PROXECTO EPÍSTOLAS

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2 MENCIóNS A Bruetman

Médico arxentino, pai do oncólogo Julio Bruetman.
Epístolas
Mencionado/a [2]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1963-04-02 Mencionado/a
Carta de Seoane a Sofovich. 1963
Xenebra
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Sofovich. 1963 en 02/04/1963


Ginebra, 2 de abril de 1963

Sr. Bernardo Sofovich
Buenos Aires

Mi querido amigo:

Estoy ahora empezando a escribir cartas. Dejé pasar todo este tiempo para poder de mejor manera concretar las impresiones que voy recibiendo de lo que veo. Suiza me gusta mucho. Me encanta su paisaje, su nieve y sus ciudades y hasta sus gentes, creo que más a partir de Berna y hacia el norte. Se ven los defectos, pero también puede uno ir admirando sus virtudes y éstas son todas aquellas que nos enseñaron a practicar de niños nuestros padres y la escuela. Se trata de virtudes elementales y prácticas que sirven para hacer cómoda la convivencia. La practicidad es la norma de conducta habitual de estos montañeses, seguramente impuesta por el clima y la necesidad de preservarse de vecinos ambiciosos. Su fantasía está destinada a la invención de objetos útiles y a encontrar en su ejecución satisfacción artística. Les gusta que las cosas estén bien terminadas y produzcan buen efecto, que sean bellas. Quizás esta cualidad les viene de una larga herencia campesina, de encierros caseros en las largas nieves de sus montañas. Alrededor del fuego para calentarse el cuerpo debieron nacer las mejores virtudes suizas, y las virtudes de su arte. Pintan, dibujan, esculpen con exacta corrección, con largo conocimiento del oficio y con tozudez destinada a hacerlo lo mejor posible. Un gran pintor suizo es Hodler, que no tiene, a mi juicio, la resonancia universal que debiera. Extraordinario dibujante y pintor, un poco frío, pero muy sabio y que en su obra es espejo fiel del temperamento de su pueblo. Yo no sé si fue verdad histórica el suceso de Guillermo Tell o es leyenda, pero, cualquiera sea su origen, esa precisión conque dispara la flecha sobre la manzana que está en la cabeza de su hijo, es la precisión que caracteriza a Suiza y a sus artistas. Posiblemente, nada se encuentra individualmente genial en este país. Su genio, en todo caso, es producto del esfuerzo colectivo. Los retratos de Holder son admirables como lo son muchos de sus paisajes de montañas, donde las nieves y las nubes se confunden en color y forma para dejarnos ver por trozos el azul del agua y el verde de los vegetales. Cada línea de sus retratos es exactamente del tamaño que corresponde y está en el único sitio donde puede estar en el cuadro, sirviendo al mismo tiempo para definir al retratado. Pero esto mismo ocurre en los retratos de Goya o de Rembrandt y existe además algo indefinible que escapa a toda lógica y a la corrección del oficio. Félix Valloton, otro suizo, es un maestro, pero le falta el valor de saber desprenderse de lo que es correcto y que fue aprendido. Uno piensa en Renoir o en Monet, que vivían por los mismos años, posiblemente de más edad, no lo sé, pero que se atrevían a dejarse llevar por la fiebre del color y de la expresión. He visto estos días un desnudo rojo de Renoir muy descuidado de dibujo en el sentido académico, pero bellísimo de color y, ¿quién nos diría que esas manchas verdes y azules de Monet componen el detalle de un paisaje?
Vi algunas exposiciones extraordinarias, una de ellas de Jawlensky, del que le hablo a Scheinberg, y en una galería dedicada a libros de arte y grabados cuatro libritos, más chicos que los librillos de papel de fumar, de 3 centímetros por 2 aproximadamente, ilustrados por Picasso con aguafuertes. Son ejemplares numerados y de muy poco tiraje y cuestan 1.000 francos suizos, unos 31.000 pesos más o menos. Aparte de esto, también algunos espléndidos Picasso que vi por galerías, aparte de los museos, que nunca he visto reproducidos.
Bueno, refiriéndome a cuestiones de otra índole. ¿Cómo va el asunto del cobro de la Hebraica? ¿Qué dice el doctor Bruetman? ¿Y Bernárdez? ¿Continúan yendo a Ranelagh? Suponemos que sí si el verano este año es tan constante en ésa como aquí el invierno. Ayer nevó en Ginebra y hoy amanecimos con lluvia y frío, a pesar de esto, los comercios y las gentes están preparadas para gozar de la primavera. Me gustaría que nos enviasen noticias de ésa. Supimos por los diarios de la renuncia del Ministro del Interior y antes de los sucesos provocados por la actitud de la Marina. Le ruego que nos escriba.

Reciban Elsa y Ud. el saludo de Maruja y mío y además Ud. un abrazo de:

[Seoane]

1963-05-07 Mencionado/a
Carta de Seoane a Sofovich. 1963
Xenebra
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Seoane a Sofovich. 1963 en 07/05/1963


Ginebra, 7 de mayo de 1963

Sr. Bernardo Sofovich
Buenos Aires

Mi querido amigo:

Recibimos su carta y, ayer, el dinero del Museo por medio de una sucursal en Ginebra de la Societé de Banque Suisse. Le agradezco mucho sus gestiones y el dinero nos viene muy oportunamente. Nosotros estamos en esta ciudad como si hubiésemos estado en ella toda la vida, nos sentimos a gusto y trabajo, pinto, más de lo que hubiese creído dada la pequeñez del departamento que habitamos. Entre los cuadros que pinté en este tiempo están dos Homenaje a Grimau que pienso llevar a Madrid donde, según nuestras noticias, el ambiente producido por esta ejecución es extraordinario. Tanto que en Le Monde de ayer se anunciaba la supresión de varios decretos y leyes de represión y la constitución de tribunales civiles para los delitos políticos, limitando los consejos de guerra a los asuntos puramente militares. Éste es un triunfo de la presión interna y la protesta de toda Europa y de todos sus sectores desde los comunistas a los católicos, excluyendo, naturalmente, las minorías fascistas. Franco hizo imposible momentáneamente con esa ejecución la entrada de España en el Mercado Común Europeo. Nosotros hemos vivido las grandes manifestaciones de Ginebra, y de su calidad, y más violentas fueron las de muchas ciudades europeas. La prensa española no hace más que achacar al comunismo internacional estas protestas y tratar de revivir supuestas represiones de las checas de Barcelona y Madrid. El embajador de España en Suiza pretendió con una carta, que los diarios reprodujeron en su letra más chica, dar lecciones de interpretación del Evangelio a los sacerdotes católicos que hicieron público su repudio por la muerte de Grimau y, de Madrid, pusieron verdes a los obispos franceses e italianos por protestar por la ejecución, acusándoles de aliados de los comunistas. Pero la oposición esta vez le ganó a Franco cuando éste pretendía aplacarla con un nuevo asesinato. Creo que de todo esto no informará la prensa de Buenos Aires. En cambio, la francesa y suiza traen un o dos columnas diariamente dedicadas a la repercusión de la ejecución de Grimau. Por la tv francesa habló la viuda el domingo pasado y los diarios se ocuparon de la impresión patética producida por su presencia y sus palabras. Así nos dijeron también quienes la vieron por tv.
De arte estos días hemos visto muy poco. Hemos andado por algunas ciudades y villas francesas de la costa del Lago Léman, Ivoire una de ellas, una villa medieval que conserva su carácter hasta que pronto el turismo se lo haga perder. Ya hay dos o tres hoteles y algunos restaurantes destinados a la explotación turística y hechos con el mal gusto general en esta clase de construcciones. Estuvimos también en el valle del Rhône, por sus montañas patéticas y nevadas, por caminos recién abiertos ahora en los últimos días de abril entre paredes de nieve de tres metros de alto, y por Chamonix, una encantadora ciudad francesa que creo es una estación destinada a deportes de nieve o algo así. Pero más impresionante que las montañas y la nieve y el paisaje en general, resulta el esfuerzo humano capaz de cosechar vides, frutas o verduras, en terrenos casi verticales, a altura inverosímiles, expuestos siempre a los aluviones que deshacen lo que ellos con tanto esfuerzo heroico han construido y sembrado. Hemos estado casi en la colina de San Bernardo. Todo esto es un paraíso para el turismo, pero es un infierno para el hombre que debe arrancarle su sustento a la tierra. Las casas de esta región del Valais son primitivas como en Galicia, de piedra y pizarra, y tienen un tipo de granero muy parecido al hórreo gallego. Ramuz y Giono han descrito las luchas del hombre con esta naturaleza, pero es un hombre metido en un paisaje grandioso entre grandes catástrofes meteorológicas y casi nunca, por lo que he leído de ellos, en lucha con el solamente pedazo de tierra que quiere hacer producir, acumulándola entre unas rocas o entre unos pinos, despojándola de piedras, cuidándola, sin ver de ese paisaje más que aquello que trabaja y comprobando la seguridad de lo que hace elevando los ojos a la cima de la montaña por si desde allí puede desprenderse la nieve o peñascos que haga inútil su labor. Miran para las nubes por si llueve o por el futuro del tiempo, pero no por su belleza. El paisaje es sólo espectáculo para los ciudadanos, no para ellos. En un café donde paramos, dos campesinos miraban colgado en la pared un cuadro que representaba un paisaje muy realista, se acercaron a él y se detuvieron a dialogar sobre la posibilidad de trabajar aquella tierra entre tanto peñasco y nieve. Señalaban con el dedo y, de pronto, también a nuestros ojos, aquella obra de arte se convirtió en un plano puesto en la pared por dos verdaderos estrategas.
Bueno, basta por esta vez. Si no me envió ese dinero de la Hebraica de que me habla, le rogaría lo hiciese lo más pronto posible, pero no me envíe más, de lo que vaya cobrando, guárdelo usted ahí por si hace falta para algo o necesito de él más adelante. Le agradezco todas estas atenciones y molestias y la pérdida de tiempo que debe significar dialogar con el doctor Bruetman.

Un abrazo de Maruja y mío para Elsa y usted. Saludos a los suyos y a los amigos y otro abrazo fuerte para usted de:

Seoane

Estoy buscando el número de Du en librerías de viejo que parece ser es donde quizás pueda encontrarse.