PROXECTO EPÍSTOLAS

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2 MENCIóNS A Émile Zola (1840-1902)

Escritor considerado como o pai e o maior representante do Naturalismo. Tivo un papel moi relevante na revisión do proceso de Alfred Dreyfus, que lle costou o exilio.
Epístolas
Mencionado/a [2]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1885-01-26 Mencionado/a
Carta de Emilia Pardo Bazán a Carmen Miranda, 1885
Orixinal Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Emilia Pardo Bazán a Carmen Miranda, 1885 en 26/01/1885

Hoy 26 Enero -París-

Querida Comadre: ya deseaba saber de tí y contarte algo de mis aventuras por esta: mil veces me he acordado de tí pensando en los miedos que tú pasarías al verte por acá como decía el bueno de Carballeira, á muchas leguas de tu casa, sin familia y sin amigos, aunque visto esto de cerca se comprende muy bien, desde ahí supongo que estarán VV. asustados de mi valentía.
A la verdad mi vida tiene poco que contar, pues es la de un estudiante aplicado y no más. Yo me levanto, almuerzo y me voy disparada á la Biblioteca, de donde salgo á las 4, quedándome sólo el tiempo preciso para dar un paseíto por el boulevard ó las calles donde hay tiendas. A las seis como, y de noche apenas salgo, pues necesito despachar el correo y hacer una novela que tengo vendida á la casa editorial de Arte y Letras.
Además aquí los teatros varían poco, y yo ya he visto casi todas las funciones, de modo que sólo el sábado me corro al teatro que los hay realmente preciosos. La Teodora de Sardou es un prodigio de lujo en los trajes y decoraciones, y la féerie ó mágia que dan en el Chatelet es otro primor.
Por raro caso, yo que estaba dispuesta á tomar el portante para Italia si hacia aquí demasiado frio, me encuentro conque hace menos que ahí. No he necesitado encender la chimenea sinó una ó dos noches. Un tiempo hermoso. Ha nevado sí, pero una nieve suave, que solo sirve para poner precioso el Bois de Boulogne, que tiene helado el lago, en el cual patina un club de principesas y marquesas monísimas. Ayer las he visto: había una que tenia un traje así (no te rías del dibujo) con esclavina de nutria y el resto de [debuxo] terciopelo verde bronce muy plegadito, de hechura de blusa. Las narices parecían berenjenas.
De modas poco puedo decirte, pues aquí en la calle apenas se visten y como no te describa los trajes y los peinados de mis compañeros de estudio en la Biblioteca (que los hay famosos) no sé que te cuente. Se llevan infinito los gitones como el mío, de nutria, con pluma ó piel alrededor: es una peste: de modo que estoy á la última: solo que tienen más vuelo detrás que el mío. Hoy he visto en el Louvre una chaqueta bonita para teatro que se puede hacer ahí fácilmente: es de raso gris perla velado con tul de encaje español: la forma es así. Lo que tiene por delante es una chorrera de encaje y la presilla que lo sujeta es de cinta de raso: el encaje está flojo y lo ciñe solo la presilla. [debuxo]
También se llevan mucho chaquetas de terciopelo negro con delantero de raso blanco todo bordado de perlas de realce, muy gruesas.
Lo que aquí nadie lleva son esos sombreros de cucurucho que están ahí tan de moda. Aquí el sombrero se hace á la cara, como cada uno quiere, y se usan mucho unas capotitas así [debuxo] haciendo pico delante.
En niños he visto poco: es verdad que aquí casi no los hay, ó por lo menos no se ven. No he visto casi ni un chiquillo pequeño ni una señora en estado interesante. Así dicen que Francia se queda despoblada: y es verdad, aunque parezca broma. Apropósito: me alegraré de que tus vahídos no reconozcan esa causa, pues ahí se peca del extremo contrario, y á la verdad todo es malo, el término medio es lo mejor.
Qué más te diré? Yo veo poca gente: Zola está en el campo y por eso aun no tuve el gusto de echar con él un parrafeo: he conocido algunos literatos franceses más sosos que el agua, aunque finos como lo es aquí todo el mundo: españoles hay aquí muchos, pero no he querido ver aun á la Rattazzi, porque me quitaría tiempo para mis librotes, y á la verdad, ya que hice el sacrificio no pequeño de dejar á los chiquillos, quiero aprovechar el tiempo – Da un beso á los tuyos y un abrazo á la viejecita y al marido – Siempre te quiere tu Emilia

1968-12-13 Mencionado/a
Carta de Seoane a Shand. 1968
Madrid
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Shand. 1968 en 13/12/1968


Madrid, 13 de diciembre de 1968

Sres. Susana y William Shand
Buenos Aires

Mis queridos amigos:

Estamos escribiendo, al fin, a todos los amigos, lo que quiere decir que necesitamos respuesta de todos ellos. Hicimos hasta ahora un viaje espléndido, volviendo a ver calles de ciudades ya vistas y arquitecturas y museos, y todo lo que un turista ve porque no tiene otra cosa que hacer sino mirar. Volví a hacer dibujos por los cafés, sentándome en ellos para aguardar pacientemente una presa que siempre llega. Resulta un modo de ir de caza, como ya dije en el prólogo de Retratos furtivos, aunque no fuese así tan claramente, pero creo que cada vez más me emociona un rostro de persona que una arquitectura, una calle, un museo. El hombre por sí mismo más que por su obra. Cuando uno está viendo una obra cualquiera y piensa en el hombre que la hizo, no puede menos de evitar el aumento de simpatía o de antipatía por la obra. El autor importa mucho, su vida, su pensamiento, su manera de colaborar o no colaborar con otros hombres es muy importante. Yo admiro a Degas, pero cada vez que pienso en éste con prejuicios raciales, enemigo de Zola, reaccionario, antidreyfusista, su obra pierde bastante valor ante mis ojos, procuro buscar en ella donde está la falsedad, el error del hombre. Quizás por esto siempre me inquietan las obras de autor anónimo. Necesito saber del autor para poder penetrar en la obra de arte. Es posible que esto no le ocurra a mucha gente, a casi nadie, pero un libro o un cuadro es, para mí, muy importante –aparte de que lo sea para la literatura e historia del arte– como para dejarme llevar por ella si atrás no veo al hombre que la hizo. Algo de esto me pasa con las ciudades. En general, las ciudades europeas comenzaron siendo aldeas, burgos sin importancia, y fueron haciéndose ciudades con el trabajo de los siglos. Hubo en esos sitios donde se levantaron, guerras, persecuciones, catástrofes de muchas índoles, pero todo eso hacía cada vez más humanos a sus habitantes. Ellos sabían que no lo perdían todo. Que una invasión de otro pueblo, que una inundación, un incendio, podía con ellos. En Nueva York, nunca pasó nada, es una ciudad sin muñones, sin señales de desgracia, aún en sus barrios más pobres. Insolente en su arquitectura, en sus calles, en sus gentes. Todo es, o parece, despiadado, aunque en ella habiten minorías que buscan piedad para ellos y para otros, que existen y de verdad la buscan entre tanta frialdad y riqueza. Sin embargo, Nueva York me gusta. Me gusta hasta que pienso como se fue elevando, quienes son sus autores, porque llega a ser así la ciudad más representativa de nuestra época y precisamente de todo aquello que más odiamos de nuestra época: el capitalismo, la guerra, el racismo, el desprecio del hombre en su tercera edad, la vejez, etc. Tendría que vivir en Nueva York para ver todo esto en el rostro de las gentes y no puedo y además, a pesar de admirarla, no me gusta para vivir. Prefiero una aldea del Finisterre gallego. Hace más de dos mil años que sus gentes se asoman al mar, escudriñan el horizonte, temen los temporales y son arrastrados a la fuerza, a la emigración, a todas las desgracias, por las gentes de las grandes ciudades. Ahora los gobiernan, ellos no lo saben, desde Nueva York.
Perdonadme toda esta digresión. Escribidnos. Saludos a todos, a Bernardo, a Sofía, a Margot Parker, a todos los amigos y un gran abrazo para los dos de Maruja y mío:

[Seoane]