PROXECTO EPÍSTOLAS

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2 MENCIóNS A Carlos Manuel Muñiz (1922-2007)

Xurista e diplomático arxentino. Foi Ministro de Relaciones Exteriores y Culto entre 1962 e 1963, representante permanente de Arxentina ante a ONU entre 1982 e 1988 e embaixador en USA, Brasil e Bolivia, así como subsecretario de Interior entre 1955 e 1956.
Epístolas
Mencionado/a [2]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1961-05-06 Mencionado/a
Carta de Whitelow a Seoane. 1961
Rio de Janeiro
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Whitelow a Seoane. 1961 en 06/05/1961


Rio de Janeiro, 6 de mayo de 1961

Querido Luis:

Hace muchísimo tiempo quería escribirte, pero, como suele suceder, uno va postergando para el día siguiente la carta, y así va pasando el tiempo, hasta que de pronto nos damos cuenta de que hay años de por medio. No sé si actualmente estás preparando el nuevo viaje a Europa. Cuando estuve en Buenos Aires, fugazmente, y parte de esas semanas enfermo, me informaron que llevarías una exposición a Suiza. ¿Cómo va todo eso? Siento tanto no haber charlado contigo después de tu viaje, que sospecho lleno de experiencia interesantísimas no sólo vitales, sino también plásticas. Oswaldito me informa que no tienes obras nuevas para enviar a Río, a la exposición que organizó Muñiz en el Museu de Arte Moderna, de modo que enviaré tres de las que aquí están. Yo pensé que al regresar tú de Europa pasarías por Río. Ahora, hasta vernos, habrá que esperar una coincidencia más feliz. Por aquí, aún no comenzamos la temporada, pues Bonino demoróse más de lo previsto en Europa. De modo que las actividades sólo comenzarán a fin de mes. Por allá, sé que han comenzado con Felipe Noé. ¿Cómo será eso?
Durante mi estada en Río, escribí un libro de poemas, que llamé Cuaderno de Exiliado. El original consta de 104 poemas, que reduje a la mitad, y envié al concurso de la Sade y Fondo de las Artes. Llegaron tarde, según me informa Manucho, y él los llevó a la Edición Sudamericana para ver si allí los publican. Veremos qué pasa.
Y tu producción literaria, ¿cómo va? ¿Has escrito algo nuevo? ¿Teatro, poesía? ¿Cómo está Buenos Aires? Yo la extraño mucho, a pesar de todas las atracciones cariocas.
Junto a ésta, te envío tu currículum para que lo pongas al día, pues el embajador Muñiz lo pidió con urgencia para el catálogo. En cuanto lo completes, por favor, envíamelo aquí.

Recibe un cariñoso abrazo, y saludos para la simpática Maruja. Hasta pronto.

Billy

1964-01-07 Mencionado/a
Carta de Seoane a Varela. 1964
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Varela. 1964 en 07/01/1964



7-1-64

Al finalizar el año 1963, queremos recoger, en un resumen, lo más señalado de la temporada teatral en Madrid. Aunque esta temporada 1963-64 se encuentra todavía en su primer período, son ya numerosos los títulos estrenados.
El Teatro Infanta Isabel empezó con una comedia de Alfonso Paso, Las señoras los prefieren pachuchos, que tuvo una crítica adversa y duró poco en cartel. Para sustituirla, se estrenó otra comedia de Paso, Sí quiero, que tuvo mejor crítica, aunque resulte bastante difícil explicar por qué. Este autor, tremendamente prolífico, ha conseguido que sus piezas se parezcan tanto las unas a las otras, que el simple hecho de que los críticos manifiesten juicios distintos acerca de ellas no deja de ser una prueba de sutileza verdaderamente prodigiosa.
El Teatro Club ha realizado una operación análoga: después del estreno de Las separadas, de Alfonso Paso, que obtuvo mala crítica y poco éxito de público, ha estrenado otra comedia del mismo autor, titulada Gorrión, también mal acogida por la crítica, sin que podamos juzgar de su éxito de taquilla, pues aunque se mantiene en cartel, hace muy poco tiempo que fue estrenada.
El Teatro Marquina abrió la temporada con El pensamiento, adaptación de un cuento de Leónidas Andreiev –El médico loco–. Se trata de una pieza que, a pesar de las excelentes calidades literarias de Andreiev, tiene un cierto olor de vejez, más que de antigüedad. El estudio de los caracteres o, mejor dicho, del carácter del protagonista, el doctor Kergentsef, se basa en un psicologismo que, a estas alturas, bien puede ser calificado de intranscendente. Este estreno era esperado con verdadero interés, debido a que su intérprete era Fernando Fernán Gómez, actor nacido en Buenos Aires, pero cuya vida ha transcurrido enteramente en España. Después de sus interpretaciones en Mi querido embustero (temporada 1961-62) y Sonata a Kreutzer (1962-63), Fernando Fernán Gómez está considerado, con entera justicia, como un actor verdaderamente excepcional. En El pensamiento, su interpretación fue también digna de los mayores elogios, aunque es preciso añadir que el papel se presta a unos efectismos ciertamente inferiores a la calidad del intérprete. Lo mismo puede decirse –aunque, desgraciadamente, acentuando las tintas– de la obra que Fernán Gómez estrenó, en el mismo teatro, a continuación de El pensamiento. Se trata de El capitán veneno, de Alarcón, interpretada para el cine por el mismo actor, hace años. La versión teatral es de Víctor Ruiz Iriarte, autor de éxito en Madrid, hace algún tiempo, y que actualmente lleva algunas temporadas sin estrenar nada original. Fernando Fernán Gómez ha producido cierta decepción en el público aficionado al buen teatro, pues tiene suficientemente demostradas sus enormes posibilidades de actor, y se le exige que apunte a dianas más altas.
El Teatro Lara comenzó su temporada con Aprobado en inocencia, la obra de Luis Peñafiel –seudónimo de Narciso Ibáñez Serrador–, bien conocida en Buenos Aires por su título primero: “Aprobado en castidad”. Éste es también el título con que había sido anunciada en Madrid, aunque a última hora la censura obligó a cambiar la castidad por la inocencia. El éxito obtenido por esta pieza en Madrid es análogo al contenido en Buenos Aires, y actualmente ha sobrepasado ya las doscientas representaciones.
El Teatro Bellas Artes inició la temporada con Calígula, de Albert Camus. Es la primera pieza de Camus cuyo estreno se permite en España, en teatro abierto al público. Ha tenido un gran éxito, permaneciendo unos tres meses en cartel, con una interpretación extraordinaria de José María Rodero, el actor que con Fernando Fernán Gomez comparte hoy el mando interpretativo en España. Un papel tan complejo como el de Calígula ha encontrado en José María Rodero al actor capaz de revelar todas sus facetas, con una evidencia alucinante. Bien puede calificarse de inolvidable el trabajo de Rodero en esta pieza de Camus.
En el mismo Teatro Bellas Artes, a continuación del Calígula, se ha estrenado en Madrid Los árboles mueren de pie, de Alejandro Casona. Esta pieza, dada a conocer en Buenos Aires en 1949, llega a España con un retraso notable. El público la ha acogido muy bien, y la crítica la ha elogiado unánimemente, repitiéndome ahora el fenómeno que ya se produjo en las dos temporadas anteriores con La dama del alba y La barca sin pescador. Como no es nuestro propósito del de ejercer una crítica, sino el de dar unas noticias teatrales, nos abstendremos de enjuiciar las causas –de telones adentro o de telones afuera– que dan origen a este éxito del teatro de Casona en la España actual.
En el Teatro Español, dedicado a los clásicos, la temporada se abrió con No hay burlas con el amor, de Calderón, siguió con Don Juan Tenorio, de Zorrilla, y actualmente se representa La prudencia en la mujer, de Tirso de Molina. Para dentro de unos días, se anuncia la reposición de El sueño de una noche de verano, de Shakespeare.
En el Teatro María Guerrero –igual que el Español, dependiente, de un modo directo, del Ministerio de Información y Turismo, o de su Dirección General de Cinematografía y Teatro–, la temporada se ha abierto, hace unos días, con Los verdes campos del Edén, original de Antonio Gala, que obtuvo el Premio Nacional Calderón de la Barca, 1963, para autores noveles. La crítica la ha recibido con un júbilo que parece un tanto excesivo. En los círculos teatrales madrileños se cree saber que el estreno de esta pieza estaba previsto para fechas posteriores, pero medidas ministeriales han dado origen a su estreno en estas fechas, pues la obra que debía inaugurar la temporada era El matrimonio del señor Missisipi, de Durrenmatt, en adaptación de Carlos Muñiz. El hecho de que el adaptador fuese uno de los firmantes de la famosa carta de los intelectuales, ha provocado esta medida gubernativa, que –de momento, al menos–, cierra las puertas de un teatro nacional a un intelectual discrepante.

Querido Varela:

Te envío el resumen de la temporada 1963 de teatro por Marcial Suárez, novelista y autor dramático, es uno de los más inquietos escritores de esta hora española. Como autor de piezas teatrales consiguió por tres veces, y naturalmente con tres obras distintas, el premio Calderón de la Barca, el más alto del teatro español, sin que ninguna de sus obras fuese representada por razones políticas y sin que, de momento, tenga posibilidad de que se le represente. Trabaja como redactor de Radio Madrid, y continúa incansable elaborando un teatro de carácter realista donde tienen cabida a los problemas más vivos de España que le toca vivir. Para Hora once hizo este comentario exclusivo sobre la temporada española 1963.
En Madrid, y en la Sala Goya del Círculo de Bellas Artes, está realizando una exposición de grabados en madera el artista argentino Albino Fernández. El prólogo del catálogo de la muestra lo firma el historiador y crítico de arte Moreno Galván. Se destacan entre los cincuenta y cinco grabados presentados los que reúne con el título de Canto a la libertad y los seis de La balada del hombre.

[Seoane]