PROXECTO EPÍSTOLAS

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2 MENCIóNS A Petiso González Garaño (1886-1969)

Artista plástico. Membro da Dirección Nacional de Bellas Artes até 1940. Iniciador do Parque de Esculturas situado xunto ao Museo Nacional de Bellas Artes en Bos Aires.
Epístolas
Mencionado/a [2]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1969-01-24 Mencionado/a
Carta de Whitelow a Seoane. 1969
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Whitelow a Seoane. 1969 en 24/01/1969

Buenos Aires, 24 de enero de 1969

Querido Luis:

Mientras Enzo trata de ponerse en contacto con el dúo Mallah-Najmías, yo te escribo para que no pase más tiempo entre tu carta y la respuesta. Los días transcurren normalmente. Por mi parte, entregado el inventario de los cuadros, dibujos, grabados, libros, etc. Hasta ayer hizo bastante calor, pero hoy, luego de lo que los diarios llaman una “microtormenta”, respiramos un poco. Enzo ha ido por dos días a Rosario, acompañando al matrimonio Roselot, quienes, en estos meses, publican semanalmente notas sobre las grandes colecciones argentinas. Comenzaron con los Scheimberg, luego Lorenzutti y Alessandro. Y así seguirán. Por supuesto, los clientes poderosos, como decía Maruja Mallo, está veraneando, de modo que en materia ventas todo ha entrado en punto muerto. De vez en cuando aparece algún comprador con cara de aburrido, y algún americano en busca de grabados de color local. Mientras, Testa está elucubrando las sutilezas de la nueva Galería, y contamos con el ardor del joven Puppo que, como su nombre indica, tiene grandes habilidades para correr y brindar, tomando medidas y examinando huecos y llenos en el subsuelo magno. Enzo considera que en mayo estaremos allá, aunque quizás, como suele suceder, se demore un poco. Con respecto a tu exposición en Walter Thompson, te explicaré mejor de qué se trata. Esta firma ha inaugurado sus nuevas oficinas, las cuales cuentan con un espacio aceptable para exponer cuadros o esculturas, en la sala que precede a la de proyecciones. Se supone que esta sala es el paso obligado de los ejecutivos dispendiosos, que concurren a deleitarse –o no– con los slogans urdidos por el equipo de Walter Thompson. Su director, el señor Webster, bastante sensible a la pintura, nos pidió que cada tanto le prestáramos cuadros para colocar en esa antesala de la gloria, de modo que tanto los empleados de la firma como los ilustres visitantes pudieran sin mayor esfuerzo disfrutar de un panorama aunque fragmentario de la pintura argentina actual. Y es por esa razón que enviamos cuatro cuadros tuyos con cuatro de Puppo, que aún está ahí, y que el mes que viene reemplazaremos por otros de otros dos autores. En segundo lugar, debo decirte que Enzo se ha ocupado de los grabados que compraste en Art Gallery, y yo, a mi vez regularmente, de la compra de la revista Arte Moderna. También han llegado las tapas, que te tengo guardadas con el resto. Por ordenanza municipal, han hecho desplazar el quiosco, entonces el muchacho viene personalmente a traerme la revista todos los miércoles. Por último, los cuadros para Mar del Plata ya fueron enviados, pero aún no tenemos noticia acerca de la exposición.
El que ha muerto es el Petiso González Garaño, como recordarás, estaba bastante postrado últimamente. Este lunes asistimos a su entierro en la Recoleta, en una graciosa bóveda que remeda un castillo gótico. Hablaron Butler y Burzio, pero lo mejor fue, como siempre la necrología que Manucho había escrito seis meses antes y que, con horror, le habían extraviado en La Nación, a raíz de la mudanza. Dos anécdotas. Una, sobre el difunto; la otra, sobre la nueva Nación. Parece ser que el Petiso se había vuelto muy avaro en sus últimos tiempos y, en consecuencia, murió enormemente rico. En su velorio sólo había dos coronas enormes (pues está de modo no mandar flores ahora, y todos aprovechan la ocasión): una de la Academia Nacional de Bellas Artes, y la otra del... ¡Palacio de las Papas Fritas! Esto, porque se sospecha que el Petiso era el dueño de tan exquisita institución. Y así lo acompañaron al sepulcro las dos academias.
Segunda: el día de la inauguración de los nuevos talleres de La Nación, asistió un mundo de gente. Había que apretar un botón para poner en marcha las maquinarias flamantes. La madrina lo hizo, pero nada respondió al toque del botón. Entonces, Bartolito apretó a su vez el adminículo. Nada. Recurren al obispo Caggiano y, dice Manucho que tal vez milagrosamente, se oyó un chirriar y se supuso que las máquinas funcionaban. El cóctel siguió ruidosamente tapando el maullido de gato de las máquinas. Pero, horror! horror! Al día siguiente, nadie recibe La Nación a la hora sólita. Qué pasará, decíamos. Habíamos anunciado inclusive el nuevo formato, un poco más chico. Lo que pasó fue que, cuando apretaron el botón, más máquinas estaban frenadas, pero ante la insistencia y la digitación sacra de Caggiano, dificultosamente comenzaron a trepidar, rompiéndose y despedazándose! Ergo, durante dos meses, por lo menos, estarán en reparaciones, y hemos vuelto a las antiguas máquinas próceres, y al mismo formato de siempre. ¿Qué te parece?
Estoy en la segunda versión de Macbeth, que debo entregar en febrero al Fondo de las Artes. Con respecto a esta entidad, hubo nueva alarma. Se sucedieron los pedidos para que no desapareciera y, finalmente, Pinasco y Cía. lograron entrevistar al Presidente, quien los tranquilizó, diciéndoles que el Fondo no iba a desaparecer. Sí, eso lo sabemos. Lo que puede cambiar es su estructura, y dejar de ser autárquico, y ése es el temor. Así estamos por el momento. De modo que mi traducción irá a dar a las fauces de un dios conocido a medias, y no sé cómo será lo del pago. Se ve que hay un litigio entre Venus y Mercurio en mi horóscopo actual, porque el libro que tengo en Kraft sigue inmóvil. Kraft está medio fundida. Le han pasado las deudas de la firma a la sección editorial, y entonces ésta, que andaba bien, ha tenido que quebrar. Y así, se ha ingurgitado mis 30.000 pesos, y ni siquiera contestan a mis cartas. Yo esperaré hasta marzo, y luego veremos. Imagínate cómo me ha perjudicado esto, en un momento en que se está dando el Sueño de una noche de verano, en una traducción que me pertenece con Manucho, quien siempre con gran generosidad habla del “poeta Whitelow”. ¿Dónde anda ese poeta, dirá la gente, cuyos libros nunca se ven? Yo quería justamente que saliera en noviembre, pues la obra fue estrenada en diciembre. Ya ves, caro Luis, cómo me mortifican los astros. Por suerte, lo he tomado con calma, y me digo que no hay mal, etc. A Manucho le han dado el premio Forti Glori, pero Forti está muy sentido porque él no estuvo presente cuando la apertura de los cómputos. Le ganó a Silvina Bullrich por ocho votos. Justo. El producto del premio ya lo ha invertido en la compra de una gran propiedad en Córdoba, seis manzanas de La Cumbre. Es una casa a la española que fue de Avelino Cabezas, con siete dormitorios, y una biblioteca de 14 metros. Por el parque, que es un bosque, hay diseminadas casitas, un lago artificial con una isla, un pequeño teatro donde caben unas cincuenta personas, una torre que fue atelier de Jorge Larco... Manucho piensa vivir allí por lo menos la mitad del año, y creo que puede convertirse en un centro de atracción. Por suerte, Anita no tiene inconveniente en ir a vivir a Córdoba. El lugar parece que es espléndido. Quizás vaya a verlo en febrero. Pero recién será de Manucho en abril, cuando termine de pagarlo todo. Se lo han dejado en 7 millones de pesos, lo cual es tirado.
Bueno, Luis, hasta pronto, cariños para Marujita, y mucho éxito en tus cosas.

Un fuerte abrazo de,

Billy

1969-01-27 Mencionado/a
Carta de Seoane a Rafael e Emma Lifschitz. 1969
O Castro [parr. Osedo, conc. Sada]
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Rafael e Emma Lifschitz. 1969 en 27/01/1969

El Castro, 27 de Enero de 1969

Sres. Emma y Rafael Lifschitz
Buenos Aires

Queridos amigos:

Recibimos vuestras cartas con los recortes de diarios que agradecimos mucho, y el día 24, la sorpresa de la felicitación a Maruja por su cumpleaños. Aquí, tras muchos días seguidos de lluvia constante de acuerdo con el clima habitual de este país, estamos gozando de unos días primaverales, tan primaverales que los pájaros se equivocan y comienzan a hacer sus nidos, los que hace sospechar de la normalidad de sus hábitos y las plantas comienzan a florecer. Por mi parte, trabajo todo lo que puedo. Estoy pintando, proyectando algunas piezas de porcelana e hice un nuevo álbum de grabados, Homenaje a un pájaro, el texto está en idioma gallego y os lo traduciré tan pronto estemos de regreso. Supongo que cuando llegue esta carta ya estará en vuestro poder, pues lo mandamos hace tres o cuatro días por avión. Se trata del homenaje a un hornero muerto en Ranelagh y se compone de doce grabados en forma de carpeta, pequeños, a dos colores. Son una especie de grabados de viaje para llevar en cualquier bolso por el tamaño. Creo que quedaron bien. La pintura que estoy haciendo es siguiendo de cierta manera la que últimamente estaba haciendo en Buenos Aires, grandes tonos que se cruzan y se superponen y la figura señalada con una especie de signos. Creo que está muy de acuerdo con nuestra época, lo que no quiere decir que lo esté con la moda, con la novedad o el grito, que les gusta a los del Di Tella. Yo creo que nuestra civilización viene a ser una especie de civilización del signo en la que todo se representa por trazos esquemáticos y señales. En todo caso, una civilización donde el signo se une al átomo y a la astronáutica. Existe un idioma internacional hecho de signos para automovilistas y aviadores, por ejemplo; para los astronautas, para las estaciones de ferrocarril, para los puertos, para cuestiones industriales, marcas cuya sola imagen se identifica a un producto, etc. La figuración se hizo siempre a base de signos que iban disimulándose en la acumulación de ellos para representar la realidad, pero siempre se partió de unos signos, o de unas líneas elementales que podían haberse quedado en signos. Paul Klee pintó siempre signos y los acompañaba siempre de flechas indicativas, números y letras, igual que Torres García más tarde, y Miró, y A. Gorki en EE.UU., por poner cuatro ejemplos. Llegaron al lenguaje propio a su lenguaje de señales esquematizando su mundo. No otra cosa hizo Picasso siempre. Por mi parte, trato de hacer algo parecido. Algo muy distinto a los desaparecidos “pops” que lo que hicieron fue copiar rigurosamente la bandera de EE.UU., por ejemplo, de igual manera que otros pintores copian una vaca, o una hamburguesa, o una lata de conservas, o si la reproducen en escultura, lo hacen con una técnica parecida a la que sirve para hacer mascarillas. Claro que uno siendo ciudadano está más familiarizado con la bandera de EE.UU. (cada vez más) con la hamburguesa o la lata de conservas que con la vaca, este es el gran verdadero hallazgo “pop”. Nuestro arte popular es, desde hace tiempo, ciudadano, está siendo creado en las ciudades. No existen los trajes típicos campesinos, ni apenas quedan productos de artesanía, la industria lo invadió todo y, si existen costureras campesinas o en la ciudad, creo que ya no hacen otra cosa que poner remiendos a confecciones industriales. El pato Donald de plástico o el astronauta también de plástico, o de algún material sintético, sustituyen al muñeco de madera que hacían unos artesanos en las aldeas. Bueno, el caso es que sigo pintando siguiendo mi camino, el iniciado hace años y que no puedo saber a donde conduce por más que razone estas cuestiones. Cuando doy vuelta la cabeza y miro por el ventanal del estudio, veo un paisaje maravilloso, ondulado, con bosques en una y otra montaña, un cielo gris o azul según el tiempo, la tierra labrada, un palacio almenado muy cerca y el mar al fondo. Un paisaje que pintado, reproducido, no sería nada, en todo caso una especie de tarjeta postal, pues hay algo difícil de pintar, imposible de pintar, la lluvia y el viento. Los pintores naturalistas acudieron también al signo por lo menos para la lluvia y el viento y el mar, y esa fue su contradicción. Nadie puede copiar la naturaleza como ella efectivamente es, contando con todo lo que de verdad la compone. En cuanto a otras noticias, aquí, desde hace unos días como vosotros debéis saber, no hay ninguna, como no sean las internacionales que ahí también se conocen, y de Buenos Aires no sabemos más que los comentarios vuestros. Aquí llega La Nación aérea, insulsa y en la que nos enteramos en general de defunciones. Por ella supimos el fallecimiento de González Garaño, una personalidad a la que se debía mucho y a la que le llegan los elogios después de muerto.
Bueno, por favor, escribir. Nos hace mucho bien. ¿Escribió Noemí desde Israel? Un gran abrazo para los cuatro, Emma, Rafael, Carlos y Eduardo. Un saludo para los amigos Martínez Vallerga y Kovalesky de:

[Seoane]