedante que se me metió en los entresijos del alma a través de los libros universitarios, me doy cuenta que nuestra civilización es una costra de estupidez. La civilización que pone su acento en las cosas materiales. Claro, ellas vienen a nuestro encuentro. Empero, siempre será más encantadora la sonrisa de un niño o una mano de mujer que se mueve como ala, que todo ese estiércol que se desvanece, no de una generación a otra sino de hoy a mañana. El “momento” (me impresionó mucho esta frase de tu carta) es siempre un estremecimiento. Acaso por su instantaneidad, por su huidiza compostura. Cuando tú lo fijas, lo haces inteligible y perdurable. Un estudio comparativo de la sucesión de los momentos (los momentos claves del ser humano) serviría para constatar las constantes de la conducta. Esa es la virtud del artista. Y si se tiene genio como tú, vaya si la cosa tiene importancia. Pero los momentos que registras en tus obras son también tus propios momentos espirituales. Porque todos somos meros seres transitivos. Y este es nuestro drama y la razón de ser también de nuestra instantánea alegría. Tú dices que encuentras alegría en El Escorial. Me cuesta imaginarme ante El Escorial en ese estado de alegría. Y mis imágenes (tendría que haber nacido en España) son las del asombro. Pero también la del dominio de mí mismo, como vida fluyente, frente a esa sobria arquitectura. Un recuadro para los ojos, la voz, el cuerpo flexible, andariego, andante. Quizá sea esa la alegría. El contraste entre la vida y esa obra del hombre. Pero eso se da en España.
En las iglesias de Castilla, la muerte es muerte a más vida. Es cosa a mi modo de ver muy castellana, que acaso tenga que ver con el ensorbecimiento que dio al castellano la conquista y la riqueza de América. Un énfasis de su petulancia. Aunque no debe olvidarse que la Iglesia Católica inventó o reinventó la resurrección. Los muertos de supuesta noble vida merecieron estar en el templo de dios. Cuando la paganía del espíritu tiene remotas, visible u ocultas reminiscencias de los países aborígenes o de la Roma imperial, a los muertos se los despide bebiendo y comiendo. Y eso ha quedado entre nosotros, hijos de España, y persiste en las provincias. Se trata de la despedida. ¿Recuerdas la Tumba del Elefante que hay en Carmona? Pues allí hay mesa para comer, y vomitorios y un baño para aguas termales. Comer, vomitar, quitarse el mareo en agua tibia, y a seguir. La despedida. A mejor vida o a vida eterna?
En esta ciudad de encierro, ciudad de país ocupado, todo es incertidumbre. Puedes tener nostalgias del tango y acaso sea por amor, por división de tu vida entre España y Argentina, por contradicción de las vivencias del corazón. Pero yo, que vivo aquí, me aburro, me canso, huyo. Y me da mucha alegría conversar epistolarmente contigo, contigo, que eres uno de los mejores interlocutores del mundo. Menos mal que en estos últimos días hemos contado con la presencia de personas con quienes me hallo a gusto. Estuvo Orfila y estuvimos varias veces con él. Y en una ocasión con él y mi viejo amigo brasileño Caio Prado, y su esposa, que estuvieron pasando una semana con nosotros. Ahora están en Córdoba, de donde seguirán a Mendoza y luego a Santiago, regresando a fines de mes. De Grillo recibí carta hoy. Nos correspondemos por carta y a veces nos damos a tomarnos el pelo. Me provoca para que le escriba y yo a mi vez para sacarlo de sí mismo. Ayer llegó de Salta, Ana María. Estuvo allí varios días. Lo encontró muy flaco. Ya no puede digerir las comidas asquerosas que le dan. Y ya lleva tres años y más de dos meses. Mañana vence el plazo para dictar la sentencia del tribunal de Tucumán. Si, como esperamos, confirman la del juez de primera instancia, pronto lo tendremos con nosotros. No me hago ilusiones, pues el asunto de Bolivia podría despertar enconos oficiales y vaya uno a saber qué añadidos se hacen al proceso. Si confirman la sentencia, podría salir con libertad condicional. Lo esperamos. Pero eso depende de algunas quisicosas que podrían demorar la definitiva salida.
Mony está bien. Pero en estos días un tanto apesadumbrada por algo que le ha ocurrido en La Plata, que es largo de contar y creo que no vale la pena. Los demás familiares muy bien. La hija de Chispa es una delicia. Una “verdadera” nieta cuya compañía me hace mucho bien. Hemos estado con Castagnino y Nina. Te hemos recordado mucho. Y como todos los amigos han leído las cartas que le enviaste a Falcini, nos ha conmovido ese homenaje de los artistas madrileños. Me emocionó aquella lección acerca de la honradez que te dió tu padre. Esa es la honradez de toda tu admirable vida. Si no hubiese sido así y si la maravillosa Maruja no fuese como es, no habrías sido el pintor y escritor que eres. Yo he tratado de ser como mi padre en otro plano de actividades. Pero sobre todo en la vida profunda. Una contradicción me habría fastidiado mucho. Y a otra cosa: hace dos meses falleció el padre de César, el suegro de Chispa. Buena persona. Cuando estuvo en Madrid, se entrevistó con Maiztegui. Un derrame cerebral, media hora de conciencia y diez días en estado de coma. También falleció en enero, el Dr. Julio Peluffo. Creo que lo conociste.
Bueno: me parece que te he dado una larga lata. Es más de media noche en un día domingo. Hay en la ciudad ese silencio compacto de las noches porteñas, vísperas del lunes. Hace calor (estamos sufriendo un otoño caluroso). En las cartas de Grillo siempre hay saludos cordiales para ti y Maruja. Cuánto tiempo se quedarán aún? Un abrazo fraternal para Maruja y para ti, con abrazos de Mony (acabo de telefonearla) y hasta siempre vernos. Y abrazos para Maiztegui.

Norberto

1970-04-14 Mencionado/a
Carta de Seoane a Rafael e Emma Lifschitz. 1970
A Coruña
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Rafael e Emma Lifschitz. 1970 en 14/04/1970


La Coruña, 14 de abril de 1970

Queridos Emma y Rafael:

Llegamos el domingo de Madrid. Mañana, 15, se clausura la exposición que tiene mucho éxito de público y de crítica a pesar de la galería, una galería dirigida por gente buena, pero inexperta. La crítica resultó inusitada. Me dedicaron, en general, mucho espacio en los diarios con grandes elogios a mi pintura. Por televisión, fuera de lo acostumbrado, se ocuparon de la exposición durante un cuarto de hora aproximadamente, señalándola como una de las más importantes celebradas últimamente en Madrid. Vendí hasta ahora cinco cuadros y estoy muy contento de haberla hecho. También entregué las ilustraciones del Martín Fierro, me parece que resultan más criollas que las pensaba. Se trata de más de cincuenta dibujos a la aguada haciendo casi memoria de trajes gauchos y soldados y no distrayéndome en vacas, perros y aperos del campo en la provincia de Buenos Aires, sino ilustrando el texto de Hernández, incluso con la única escena del Martín Fierro que puede considerar escabrosa una censura estrecha y estúpida, cuando el gaucho Cruz encuentra en su rancho al oficial con su mujer. Una escena, por otra parte, interesante en nuestra época dominada, según dicen, por el sexo. Claro, la época con cada novedad ahora apenas alcanza a media docena de años. Antes era mucho más extensa, abarcaba muchos años de historia. Lo que se elogiaba en 1965 no tiene apenas vigencia en 1970, en arte, y en general, en todo. Pero los años que vienen hasta el 2000 pueden traer muchas sorpresas. El hombre comienza a enfrentarse con la máquina. Un señor Lafuente, de Málaga, astrólogo, acaba de querellarse con una computadora. Es el primer pleito de este carácter que existe. Parece que la computadora provee de datos con grandes errores astronómicos y geográficos. El cerebro electrónico parece no tener la fantasía que tiene que ser necesario para un oficio tan necesitado de promesas y futuro, o posee quizás una fantasía más mecánica muy distinta a la que puede crear e imaginar el cerebro humano. Creo que en Italia ya hubo antes de este pleito una joven que compitió con una computadora en cálculos venciendo ella, la joven, y ahora es posible que gane el pleito el malagueño Sr. Lafuente. Pero ahora recuerdo que no es de 1970 el pleitear hombres contra máquinas. En los códigos de justicia militar se juzgaba, creo que aún debe juzgarse en algunos países, a los cañones, fusiles, etc., que fallaban por algún motivo perjudicando al soldado o al militar en general, soldados u oficiales. Igualmente, se juzgaba y castigaba, al igual que a las máquinas, a los animales, el caballo que había dado una coz a un capitán, al burro que se empeñó tercamente en no andar evitando la puntualidad de un transporte, etc. Esto no es fantasía mía, tampoco tiene nada que ver con la posible máquina, sino realidad, una realidad no sé si pasada, expresada en reglamentos y códigos. Resulta, pues, el pleito del astrólogo señor Lafuente el primer pleito civil contra una máquina, en este caso seguramente la más importante de las máquinas. Una computadora, algo que yo no entiendo y que por ignorancia, me merece igual respeto que la telegrafía sin hilos o un milagro religioso.
De arte, no vi casi nada nuevo. Una exposición muy importante del siglo XVII italiano perteneciente a museos españoles y que alcanza una cifra considerable de obras maestras. Posiblemente, es España el país que más tiene de pintura italiana de ese siglo, el siglo del “manierismo”, de los Carracci, Guido Reni y Caravaggio, entre muchos. Resulta notable ver las muestras de ingenio de esta especie de barrocos que no son exactamente barrocos, los alardes geométricos, la búsqueda de ornamentales. La exposición se celebró en el Casón del Buen Retiro, un palacio que posee una gran bóveda pintada por otro italiano, Giordano Bruno. Se trata de un siglo como el que iba a seguirle y como el anterior, en que España tenía virreyes en Nápoles y Sicilia, como los tuvo en Milán. Éste es, en parte, el secreto de la abundancia de arte italiano en España, aparte de una coincidencia de gustos en esa época, el tenebrismo y el claroscuro fuertemente contrastado, Caravaggio y Rivera.
Esto es todo por hoy. Esta mañana apareció La Coruña con el cielo despejado, sin apenas niebla y el sol le reduce encanto a la ciudad, se vé que más allá de los próximos edificios no hay misterio alguno. Queda la línea del horizonte en el mar que promete misterios, aunque queda demasiado lejana.

Un abrazo de Maruja y mío para todos los amigos, Noemí, Maya, pasada al enemigo, al ingeniero Herman, los Martínez Vallerga, los Epstein, etc., a todos, y uno muy especial para Carlos, Eduardo y vosotros, de:

[Seoane]

1973-04-09 Mencionado/a
Carta de Seoane a Baudizzone. 1973
A Coruña
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Baudizzone. 1973 en 09/04/1973

La Coruña, 9 de Abril de 1973

Sr. D. Luis M. Baudizzone
Buenos Aires

Queridos Elena y Baudizzone:

Tardé en contestaros, pues mi ánimo como el vuestro seguramente quedó por los suelos luego del triunfo del “Frejuli ” –denominación espantosa– y ahora comienzo a reaccionar. Toda una vida entregada, bien o mal, pero honestamente a unos ideales y ahora resulta que quienes mantienen iguales principios no dudan en entregarse al sátrapa que arruinó al país y los persiguió. Quizás con los primeros cristianos ocurrieron deserciones parecidas y los que se quedaron solos se hicieron ermitaños, inventaron esta posición nadista, contemplativa, que es la que nos viene a quedar. Creo que ahora me gustaría más que pintar hacer caricatura con válvula de escape. Incluso la gente que uno estima intelectualmente y que sabemos personalmente honrada ha votado al “Frejuli”, ¡qué nombre éste..! Pero alguno de estos, ¿no se entregaron quizás a una demagogia que sirve a sus intereses? No sé. Y no quiero saber más.
Trabajo. Expongo alrededor del día 20 de Mayo en Madrid. Te tendré al tanto de la fecha para encontrarnos allí, si venís por esos días a esa ciudad y venir juntos a Galicia, pues queremos llevaros por las rías del sur y del norte a ver maravillas de monasterios comenzados desde el siglo IV al X y XI y terminados barrocos, algunos con influencias en el XVIII del barroco americano, influencias de las que nadie habla.
Este año apenas hubo invierno. En Galicia desde hace mes y medio la gente goza del sol y de un clima general casi de verano. Yo no, pues me gusta el invierno y la lluvia y la niebla, que me parece el elemento natural más importante para destacar el color. Los grandes coloristas son de países de niebla. El sol no tiene otra misión para un pintor que establece contrastes, el claroscuro, el blanco y negro, y sabotear el negocio de Helena Rubinstein y otras marcas que fabrican elementos para simular el tostado de la piel. El sol es más barato. Los impresionistas no surgieron en la Costa Brava, ni en la costa de Nápoles o de Valencia, donde, en cambio, surgen los Caravaggio y Rivera . Ni los impresionistas ni los expresionistas que en general son grandes coloristas. Bueno, dejemos esas cuestiones para nuestros versátiles estetas. Aquí os esperamos muchos amigos. Queremos que conozcáis bien esta tierra infortunada donde, sin embargo, apenas existe el crimen, y bellísima como muy pocas, por lo menos así la vemos nosotros. Claro que ahora tampoco nos sirve para matar la nostalgia de Buenos Aires
Termino por hoy. Tenednos al tanto de vuestro viaje. Nos encontraremos en Madrid y vendremos juntos a La Coruña, o nos encontraremos en La Coruña. La Galería Aele donde expongo, se inaugura este mes y se encuentra en la calle Claudio Coello 28 y el teléfono de nuestra casa en esta ciudad, La Coruña, es 25-5756. Os esperamos, tenemos habitación para vosotros. Ah, el teléfono de Dieste por si nosotros no nos encontramos en casa es 25-5705.
Un gran abrazo para los dos de Maruja y mío: