PROXECTO EPÍSTOLAS

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Epístolas
Mencionado/a [1]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1965-03-26 Mencionado/a
Carta de Lois Tobío Fernández a Virgilio Garrido, 1965.
Madrid
Montevideo
Orixinal Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Lois Tobío Fernández a Virgilio Garrido, 1965. en 26/03/1965

Madrid, 26 de marzo de 1965

Querido Garrido: Hace mucho tiempo que debía haberle escrito pero en el Madrid actual cada vez se dispone de menos tiempo y en ello se va pareciendo a las grandes capitales. En eso y en poco más; pues en otras cosas sigue siendo el poblachón manchego de antaño y aún peor. Pues en punto a suciedad y descuido pocas ciudades hay que se le comparen. El llenar de basura las calles es cosa corriente y que asombra en un régimen autoritario. Pero yo creo que esto responde a una política, aparte de la afición que siempre tuvieron a la mugre los dos sectores que hoy dominan el mundo político español: sacristías y cuarteles. Esa política es la de dejar que la gente haga lo que le dé la gana mientras ello no suponga la más mínima amenaza para su poderío. Por otra parte, existe el evidente propósito de mantener a las masas proletarias en el más bajo nivel de educación y cultura, para que su diferencia con los sectores dirigentes sea bien marcada. La estructura sociológica que a la sociedad española se ha propuesto dar el régimen es el de una masa popular mantenida al nivel mínimo en lo económico, cultural y educacional y una burguesía media o alta de vida económicamente acomodada u opulenta y bien preparada en lo cultural y profesional aunque, naturalmente, a la manera y según los estilos clericales. Como se ve, un Estado clasista y con tendencia a acentuar la diferencia entre las clases. Los dos sectores dirigentes tienden a perpetuar su predominio y el de la burguesía media y alta haciendo que la masa proletaria, por su precaria situación económica y su analfabetismo o semi-analfabetismo, acompañada de una intensa labor de catequización religiosa, permanezca sumisa y dispuesta a aceptar todo, ya no sólo por el temor y el palo sino desde dentro, estupidizando.
El plan es claro para cualquier observador atento y hay que decir que ha producido desgraciadamente ciertos resultados. A ello ha contribuido también el aflujo de elementos rurales a las capitales, atraídos por la industria y huyendo del campo miserable y abandonado. Estos elementos rurales, sobre los que el cura y la guardia civil pudieron actuar con todo el peso en los últimos 25 años no tienen arrestos ni conceptos que les permita formar un proletariado consciente. Y así se ve que, en su inmensa mayoría, se resignan borreguilmente a todo y no hay en ellos el menor indicio ni posibilidad de rebeldía. Los sindicatos verticales, que como sindicatos son una pura ficción, cumplen, sin embargo, el papel de fingir una defensa de los intereses de los trabajadores aunque todo el mundo sabe que no tienen más finalidad que mantenerlos sometidos al régimen. Ha habido algunos conatos de protesta, reclamando sindicatos auténticos, obreros, sobre todo en Asturias. Pero esas protestas pronto se ahogan y el gobierno, con sus medios represivos, amenazas, sanciones y expulsiones queda a la postre dueño de la situación. Cualquier organización clandestina obrera que intente formarse es inmediatamente descubierta y desarticulada gracias al excelente aparato policiaco que ha creado el gobierno, quizá el único mecanismo administrativo que funciona bien, estupendamente bien, en este extraño país.
Ultimamente ha habido agitación estudiantil, como Vd. sabrá por la prensa. Miguel, que cursa 1º de Ciencias Económicas, participó también en los jaleos, como todos. La cosa fue bastante seria. Los estudiantes reclaman el derecho a formar asociaciones libres y que desaparezca el SEU, sindicato falangista creado desde arriba y cuyos dirigentes y aprovechadores son también nombrados por los que mandan. Hubo tumultos, asambleas, protestas. Algunos profesores se solidarizaron con los alumnos. Se incoaron varios expedientes y algunas autoridades decidieron recibir a una comisión de estudiantes para que les expusiera sus reclamaciones. En términos vagos, las autoridades declararon estar dispuestas a aceptarlas en principio. Los estudiantes se calmaron ante las promesas. Pero pasan los días y todo queda en promesas. Se ve que no están dispuestos los que mandan a acceder a lo que los estudiantes piden. Y éstos vuelven a agitarse. Lo malo es que se acercan las fechas de los exámenes, mala época para agitaciones estudiantiles.
Una de las características de este régimen es el inmobilismo. Se resiste a introducir la menor modificación en las estructuras políticas, anacrónicas, mamarrachescas que han creado. Presienten, sin duda, que cualquier innovación podría ser la grieta por donde penetrase a presión el impulso que diera con todo al traste. Los más vivos entre los que mandan se dan cuenta de que el aparato político creado no tiene viabilidad y quisieran perfeccionarlo. Pero los más obtusos se obstinan en mantener rígidas las estructuras ante el temor de que se desmorone. De todos modos, están en un callejón sin salida y en el caso español actual se confirma otra vez plenamente el viejo pensamiento de Solon, hace 2500 años, de que la dictadura personal es una finca muy hermosa pero sin salida. Porque la salida es siempre catastrófica. No hace muchos días el ministro de Marina, adlatere y hombre de confianza de Franco dijo en un discurso en Barcelona que los españoles debían tener confianza y no inquietarse, que Franco institucionalizaría el país en el momento oportuno. Quiere decirse que España, al cabo de un cuarto de siglo de este régimen, todavía no está "institucionalizada", que carece de instituciones, que vive en precario y provisionalmente, lo cual es, verdaderamente increíble y, además, peligroso. Uno se echa a pensar por qué razón Franco no se ha preocupado de dar una estructura política, con pretensiones de estable, al país. Puede haber razones psicológicas, pues todo dictador, desvanecido por el poder prolongado y omnímodo, llega a creerse eterno o poco menos y más cuando, como en el caso presente, se cree un agente directo de la Providencia. Muchos que han buscado y conseguido la dictadura personal son megalómanos o psicópatas de algún tipo; pero es seguro que aunque no lo sean mucho al principio terminan siéndolo porque el poder absoluto no sólo corrompe absolutamente sino que además trastorna absolutamente. En el caso presente puede haber las dos cosas o un comienzo larvado que luego se desarrolló. Por otra parte, hay el factor que pudiéramos llamar egoísta o cínico, el "après moi le déluge" de Luis XV. Lo que venga después le tiene sin cuidado y eso puede explicar esa demora en la "institucionalización" del país.
Hace algún tiempo corrió insistentemente la especie de que padecía de mal de Parkinson. Las informaciones parecían ser verosímiles y de buena tinta. Se dijo que, en un viaje secreto, un famoso cirujano suizo especializado lo había intervenido para aliviarle quirúrgicamente los síntomas. Hasta donde puede apreciarse –yo lo ví una vez en la calle y he observado sus fotografías en la prensa, hay ciertos síntomas sospechosos. Creí observar cierto envaramiento en su manera de caminar. En las fotos aparece siempre agarrándose las manos; la expresión del rostro parece ser cada vez más inexpresiva y como de máscara. Hubo desmentidos en la prensa pero ello, naturalmente, nada significa.
Si desaparece o se inutiliza nadie sabe quién recogerá su herencia y cómo. Dentro de los grupos que apoyan el régimen hay fuertes antagonismos. Ninguno de ellos, individuo ni colectividad, tiene gravitación preferente. La táctica de Franco ha sido siempre la de impedir que nadie destacara demasiado para que no le hiciera sombra. En la presidencia del gobierno puso a un general que cuenta con pocas simpatías en el ejército y que en ningún caso podría eclipsarle. Utilizó a la gente del Opus Dei, más competente que la de otros sectores para resolver ciertos problemas sobre todo económicos; pero ahora los del Opus Dei vuelven a estar en baja. El que más gallea a estas horas es mi paisano Fraga Iribarne que se hace el autobombo al frente del Ministerio de Información; pero carece de arraigo y prestigio fuera de un reducido núcleo falangista; y aunque adula al Ejército y a la Iglesia no tiene en éstos especiales simpatías. En realidad, se advierte falta de unidad en el gobierno debida, sin duda, a la declinación física progresiva de F. que, se dice, no interviene apenas ya en lo que no sea directivas de política internacional, dejándolo todo a los ministros que son otros tantos reyes de taifas, cada uno de los cuales tiene orientación política propia y a veces encontrada con la de otros colegas. Así se ve en el planeamiento y ejecución del Plan de Desarrollo, obra del Ministro de Comercio y que cuenta con la sorda y taimada resistencia y boicot del Ministro de Agricultura y otros. Es asombroso que ese Plan de Desarrollo, presentado como una empresa nacional de grandes perspectivas sea atacado violentamente en ciertos órganos falangistas que no ahorra dicterios contra su comisario supremo, el Sr. López Rodó. Uno tiene la impresión de desbarajuste político creciente, y del administrativo no hablemos porque jamás hubo en España tal desorganización, a pesar de que en eso nunca fuimos un modelo. Podría aplicarse aquí aquella frase de no sé quién a no sé qué régimen sudamericano de "una tiranía mitigada por el relajo". Los servicios administrativos y judiciales, la enseñanza, los servicios públicos, la policía urbana (en el sentido de la limpieza) no en el otro) funcionan de manera lamentable. En un país que por circunstancias especiales recibe sumas enormes por turismo que le permiten equilibrar su balanza de pago, en otro caso deficitaria, un elemento tan básico como las carreteras está bastante descuidado y lo que se va haciendo es insuficiente y a un ritmo lentísimo. Para visitar centros interesantes de turismo, y no por cierto remotos, como Siguënza, por ejemplo, las rutas son en una parte del recorrido al menos impracticables, fuera de las grandes vías troncales, en las que también hay sus más y sus menos, los caminos son, en general, malos, peores que, por ejemplo, en la época de Primo de Rivera, con aquel famoso circuito de firmes especiales que siguen formando la base en un 70 u 80% de la actual red vial turística española. Y mientras se han desatendido, y se siguen desatendiendo, o no atendiendo como es debido, las carreteras turísticas, se han gastado y se siguen gastando sumas ingentes en obras de tipo puramente suntuario o espectacular como el famoso Valle de los Caídos inmenso y megalomaníaco osario, remedo grotesco, disparatado, absurdo del Escorial. En los momentos en que el país estaba en una situación de vida más difícil, con muchas obras públicas destrozadas por la guerra, con una economía en ruinas, con la masa de la población viviendo precariamente, el régimen gastaba millones y esfuerzos increíbles en construir ese gigantesco espantajo del Valle de los Caídos. En esta etapa de la Historia española se han llevado al máximo disparate, el absurdo, la falta de sentido de la realidad, el derroche de esfuerzos sin propósito ni sentido que caracterizó desgraciadamente otras muchas etapas de la vida española, sacrificios inútiles, masoquistas, como si se experimentara un morboso placer en sacrificarse sin provecho para nada ni para nadie.
El panorama que hoy ofrece España, el que viene ofreciendo bajo este régimen, es lamentable. Creo, sin embargo, que por debajo de estas estructuras podridas que han llevado a extremos de absurdo los defectos y los errores de la Historia española, está fermentando un proceso, lento, callado que saldrá a flote alguna vez. La estructura económica evoluciona según sus leyes propias, al margen, y a veces en contra, de los propósitos del gobierno. En la Universidad, patrimonio casi exclusivo de los hijos de familias acomodadas, y en general, en todos los centros docentes de enseñanza superior donde se forman las minorías dirigentes de mañana, se advierte, a pesar de todos los esfuerzos de conformación espiritual de base clerical y clasista una polarización marcada: a un lado, el entregado por completo a la política y directivas clericales, espíritus imbuidos de una religión ritualista, formalista, sacritanesca e intolerante; y por otra, un grupo de jóvenes violentos, inconformistas, violentamente anticlericales, como contrapeso natural al extremismo ultramontano de la Iglesia española. Y aquí radica precisamente el peligro. La perpetuación de las dos España violentas, la dificultad de suavizar las oposiciones estableciendo un clima de tolerancia, respeto y libertad que deje existir y vivir a todas las corrientes políticas y de pensamiento. El abismo llama al abismo. Las derechas españolas han abusado de su triunfo, se han saciado y satisfecho su venganza hasta el fondo. Llevaron la intransigencia, la imposición clerical, la negación del respeto a la personalidad, al pensamiento hasta extremos que, creo, no se llegó ni en tiempos de Felipe II. Actualmente, las cosas se han ablandado mucho pero no porque hayan cambiado las directivas y orientaciones sino por relajamiento de los resortes represivos, por fatiga de los mecanismos de poder. Antes había que tener contento al cura, plegándose a todas sus exigencias pues de él dependía el que informara bien o mal sobre un ciudadano, y si no iba a misa o no cumplía con el precepto los informes eran malos. De esta manera, se ha extendido por el país una tremenda capa de hipocresía provocada por el temor y la necesidad de protegerse frente a los muchos peligros, amenazas, trampas y alcaldadas que amenazaban al ciudadano. Y esto ha impreso carácter y la gente, acostumbrada al disimulo, no se franquea, no se exterioriza, calla y mira con reserva a un lado y otro temiendo el palo. Ultimamente se ha estrenado en Madrid una comedia del conocido autor Alfonso Paso, titulada "Los Peces gordos". Literariamente y en cuanto a técnica teatral no vale gran cosa. Paso es un autor de éxito popular que escribe comedias reíderas como las que ponía Paquito Busto en Montevideo. Pero esta vez se ha mandado una comedia de crítica social en que pone cual no digan dueñas a los tipos que mangonean y dominan en la sociedad actual española. Descubre allí iniquidades, injusticias, canalladas e inmoralidades de los peces gordos de la situación. Verdadera radiografía de las capas altas de la actual sociedad española. Documento terrible, condenatorio, de esta sociedad corrompida. El público, que llena el teatro, aplaude, sin embargo, fríamente, desconfiadamente. Está acostumbrado a no expresar sus sentimientos de miedo que ello pueda costarle una sorpresa desagradable. Y aunque ahora este peligro es ya mínimo a diferencia de lo que sucedía años atrás, la gente se acostumbró al recelo y disimulo y sigue utilizando esa pantalla. Es difícil cambiar los hábitos de la gente y no sé si esta prolongada etapa de temor no habrá modificado la mentalidad y carácter, antes franco, abierto y casi brusco el español, por lo menos del castellano. Se nos ha dicho a los gallegos por los de otras tierras hispánicas ser desconfiados y recelosos, como Vd. sabe. Posiblemente esto, que es cierto, fue producto de factores sociológicos, económicos y también políticos en los que sería largo entrar. Pues bien, parecería que estos factores han venido operando también sobre los dominadores castellanos, y que también ellos, antes de lengua suelta y pecho franco, se están volviendo ahora recelosos y desconfiados y que todos los españoles, como en el Río de la Plata, van a ser gallegos.
Por hoy voy a dejar esta larga perorata, que sería inacabable si fuera a seguir el hilo de mis reflexiones sobre este país que me parece absurdo en tantas cosas, y voy a pasar a hablarle de nosotros. Todos nos hallamos felizmente bien. Constanza en 1º de bachillerato y Miguel de Ciencias Económicas. Los fines de semana vamos a veces a Torrelodones donde hay un Club de Campo del que nos hicimos socios. En Semana Santa haremos un viaje por Extremadura: Cáceres, de que tanto nos hablaba Giral, que es sumamente interesante, Trujillo, Yuste, Guadalupe ... Para el verano volveremos a mi pueblo, Vivero. El trabajo en la oficina me resulta interesante y agradable. El clima de Madrid nos sienta muy bien aunque es más húmedo que antaño, tal vez, en parte, por los muchos embalses que rodean la ciudad. Echaron a Mayalde, lamentable alcalde de esta Villa y Corte: dijo en privado que lo habían echado por cierta comisión de obreros que lo visitó para pedirle mejoras le dijo que él era hombre liberal y obrerista, pues no en balde estaba casado con una nieta de Romanones, pero que no le dejaban hacer su política. El alcalde que le sucedió no es mejor. Madrid está llena de calles levantadas por repavimentación o remodelación pero me han dicho que estas obras, muchas de ellas inacabables, dejan buenos provechos a los concejales adscritos al correspondiente barrio. De teatro y conciertos, muy poco o malo o las dos cosas. En calidad peor que el Río de la Plata. Los programas de radio, lamentables: para gente subdesarrollada, con abundancia de audiciones de carácter eclesiástico, poca música buena, ramplonería y chabacanería. El pueblo no se interesa más que por los partidos de fútbol. A los toros sólo van los ricos porque son caros pero los pobres pueden seguirlos por la televisión. Según los entendidos el toreo actual es, desde el punto de vista técnico y artístico, en general lamentable. El máximo prestigio lo detenta El Cordobés que es una especie de "blouson noir" que torea y cuyos admiradores consisten principalmente en extranjeros y extranjeras que nada saben del verdadero toreo y para los que él hace un toreo accesible como Carmen Amaya había hecho un baile flamenco comprensible para americanos.
Le agradeceré que me diga si el Banco efectúa puntualmente las correspondientes transferencias pues para ello yo le remito desde aquí todos los meses las sumas correspondientes.
Esperando que se encuentre perfectamente bien de salud y de ánimo, le enviamos todos nosotros afectuosos abrazos con el cariño de siempre.
[sen asinar]