PROXECTO EPÍSTOLAS

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3 MENCIóNS A Homero

É o nome dado ao poeta e rapsoda grego antigo ao que se lle atribúe a autoría das principais poesías épicas gregas A Ilíada e A Odisea.
Epístolas
Mencionado/a [3]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1948-00-00 Mencionado/a
Carta de Varela a Seoane. 1948
Punta del Este
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Varela a Seoane. 1948 en 00/00/1948

Punta del Este, 47-48

Querido Seoane:

Te has olvidado de las barbas asirias, de las barbas de Homero, de las barbas de Ticiano, de las barbas de los peregrinos y de los ermitaños, de las barbas de los grandes monjes cristianizadores de la tierra de Freitas y de otras tierras no menos caníbales. Olvidaste también que los pelos que le quedan a Shand en la quijada no llegan a formar barba de caballero, a no ser de industria, sino barbilla de perillán y por eso a la de Shand ha de llamársele, en puridad, perilla: de dónde aquello que dices de libidinoso.
Veo que todos vosotros, tersos barbilampiños, habéis reaccionado como niños teteros o mozuelos de lecturas rosadas y modernas, con asco de la viril y natural condición de la barba del hombre maduro, que no puede soportar la meliflua acción ridícula, coquetona y ajamonada de rapárselas cada mañana, acto depilatorio que no condice con la grandeza y dignidad de toda caballería. La mía es barba de vagabundo –no creo que sepas nada acerca de un vagabundo desde que entraste a la cofradía letrada con tal tema, aunque antes, cuando te limitabas a ser un honrado pintor, hiciste uno con barbas que daba envidia verlo. Otrosí: ni veraneante soy, porque no es verano, ni solitario porque estoy mal acompañado. Y, finalmente, no ría de mi bronquitis porque me ha comido, con sobresaltos, cerca de tres meses de mi incomparable, única, vida. Y aún hoy, estoy apenas saliendo de ella. Con blasfemias, maldiciones e injurias a la divinidad. Lo cierto es que llevo alrededor de cuatro meses sin poder hacer nada, tosiendo, arte en que ya soy maestro; sonándome, oficio más que desagradable, y, últimamente, mesándome las barbas, que dejé crecer para consolarme, ¡voto a Dios!
Estoy, pues, que reviento. Y otro tanto le deseo a este cochino mundo.
¿Cuándo sale tu libro? ¿Qué novedades hay en general? ¿Qué dicen nuestros enemigos? ¿Qué pasa con las editoriales?, ¿Hay traducciones?
Te daré las mías, por debajo del catarrón de castaño oscuro que me enmendó la vacancia, soledad y plan de trabajo. Adelanté mucho en inglés. Entiendo casi todo lo que hablan aunque yo apenas balbuceo media letra. Leo a Shaw y Thomas Hardy. Uno de estos días, comienzo con Shakespeare. He leído mucho entre ventosa y ventosa. Hice una conferencia sobre Picasso, en un momento desesperado económico, para la Universidad, que creo ha gustado demasiado. Y le ayudo a Estela en traducciones de inglés. Como ves, todas cosas mecánicas, pues no tengo alma para más. Ahora vendrán días de sol y espero retemplarme y hacer tu maldito prólogo, con el que sueño. Quiero hacerlo yo, pero no quiero causarte más retrasos. ¿Puedes esperar hasta fines de este mes? Si no, aunque me resentiré, desde luego, que lo haga otro menos aspirinado que yo, y caiga sobre él mi ira.
Barbudo me dice que nada puede hacer por ti ni por Estela y muy poco, aunque importante, por mí: Tengo contrato con Wisconsin para un curso de Introducción a la literatura española, con sueldo reducido hasta que me vean, pero en cátedra respetable y llena de honores y poco trabajo: una hora diaria. Lo cabrón de la situación es que con mi enfermedad no sé si perdí esta chamba: debía estar en Wisconsin a mediados de septiembre. Ya escribí a Barbudo y no sé si él podrá arreglar eso para que pueda yo llegar a mediados de curso. Saldría de Montevideo si todo marcha bien. Creo que tengo más posibilidades de torear al embajador yanqui aquí. Veremos. Ojalá salga. Una vez yo allí haré cuanto pueda, y creo que podré, por tu viaje.
Elida Core , que es, decisivamente, la virgen de los desamparados, me habló por teléfono. Dice que hay una imprenta, con ediciones en marcha, y con un capital de medio millón uruguayo. Dice que es buena gente (?). Dice que necesitan alguien que dé impulso a eso, con un plan, técnica, etc. Dice, y yo lo creo, que tú, aunque barbilampiño, serías el hombre indicado, el hombre fuerte de la situación. Dice que si tú me autorizas, cuando yo vaya a Montevideo –al recibir respuesta de Barbudo, para iniciar gestiones de visado–, podría actuar como plenipotenciario tuyo.
Envía, si quieres, pliego con instrucciones. Creo que estoy en condiciones de actuar bien porque nada, en principio, me interesa a mí personalmente. Piensa, por precio, etc.
Carlos Rodríguez Pintos, que es de la gente mejor que me he encontrado en América, está exaltado con vuestra Botella –cabrones, ya podríais enviar colección a estas señas, como suscritor–.
Bien: tiene un poema espléndido que daría la medida de un librito. Pastor tiene los bocetos hechos para ilustrarlo. Me pregunto si lo editaríais con dibujos de Pastor o tuyos. Ahora bien: Pastor sale pronto con una beca para Brasil. Y quieren saber pronto si lo editáis y si Pastor en ese caso sería el ilustrador. Por favor, contestadme pronto a esto que Rodríguez Pintos y Pastor son amigos por los que vale la pena olvidar mi mala conducta y escribirme a vuelta de correo.
Dame muchas noticias: políticas, literarias, etc. Estoy sin periódicos, y, además, con la idiotez de un enfermo, comienzo a tener ganas, ganas creativas, que revelan mi degeneración de saber qué pasa en Buenos Aires. ¿Merli?
Un abrazo a Cuadrado y que te pague, de su propio bolsillo, café y copa en la esquina de Nova. ¡De su bolsillo! Pero nada más que café y copa, que no quede sin dinero para mi pasaje. Saludos a Maruja.
Recuerdos Diestes, Espasandines, Girris y [escrito na marxe esquerda:] amigos. Y para ti, un barbazo.

Lorenzo

1963-10-16 Mencionado/a
Carta de Seoane a Goldstein. 1963
Madrid
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Goldstein. 1963 en 16/10/1963


Madrid, 16 de octubre de 1963

Sr. Enrique Goldstein
Buenos Aires

Mi querido amigo:

Estamos desde hace unos días de regreso en Madrid, donde me puse a trabajar con vistas a la exposición de grabados y óleos que se inaugurará el día 25 del mes que viene. Estoy muy contento del éxito en La Coruña (exposición que hice sólo de grabados), al que mis antiguos compañeros y amigos –los que piensan como yo– extendieron hasta convertirlo en una especie de homenaje. Hice algunos grandes cuadros y estoy trabajando en otros nuevos, pues quiero quedar lo mejor posible en un sitio en donde se hace una pintura muy distinta a la mía, más intuitiva e insistida de materia, menos despojada.
Nos produjo alegría la noticia del nacimiento de Rolando y me imagino la alegría de su padre y la de los padres de Anita cuando tuvieron la noticia, ya seguramente en Lugano y no en el encierro de montañas de Interlaken. Para nosotros fue una sorpresa y nos imaginamos la que ha vivido Daniel, despojado, así de repente, de un lugar único en la atención de los padres y abuelos y en el hogar.
Por nuestra parte, hemos hecho una vida sólo dedicada a contemplar en Galicia su mar y sus montañas y sólo muy de vez en cuando deteniéndonos en ver un monasterio, un castillo o una capilla románica. Hemos estado en Santa Tecla en el actual límite con Portugal, viendo una citania prehistórica muy bien conservada y los relieves que le pertenecieron. Contemplando sus muros que poco ha cambiado el hombre, en lo fundamental de su vida, desde aquella lejana edad. Con el matrimonio Dieste hemos andado en barcos de pesca acompañando a unos pescadores en sus faenas, durante dos tardes, en una ría maravillosa frente a la cual viven ellos. De los pescadores aprendimos lecciones de prudencia y saber, supimos como ellos escuchan a los peces y los distinguen por su sonido en las aguas y saben clasificarlos por la caligrafía que producen en el agua cuando se deslizan por ella. De la muy remota guerra que tienen entablada los pescadores y los delfines que les destruyen sus redes, pero al mismo tiempo, la simpatía que sienten hacia estos irónicos habitantes del mar los hombres que viven de la pesca. Uno piensa cuanto más referido a la naturaleza saben estos hombres que viven de la pesca. Uno piensa cuanto más referido a la naturaleza saben estos hombres que viven sumidos en ella, formando parte de ella, que todos los que tratamos de descubrirla en los libros o en viajes. En el pueblo donde vive Dieste los pescadores lo admiran por los grandes conocimientos que le suponen y porque sabe, si quiere, relatar sus vidas, pero Dieste a su vez los admira a ellos por todo lo que intuyen y conocen, por la profunda sabiduría que poseen de la que jamás hacen gala. Salvando distancias en el tiempo, deben constituir el mismo género de relación que debió existir entre Homero y su pueblo. Los pescadores se saben de memoria alguna obra de teatro que Dieste hizo hace mucho años que se refería a sus vidas y ésta para mí es la mejor literatura, la que el pueblo transmite verbalmente olvidando y añadiendo escenas hasta convertir la obra en leyenda. Esta es la maravilla de El viejo y el mar de Hemingway, obra por la que un viejo pescador me preguntaba como se podía conseguir, sin darse cuenta que él era o podía ser el protagonista de esa obra. El viejo de Hemingway es en todo caso su héroe natural, no impuesto, como puede serlo un general, un rey, o un político, extraños a su mundo.
Con esto queremos darles idea de nuestro género de preocupaciones y de nuestra vida. Cuéntenme de sucesos de Buenos Aires, de los amigos comunes, de todo. Escríbannos.

Con recuerdos para todos, reciban, con todas las felicitaciones por Rolando, el gran abrazo de:

[Seoane]

1973-02-26 Mencionado/a
Carta de Seoane a Girri. 1973
Bos Aires
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Girri. 1973 en 26/02/1973


Buenos Aires, 26 de Febrero de 1973

Sr. Alberto Girri
Buenos Aires

Mi querido amigo:

Ahí van unas líneas para dar señal de nuestra existencia y para, con tu respuesta, saber de la vuestra y de los amigos comunes. Noticias de las que estamos impacientes. Te escribo a las 24 horas de haber llegado Lanusse a Madrid y unas horas después de haber presenciado su discurso de respuesta a Franco, en general digno, dadas las circunstancias políticas de este país, comenzando su lista de elogios en cuanto al pueblo español, con los mineros, labradores, poetas, intelectuales, para terminar con los soldados y haciendo un elogio a la libertad donde se hizo posible para terminar con ella. No puedo estar con Lanusse, pero resulta ser un oligarca y militar que hace afirmaciones que nos sorprenden, a mí a veces me gustan, sabiendo convertirse en visitante que incomoda en países que visita, Brasil, por ejemplo. Hasta ahora no es este el caso de España, pero pienso que puede llegar a serlo. Trabajo mucho. Pinto. Tengo una exposición en el mes de Mayo en Madrid y desde la habitación que me sirve de estudio descanso viendo un mar extraordinario de tormentas con olas muy altas, de 15 y más metros de altura hace una semana, llegando a barrer algunas calles cercanas y un continuo viento del norte. Me gusta mucho este mar y este viento, el viento que en La Coruña acompañó a las invasiones desde la prehistoria, los fenicios que buscaban las Islas Casitérides en busca del estaño, las legiones romanas, de hechos galas, que lo enfrentaban invadiendo por tierra los wikingos, los normandos, los ingleses y, por último, a fines del XVIII, los corsarios genoveses que aguardaban los buques que salían de los puertos gallegos para América. Unos corsarios costeros, patilludos, con sotabarba de época, muchos de los cuales se convirtieron, Vicetto, Marchessi, Tomasini, etc., con apellidos que se hicieron también gallegos, en excelentes padres de familia. Por estos días, sigo todo lo que está ocurriendo con la publicación de una novela por entregas, La cara de Dios de Valle Inclán. La tenía desde hace años un amigo mío que encontró en una ciudad andaluza las entregas encuadernadas, siento por tanto el único ejemplar existente de ella que ahora se editó. La novela es una excelente novela por entregas a la manera de las francesas de folletón, y de también por entregas, donde se anuncia el Valle Inclán posterior. Pero algún lector notó lo que denominó plagio de algún capítulo de Dostoyevski y otro de un cuento de Baroja y se encendió una polémica, más entre los lectores que entre verdaderas autoridades literarias. Esos lectores no entendieron nada y Valle Inclán, acusado de otros plagios antes que ellos por Julio Casares, se convierte en par de Homero, de Shakespeare, de Lope, de todos los inmortales que fueron acusados de lo mismo. Él hizo un collage que sirvió a su labor de creador y a mi juicio es lo mismo que si hubiesen acusado de plagio, plagio es sinónimo de robo, ya se sabe, de los grabados del siglo XIX a Max Ernst porque deshojó las novelas de Julio Verne para incorporar trozos-capítulos de los grabados que las ilustran para agregarlos a su trabajo gráfico.
Bueno, esto es todo. Valle Inclán puede estar más vivo que nunca y se ríe seguramente desde el cementerio compostelano donde está enterrado conservado por la sal, pues la leyenda popular dice que su tierra es salitrosa y que conserva los cadáveres.

Un gran abrazo para los dos, para Aurora y tú de Maruja y mío. Contesta.

[Seoane]