PROXECTO EPÍSTOLAS

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3 MENCIóNS A Max Bill (1908-1994)

Arquitecto, pintor, escultor, deseñador gráfico, tipográfico e industrial, publicista suízo. Estudou na Kunstgewerbeschule de Zúrich e na Bauhaus de Dessau. Foi o primeiro rector da escola HfG de Ulm e formou parte do grupo "abstraction-création" desde 1932 a 1937. Organizou a exposición itinerante "Die gute Form" en 1949.
Epístolas
Mencionado/a [3]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1960-03-01 Mencionado/a
Carta de Burd a Luís e Maruxa Seoane. 1960
Bos Aires
Basilea
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Burd a Luís e Maruxa Seoane. 1960 en 01/03/1960


Bs. Aires, Marzo 1º de 1960

Queridos Maruja y Luis:

Recibimos las “noticias escuetas” de uds., alegres y “europeas”. En cuanto la gente pisa Europa tiene por fuerza que adoptar un género epistolario muy especial “europeo”. Todo lo que se percibe en un viaje se cuenta a borbotones, desbordándose por las palabras los museos y los paseos—Es
justamente en las cartas donde se nota el provincianismo nuestro de aquí—Por todo esto que causa más incomprensión, cada vez que nos enteramos, que los de Europa quieren ver en América del Sur una tabla de salvación (¿la ley de compensaciones?).
Nosotros, contra una Lisboa, ponemos las playas de Punta del Este, contra las magníficas colecciones de los museos de Basilea y Zurich, discusiones abstractas sobre tal o cual. Contra una posible guerra y sus desastres, el temor que da una política reaccionaria y el sabor de la Traición... Para cada tema, otras dimensiones, otras miras, otros objetivos. Todo muy importante desde aquí, quizá mucha más importancia que la que tiene de veras.
No hablan nada de la exposición de Luis. El museo de Basilea es verdaderamente importante. Nosotros, me apunta Esther, sólo vimos 3 Juan Gris. ¿Habrá cambios? Recordamos a CRANACH, que tú no mencionas. También nos impresionó el primitivo suizo, sobre todo Holbein –magnífico–. En cambio, no comparto totalmente tu opinión sobre Basilea, que nos pareció bastante insulsa –no así la parte del R[h]in que en este momento se me aparece corriendo bajo un puente que sale de cerca de la vieja y reconstruida mil veces Catedral. De acuerdo también con respecto a Max Bill, pensando en todas las veces que importamos “movimientos Max Bills”, sin que puedan arraigar aquí. Me dolería menos que esos movimientos fuesen contemporáneos, y no tan tardíos, como llegan a Bs. As.
En ésta, pocas novedades: la llegada y salida de Ike [Eisenhower], un viejo con cara colorada y simpática que viene a confirmar el trabajo de su gerente en la Argentina: “F” [Frondizi]. Ya estamos hundidos del todo.
Otras cosas no hay. Gracias muy especiales por los envíos, nuestro viaje sigue en pie y para la misma fecha: Octubre. ¿Nos veremos allí o aquí?
Esther agrega un kilométrico abrazo –casi tan grande como el mío.

Hasta la próxima

Lipa

[Escrito na marxe esquerda:] Creímos que se habían marchado de Basilea. Ponemos esta carta el 15/3. Esperamos los encuentre todavía. Un abrazo. Lipa.

1963-04-01 Mencionado/a
Carta de Seoane a Falcini. 1963
Xenebra
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Falcini. 1963 en 01/04/1963


Ginebra, 1 de Abril de 1963

Sr. Luis Falcini
Buenos Aires

Mi querido amigo:

Hace veinte días que estamos en ésta y hasta ahora no traté de hacer otra cosa que mirar y, cuando pude, ver y comprender. Las ciudades suízas son encantadoras, más, para mí, las de la Suíza alemana: Berna, Basilea, Zurich, me gusta lo que tienen de medieval estas ciudades, sobre todo Basilea y Berna y encontrar el arte por sus calles, bueno y malo, pero siempre hecho con amor y oficio. Me gustan las fachadas pintadas, con relieves, o solo con viñetas heráldicas y frases en caracteres góticos que no entiendo, pero distribuídas de manera que uno puede encontrar en su disposición el genio gráfico suízo. Es un arte racional el que hacen las gentes de este pueblo. Racional como sus máquinas y sus comidas.
Suiza va siendo una inmensa máquina donde los hombres actúan formando parte de su engranaje y cuando tienen tiempo para detenerse a pensar en sus vidas sueñan con el apasionado desorden latino, o con la supuesta vida libre en la para ellos desconocida América de las grandes pampas, horizontes y selvas. La misma belleza del paisaje está aquí muy construida y pensada. Apenas queda rincón que el hombre no hubiese diagramado. Se trata de un esfuerzo de siglos y el propósito de libertad que les llevó a hacer este país condicionándolo a las montañas, los ríos y la nieve, y a racionalizar su religión, acaba por encadenarlos. Pienso que la vuelta de muchos suízos a la iglesia católica es un regreso instintivo a las viejas supersticiones, a la poesía de las imágenes y los ritos, a la anarquía teológica y al desorden y variedad latina que distingue a esta iglesia. Nosotros, herederos de Grecia y Roma y de las leyes bíblicas, que la iglesia nos resumió en catecismos y más bien procuró hacernos olvidar, buscamos algo de ese orden y racionalidad que a ellos ahora les distingue. Pero corremos el peligro de sumirnos en otro exceso y en la nostalgia de la acción instintiva, humana y verdaderamente libre. Perdóneme esta disquisición.
Al arte suízo le falta en general dejarse llevar por el instinto, por ese supremo valor del “me dá la gana” de otros pueblos. Todo está demasiado calculado y sabido, por esto, seguramente, su genio se expresa fundamentalmente en las artes gráficas, industriales y prácticas, lo que, a mi modo de pensar, no les desmerece, sino que los distingue. Son sobre todo notables e ingeniosos artesanos y su arte tiene siempre una finalidad colectiva. Se comprende que Le Corbusier sea suízo y hubiese inventado aquello de la “máquina para vivir” refiriéndose a la casa. Uno ve en los museos las habitaciones medievales de este país y ya entonces eran “máquinas para vivir”, como verdaderas máquinas semejan las fachadas de sus casas antiguas, cada ángulo de la decoración formada por las maderas obedece a una necesidad formal de resistencia y geometría.
Quizá esto explique a Max Bill y su concretismo. Pero uno come los sabios e insuperables chocolates de Suíza y a uno le queda en el paladar la nostalgia de los chocolates hechos a mano en las viejas ciudades españolas, heredado del descubierto en Méjico, menos dulce y más arenoso. Más primitivo y más humano, como ocurre con los quesos de Italia y España. He vuelto a ver a Hodler y a los primitivos suízos, Conrad Witz y Nicolás Manuel, se trata de extraordinarios técnicos de la pintura, de grandes pintores que hay que conocer, pero les falta el toque de dramatismo, locura e instinto, o el genio renovador de sus contemporáneos de algunas otras partes de Europa. Hodler pintó algunos cuadros con figuras yacentes. En ellos está todo lo que caracteriza a la muerte, el color y los gestos últimos, pero se trata de una muerte limpia, ascética, muy poco dolorosa y cruel, humanamente animal, tal como la descubrieron Rembrandt o Goya.
En los museos de Basilea y Zurich encontré nuevos ejemplos de escultura, incorporados a partir de 1960 por adquisición o donaciones. A la entrada del Museo de Zurich junto con La puerta del infierno de Rodin y la gran escultura de Lipschitz están ahora Moore y Marino Marini con una maternidad y un caballero, respectivamente. En el patio del de Basilea junto con Los burgueses de Calais de Rodin, está otro caballero de Marini de bronce, como el de Zurich. Pero más que en escultura es en pintura en lo que aumentaron estos museos. Extraordinarias piezas de impresionistas y casi todas las escuelas posteriores se han incorporado a ellos, pero a todo esto iremos refiriéndonos con tiempo en otras cartas. Uno siente como el arte constituye una necesidad para las gentes de Suíza. Está presente en todas partes y hasta ahora no me referí a los maravillosos libros que se ven en las vidrieras de las librerías impresos en Zurich o en Lausanne, o en Newchatel, y por los cuales uno siente, otra vez más, no ser millonario.

Un gran abrazo para todos los amigos, de Maruja y mío, saludos para los suyos y otro abrazo de su amigo para usted:

[Seoane]

1963-05-13 Mencionado/a
Carta de Seoane a Payró. 1963
Xenebra
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Payró. 1963 en 13/05/1963


Ginebra, 13 de Mayo de 1963

Sr.
Julio E. Payró
Buenos Aires

Mi querido amigo:

Llevo aquí en Suíza algo más de dos meses y estaré, seguramente, casi un mes más. Anduve por todas sus ciudades importantes, viendo museos y grandes exposiciones individuales organizadas por los mismos museos o por galerías privadas, y todo aquello que pueda ofrecerse a la curiosidad del público. Es un país difícil y espléndido en muchos aspectos.
A mi, personalmente, me conmueven sus preocupaciones teológicas en su afán de reducir la teología a sentido común, estatutos y reglamentos, el movimiento alquimista de Basilea con sus personajes curiosos, mezcla de charlatanas, teólogos, químicos y médicos, y el genio gráfico popular de sus habitantes que les lleva, sobre todo en el norte, a diagramar instintivamente una pared o cualquier espacio con una seguridad y acierto que hace, a mi juicio, perfectamente suizo y nacional el arte de Max Bill y de los concretos, no tan distante como pudiera parecer a simple vista de Hodler o Valloton a pesar de las figuraciones de éstos. Les une a todos una parecida preocupación gráfica, este gusto particular de su país, e igual exactitud en la colocación de un tono o en la disposición de una línea en la composición del cuadro. Me gusta el Hodler de la última época –siempre es un excelente pintor– el de los retratos, paisajes de lagos y montañas y cuadros históricos de lansquenetes, o lo que sea, en guerra. Su paleta gris y blanca, y esa hábil línea negra que sabía desplazar sobre los planos de color para definir un gesto o un objeto. Pero desde los primitivos suízos hasta los concretos hay una línea anímica nacional que puede explicarse por la arquitectura rural, con sus pontones del exterior de los edificios que definen espacios, por la composición de las leyendas con sus letras góticas en las fachadas de las casas, desde el siglo XIV o XV hasta hoy, por la composición coloreada de las ventanas y puertas, perfectamente concretas, o de muchos de sus emblemas. Atraviesa uno la frontera y ya no es lo mismo Francia ni la misma Alemania, más unida al norte de Suiza.
Entre éstos dos países Suíza significa el amor por la materia, solo por ella; a un color solo por éste, y a una línea exacta y definida. Si tuviese que buscar un ejemplo pondría el de los cencerros de las vacas antes de llegar al de las artes gráficas actuales. A todo esto no he dicho nada de nosotros. Estamos encantados. Alquilamos un departamento de un ambiente y trabajo, pinto. Las obras mías parece que gustan bastante y tengo esperanzas de hacer algo. Casi concretadas tengo exposiciones para la próxima temporada en Zurich y Basilea. Estuvimos con su hijo y su nuera dos o tres veces. Han estado con nosotros muy amables y nos parece conocerles de siempre. Su hijo preside una agrupación hispanoamericana que realiza una labor espléndida a través de un pequeño teatro de aficionados con obras españolas y de latinoamérica. De vez en cuando le iré dando cuenta de nuestra vida. De Buenos Aires creo que tenemos nostalgia desde la semana de salir de ahí, por los amigos sobre todo.

Reciban Anita, María Inés, Silvia y usted el saludo de Maruja y mío y usted además el abrazo de su amigo:

[Seoane]