PROXECTO EPÍSTOLAS

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3 MENCIóNS A Miguel Carlos Victorica (1884-1955)

Pintor que se formou en Arxentina. Entre 1891 e 1917 residiu en París, onde recibiu a influencia do postimpresionismo e dos intimistas franceses.
Epístolas
Mencionado/a [3]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1949-05-26 Mencionado/a
Carta de Falcini a Seoane. 1949
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Falcini a Seoane. 1949 en 26/05/1949

Buenos Aires, mayo 26/49

Querido Seoane:

A los pocos días de su partida para Europa, recibí de Montevideo sus líneas recomendándome al pintor alemán. Luego tuve ocasión de conocerlo, pero no me fue posible todavía serle útil. Talvez exponga en Muller.
Hace unos días me llegaron noticias suyas de París, y conmigo varios amigos: Sarita, Frontini, Scheimberg. (Sarita me encarga ya que yo le escribo antes, de anunciarles carta de ella para dentro de unos días).
Demás estará decirle que su entusiasmo por París lo comprendo por haberlo vivido. Tan seguro estoy que no desespero de poder renovar la experiencia. Por ello me explico que hasta el momento de su carta de Ustedes no hayan tenido tiempo más que para recorrer ese maravilloso París y frecuentar algunas salas del Louvre. Imagino sus emociones frente a Zurbarán y a los retratos familiares de Rubens que tanto me impresionaron. Yo, también, como Giambiagi, celebraría recorrer con Uds. esa condensación de la historia del arte que es el Louvre.
Nos ha sido tan grato recibir noticias de Uds. que nos leímos vuestras cartas. Al leer la que recibió Frontini, me enteré de la impresión que le produjo el Balzac de Rodin y de que me asoció a esa impresión. Por rara coincidencia, su carta llegó en momentos que preparábamos una exposición de esculturas y dibujos originales de Rodin que inauguraremos el I de junio. En esa ocasión yo hablaré de la escultura y del significado de la obra de Rodin.
He sometido la sugestión de trasladar la sala de la Hebraica a la rue de la Boetie o al Faubourg Saint Honoré al Dr. Scheimberg. Mentalmente ya hacemos con Uds. tertulia allí. Algunos más felices, pronto se harán presentes, como Kornemblithh, dentro de poco.
En cuanto a lo que Ud. llama un error de haberlo designado delegado de la S. A. A. P. ante el Congreso, no comparto su opinión. Creo lo contrario. Máxime siendo yo el autor de la moción que todos compartieron. Su elogio de la representación de la U. M. A. se lo hice conocer a Nélida que lo celebró, lo mismo que su saludo.
Espero conocer nuevas impresiones y noticias de que el viaje les resulta provechoso, en todo sentido.
De la temporada artística de Buenos Aires poco es lo que puedo decirle digno de interés. En este momento tenemos en nuestra Sala una muestra de esculturas, monocopias y dibujos de Cecilia Marcovich, que revelan a una artista de calidad, sobre todo para nuestro medio. Después de la de Rodin, tendremos una de Victorica.
Sin más, por ahora, les digo, a pesar del deseo de contarlos de nuevo entre nosotros, que ojalá puedan quedar allí mucho tiempo, trabajando con provecho.

Salúdeme mucho a Colmeiro, a Serrano Plaja, a Audivert, a Alicia y a demás amigos comunes y reciban ustedes dos el saludo de Germaine que agradece vuestro recuerdo y el de este amigo de siempre.

Luis Falcini.

[Manuscrito:] PD: Por este correo sale carta para Colmeiro dirigida a Ed. Berthier

1949-06-25 Mencionado/a
Carta de Frontini a Seoane. 1949
Bos Aires
París
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Frontini a Seoane. 1949 en 25/06/1949


Buenos Aires, 25 de junio de 1949

Querido Seoane:

Te escribo en el silencio característicamente sabático de la ciudad (chirridos de tranvías y bocinas). De tu casa nada he vuelto a saber. Supongo al perro con bozal y a la mujer de los embrollos eróticos cambiada de lugar.
Me parece bien que retengas tus pesos aquí para el regreso: escríbeme para lo que necesites. París es una ciudad que quiere ser vivida: quédate el mayor tiempo posible porque sus aires espirituales tienen una esencialidad que hace bien y bien vale la pena aguantar algunos sinsabores para gozarla. Es ciudad que nos liberta del peso muerto de la vida y que pone alas a la sensibilidad. Además ocurre allí esa cosa linda de estar uno mismo enterizo, con los pensamientos llenos de energía, las sensaciones indivisas y las emociones extravertidas. Es cosa buena y saludable ver y consultar una experiencia de hombres que nos toca tan de cerca y que se nos ofrece como una promesa. Estar con el alma metida hasta el tuétano es algo delicioso. Yo veo eso con agrado porque en cierta medida lo viví; aunque no como tú, suelto y con todas las distancias espirituales tendidas. Procura no quedarte demasiado en ti mismo. Diría: ensimismado; mejor decir: entimismado. Trata de comprender –por contacto directo espiritual– las diferencias de los hombres del lugar. Las diferencias son un estilo que en lo que tiene de forma y de valor experimentado pueden servir para aventar problemas propios. Qué tal Picasso como persona: tiene a la vista algo de su genio?...
Estoy de acuerdo en eso de los abstractos. Una cosa es responder a una verdadera e impostergable inquietud dramática, otra es el seguimiento puramente literario –intelectual o conceptual– de un resultado ajeno y en el momento anacrónico. Es lo que va del dechado al remedo. Yo recuerdo con alegría algunos cuadros de Gris y Braque; muchos de Paul Klee, deliciosos; y algunos de Kandinsky que vi en Berlín y en Nueva York. El grupo “madi” es artificial y una experiencia meramente racional y mezquina de un grupo de muchachos sin quehacer verdadero. Ese algo además del oficio y la maestría a que te refieres es la poesía. No la vi en las recientes obras de [Miguel Carlos] Victorica en la Hebraica. En otras ocasiones vi cosas suyas muy interesantes. (El cuadro de Giambiagi que tengo a la vista está más allá de mis cambios personales: está diría, en él mismo; tiene un silencio luminoso, un algo no visto antes: esa es su poesía: cosa inasible y presente, manera de acercarse al misterio de la realidad, a su esencia: de intuirla).
[Orlando] Pierri no me convenció: una cosa es la pintura onírica y otra la del diálogo con la realidad (de tantas caras posibles y con coacciones de forma, color, composición, etc.). Las cosas –la realidad– tienen sus exigencias y en el resultado del diálogo –el cuadro– tiene que estar presente el pintor con las suyas. Pierri, a mi juicio, no supo pasar de su manera anterior –ensimismada y en cierto modo fácil– a la nueva de su experiencia en Francia. Lo que de él estaba presente en su pintura anterior está ausente en la última. De todo esto habría mucho que hablar porque las cosas las digo desde una manera propia de ver.
La Hebraica hizo una exposición de Rodin. Mucho interés, conferencia de Falcini y debate. El debate fracasó por falta de experiencia acerca de cómo deben ser.
Hoy se inaugura una muestra de arte francés. Espero pasarlo bien.
[Antonio] Berni llegó dos días antes que tu carta. En Italia estudió al Giotto. Cosa técnica. El Giotto tiene muchas cosas que decirnos. A mí me conmovieron siempre los ojos de sus imágenes: ojos democráticos, que ven pasar al hombre. Inequívocamente ojos renacentistas. Entre los ojos que pintó el Giotto (tan lejos de los de Cimabue) y la aventura quijotesca de Colón o la ídem de Santa Teresa, hay a mi juicio pocas (o ninguna) diferencias cualitativas importantes.
No te aturdas con preocupaciones de regreso precipitado. Vive París a pleno pulmón. Vete a Italia aunque sea en bicicleta. No sientas nostalgias repentinas. Ni por los amigos que, si son verdaderos están presentes en el corazón y de ellos hablamos sin que el tiempo y el espacio se interpongan. Pronto me iré a Punta del Este a empezar la construcción de mi casita de descanso –y la tuya–. Yo estoy medio enloquecido. Con todos los trastornos materiales que puedes imaginar. Ahora me he metido en los preparativos del Congreso por la Paz de la Plata y de Méjico.
Escribe.

Abrazos para los dos muy fraternales.

Norberto

1977-02-11 Mencionado/a
Carta de Pedemonte a Seoane. 1977
Bos Aires
Nova York
A Coruña
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Pedemonte a Seoane. 1977 en 11/02/1977


Buenos Aires, 11 de febrero de 1977

Señor Luis Seoane
Paseo de Ronda 15, 6º izquierda
LA CORUÑA. España

Estimado amigo Seoane:

Lamenté mucho que la alienada vida de Buenos Aires haya hecho que me demorara en mi cumplir mi amenaza de juntarnos en casa a comer y mostrarle cómo queda Mujeres sentadas, nostálgicas, exhibiendo su grandiosidad, ahí, solo, en el caballete.
Fíjese que tengo cosas importantes de Castagnino, Cañás, Cogorno, Berni, Policastro, Alonso, un Del Pate chico que es una joyita. Y estos son nombres. Sin embargo, a pesar de mi cariño por toda la obra que tengo en casa, hay dos cuadros por los que siento una predilección especial, que me dicen más que los otros: Un paisaje de Victorica y el suyo, con sus negros, ocres y amarillos, con su composición genial, con todo lo que tiene una excelente obra de Seoane.
Desde que entró a casa, preside el living –el living donde se vive, se escucha música, se charla, se toma un trago– desde su caballete. Muchas veces hablamos de él y muchas veces le dije a mi mujer que ese cuadro tiene la solemnidad o la grandiosidad de un mural. Por eso me alegró, cuando leí el “Seoane” de Squirru, el ver que el crítico dice que usted logra en la dimensión de la pintura de caballete el espíritu del mural.
Frente a Mujeres sentadas, nostálgicas hay una pared con 8 dibujos, algunos de ellos de muy buenos dibujantes: Cogorno, Sabat, Libero Badii. Y junto a ellos está la magnífica cabeza de mujer que usted me regaló. Y también aquí manda el talento y la fuerza de Seoane. Uno mira la pared y se encuentra con un Fellini de Sabat, que es una barbaridad; la Catedral de Chartres con el dibujo exquisito de Libero; un desnudo de Cogorno, de esos que Cogorno sabe hacer. Y al final, uno termina siempre mirando a los ojos de la cabeza de mujer de Seoane.
Todo esto me hubiera gustado decírselo en casa, a usted y a Maruja, gesticulando, señalando, mirando, tocando las obras. Y todo el loquero propio del trabajo de fin de año –especialmente el último fin de año, muy complicado– hizo que los días corrieran y lo llamara cuando ustedes estaban por irse.
Pero siento que se lo debo. Que de alguna manera, tengo de agradecerlo todo aquello que me da lo que usted hizo. Gracias, amigo Seoane!
Cuando sepa que usted recibió esta carta, voy a poder mirar sus mujeres sin que me moleste “aquello que le quería decir a Seoane y no se lo dije”.
Espero que disfruten su permanencia en España. Que sea productiva y feliza en todo sentido. Antes de terminar, un favor: puedo pedirle que si expone por allá se acuerde de guardarme un catálogo? Muchas gracias.

Un abrazo para Maruja y usted.

Jorge Pedemonte