1946-09-24 |
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Venecia |
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Transcrición
Transcripción da epistola Carta de Rossi a Seoane. 1946 en 24/09/1946
Venecia, 24-9-1946
Querido Seoane:
Carrá ha publicado recientemente “Su vida”, es un libro interesantísimo como puedes imaginar porque Carrá es un batallador no sólo con los pinceles, sino también con la pluma.
Ha tenido ofrecimiento por una traducción española, pero yo –y él está muy conforme– le sugerí de no publicarlo en la España de Franco, sino ofrecerlo a un editor de libros de arte y de grandes méritos, como Merli. Te llegará el libro en octubre porque Carrá lo enviará con el señor Cardazzo, director propietario de la galería El Cavallino de Venecia, que viajará al Brasil en avión y desde allí lo enviará por correo a la Argentina. Deberías, mientras tanto, proponer el libro a Merli y contestar todo lo más rápido posible, especificando las condiciones, que serán las de siempre. Contéstame a mí o directamente a Carlo Carrá, Via Sandro Sandri, 2-Milano.
He visto el número cero de Cabalgata. Hermosísimo y hallado el título. Me suena una de esas magistrales trovatas de Dieste. Bueno, el material y seria y equilibrada la compaginación. Muchas gracias por la nota dedicada a mí y para la reclamación indirecta que hace Delia Garcés a la Divina Proporción.
En mi carta anterior dirigida a ti y Varela confirmaba el encuentro de un colaborador ideal para Cabalgata, especifícame las condiciones para que el compromiso sea más formal.
Te escribo de Venecia en donde estoy copiando detalle del Tintoretto de la Escuela de San Rocco. Esto es el compensio a la difícil vida italiana; todos los italianos pensaban emigrar, todos somos ya una colonia anglo-norteamericanos y el tratado de Paz no se firma nunca. Mejor la muerte que una agonía tan larga.
¿Y tú qué haces? Imagino que pintas, es lo único que puedes hacer. Venecia es hecha para pintar, y en otoño es maravillosa. Thomas Mann la define bien cuando dice que es “la más inverosímil de las ciudades”.
Un saludo y un abrazo a ti y Varela.
Saludos a los tuyos y a los Dieste.
Saludos a Merli.
A ROSSI
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1954-01-16 |
Mencionado/a |
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París |
Bos Aires |
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Transcrición
Transcripción da epistola Carta de Falcini a Seoane. 1954 en 16/01/1954
Camino de París, enero 16 de 1954
Querido Seoane:
En este largo deambular son diversas ciudades y las obras de sus artistas, de todos los tiempos, son muchas las veces que lo he recordado, que lo hemos recordado, y que me he dicho: “hoy le escribo el motivo de mi recuerdo”. Y sin embargo, me he dejado estar. Ud. sabrá disculparme, máxime si se le ocurre pensar en la sucesión sin tregua de este ver y andar.
En cuanto tomé contacto con Italia, me enfrenté con la gran exposición de la obra de Picasso, integrada con las piezas que posee Moscú, conjunto excepcional que documentó el dramático proceso del arte de este siglo a través de su artista máximo, con la primicia de contemplar la Pietá Rondanini de Miguel Ángel, obra de un expresionismo conmovedor que la ciudad de Milán adquirió a la de Roma y que se ofrecerá a la contemplación del público en una sala del Palacio Sforzesco decorada con frescos del ‘300.
Y luego imágenes románicas, que Vd. siente tanto, desprendidas por la metralla que las arrancó de las arquitecturas que integraban y que hoy un sentimiento de piadosa humanidad exhibido como un alegato contra la fuerza, hasta detenernos ante ese amanecer de los tiempos modernos y de la pintura que es El pago del tributo de Masaccio; o ante el triunfo de la inteligencia que se arquitectura en la Leyenda de la Cruz de Piero della Francesca; o descubrir una latitud inconmensurable del arte de Rubens en Enrique IV en la batalla de Ivry o en Enrique IV entrando en París, geniales precedentes de la modernidad de Delacroix; o de la obra de Tintoretto: el de las 56 telas de la Scuola di San Rocco, que culmina en la sinfónica “Crucifixión” del conjunto, hasta llegar a los magníficos frescos de la capilla de los Scrovegni pintados por Giotto, vistos y admirados en la misma Pádova que exhibe en todo su esplendor el genio de Donatello con su Gattamelata, la figura ecuestre que integra la “gran” Trinidad con el Marco Aurelio de Roma y el Colleoni, de Venecia, que también hemos meditado largamente.
No necesitaré decirle que solo menciono los puntos más altos de mi admirado panorama, en busca de afirmaciones. Y que de estas cumbres solo mente algunos puntos. Cómo decirle mi comprensión de la fuerza conceptual y artística de obras como el San Mateo o la Piedad de Miguel Ángel, del Duomo de Florencia o del Jeremías de la Sixtina, como lo que he sentido ante El Cristo muerto de Mantegna, de la Galería Povera; y que decirle acerca de mi descubrimiento, de hecho, de la humanidad y de la plenitud escultórica de Arnolfo di Cambio, ese magnífico tallista del Trecento?
No he de terminar este breve itinerario de imágenes sin nombrar a Jacopo della Quercia, ese gran escultor del Renacimiento que decoró el portal de San Petronio de Bologna, cuya modernidad explica su postergación en el concurso para decorar las puertas del Bautisterio de Florencia, según lo prueba un simple cotejo de los relieves de ese portal con los de las puertas decoradas por Ghiberti.
Cómo ve, si me sigue la cuerda, esta carta será una lata. De modo que seguiremos largo y tendido en otra oportunidad. Salúdeme a los amigos. Y Uds., con Maruja, sientan un fuerte abrazo del amigo
Falcini
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1960-04-14 |
Mencionado/a |
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Venecia |
Bos Aires |
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Transcrición
Transcripción da epistola Carta de Seoane a Whitelow. 1960 en 14/04/1960
Venecia, 14 de abril de 1960
Sr. Billy Whitelow
Buenos Aires
Querido amigo:
Hace mucho que debí haberte escrito dándote noticias nuestras y fui dejando de hacerlo de un día para otro con esperanza de darlas siempre mejores. Pasamos dos meses y algo en Suiza con salidas a Alemania y Francia viendo todo cuanto hemos podido, hasta exposiciones de diseño industrial, donde, desde luego, confirmamos la vieja creencia nuestra de que en las formas de los útiles y de las máquinas consiguen los mejores aciertos quienes las manejan o quienes las inventan. Es difícil superar la belleza de forma de un arado o de una azada y, sin embargo, fueron adaptadas al uso por campesinos. Pero no es de esto de lo que quiero escribir. La exposición mía de Basilea se postergó hasta el otoño de 1961, pues debo enviar desde ahí cuarenta o cincuenta cuadros más para hacer una gran muestra que circule por las ciudades suizas y otras de Alemania y Holanda. Causó una notable impresión mi pintura, así como también mi obra gráfica. La encuentran original y distinta, lo cual me satisface enormemente. Estoy muy contento del resultado del viaje y ahora estoy casi seguro del posible éxito de una muestra que comprenderá alrededor de 70 cuadros míos. En la Kunsthalle de Basilea dejé los veinte que traje. Pero de todo esto ya hablaremos. Estoy recorriendo Italia, viendo todo lo que puedo de este maravilloso país y aprendiendo también todo lo que puedo de las lecciones que ofrece. Siento únicamente no poder vivir algunos meses en cada ciudad y que, en Venecia, desde donde te escribo, no vivir todas las vidas posibles. Ella es independiente de las espléndidas obras que encierra, una de las más grandes obras del genio de Italia. Aquí los venecianos modelaron el mar, la tierra, el silencio, con un arte insuperable. San Marcos, el Palacio Ducal, todos los otros palacios, el Ticiano, el Tintoretto, no son sino espléndidas muestras individuales del genio colectivo que construyó Venecia. Crear una ciudad, un país o un idioma pienso que son supremas obras de arte que sólo puede realizar el hombre colectivamente y Venecia debe ser, estoy seguro, uno de los grandes ejemplos que puede ofrecer la historia en ese sentido. Con todo, estamos nostálgicos de Buenos Aires, de su desorden y de los amigos. Hasta ahora no hice uso de las cartas de Bonino, pues quiero ir viendo lo que puedo sólo y temo molestar a las gentes con mi curiosidad y mi ocio de turista.
Esta carta no es más que para transmitirte mis saludos y alguna noticia sobre mí. Perdóname no haberte escrito ante y recibe el fuerte abrazo de tu amigo:
[Seoane]
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1960-04-14 |
Mencionado/a |
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Venecia |
Bos Aires |
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Transcrición
Transcripción da epistola Carta de Seoane a Díaz Dorado. 1960 en 14/04/1960
Venecia, 14 de abril de 1960
Sr.
Diego Díaz Dorado
Buenos Aires
Mi estimado amigo:
Su carta, como otra de Neira Vilas, vino persiguiéndome hasta Milán por eso no la contesté antes. Estos días estamos en Venecia y estoy encantado de la ciudad, del Tintoretto, del Ticiano, de los cuatro caballos de la catedral y de los mosaicos. En nuestros días tal ciudad resulta una ciudad perdida de otro tiempo lo que dejó de ser cualquier otra ciudad europea a fuerza de automóviles, de ruído. Me gusta su arquitectura, su luz, su silencio aunque lo rompa con su canto algún albañil italiano como uno que ahora mismo canta y trabaja junto a la ventana del hotel. Estaba decepcionado de la nueva arquitectura europea hasta llegar a Milán. Aquí sí encontré nueva arquitectura. Verdaderamente nueva, armoniosa, bien realizada. Bellos materiales sabiamente ordenados. Espléndidos edificios como el de Pirelli y bloques de ellos que sustituyen los palacios y casas derruídos por los bombardeos sin destruir la vieja urbanización del centro de la ciudad y conjugándose con todo lo era bello y se reconstruyó o con aquellos que se salvaron de las bombas. Encontré de todo lo que se refiere a la construcción menos pintura mural y además, fuera de la arquitectura, notables ejemplos de artes gráficas aunque en algunos aspectos en Buenos Aires fuimos precursores con Botella al Mar por ejemplo. Quieren que envíe buenas fotografías de mis murales para la revista Domus, pues interesaron mucho a quienes vieron las pocas y malas fotos que traje. Ya hablaremos de todo esto. En Ginebra ví una exposición de proyectos de urbanización de las ciudades suizas, hechos por ingenieros que los defendían ante el público. Una exposición notable de la que tambien hablaremos. De Díaz Pardo no sé nada. Esperaba encontrarme con él y no pudo ser. Regresó a Magdalena según nos dice en una carta su mujer. No sé que pudo hacer en Galicia por Citania, supongo que habrá hecho todo lo que pudo y es posible que no haya podido demasiado. Por mi parte pienso ir a España. Me decidieron los pocos españoles con que me fuí encontrando por algunas de las ciudades suizas, Ginebra sobre todo. Me gustaría que ahí no desmayasen con Citania, presiento que es una aventura loca pero debemos seguir adelante, ayuda a salvarnos como gallegos o como descendientes de ellos. Por mi parte haré lo que pueda en Madrid y Galicia y para ello necesitaría saber como quedó la gestión de Díaz Pardo. Los recuerdo a todos y siento nostalgia de las reuniones con usted, Lamela, Baltar, Fernández, Mondelo y Perfecto. Un gran abrazo a todos.
Usted reciba con el saludo de Maruja uno fuerte de:
[Seoane]
Por favor escriba al Consulado de la República de Argentina de Barcelona de modo que la carta llegue antes del 3 de mayo.
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1960-05-07 |
Mencionado/a |
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Bos Aires |
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Transcrición
Transcripción da epistola Carta de Falcini a Seoane. 1960 en 07/05/1960
Buenos Aires, mayo 7 de 1960
Querido amigo Seoane:
Recibí su carta de Venecia, de fecha 14 de Abril, con sus deslumbramientos de esta ciudad, que Ud. sintetiza estupendamente en esa suma magnífica del hombre italiano, el mar, la tierra y la luz, sin olvidar nada y menos aún al Ticiano, ni al Tintoretto y los OROS de esa Venecia del Palacio Ducal y del prodigio del Tintoretto.
Después de esa hermosa carta, que nos ha llevado antes por Génova y por Milán, la Génova del Palazzo Bianco y del Cristo trágico; la imagen expresionista del hombre, que no conozco. Milán, la del Palazzo Sforzesco que atesora la imagen cumbre de Miguel Ángel, esa imagen del Dolor universal hecha mujer por el soplo divino del hombre creador. Milán la del encuentro con los amigos [Aquiles] Badi y Attilio Rossi. (Recuerdo Milán y le pregunto: vió el pequeño museo del Duomo, moderno y bien presentado, con piezas desprendidas de su fábrica durante los bombardeos? En éste, como en otro pequeño museo de la catedral de Florencia, he visto hermosas obras de la escultura de fines de la Edad Media y comienzos del Renacimiento italiano (y muy especialmente los mármoles de Arnolfo di Cambio, que tuvo contactos con Giovanni Pisano). Ud. los conoció en sus recientes andanzas? Y en sus hallazgos? Como fondo emocional de los hermosos y audaces Medardo Rosso? Como eslabones de la gran cadena? Todos los amigos hemos gustado la hermosa carta que contesto, como puedo, antes de que Vds. se vayan demasiado lejos. Quisiera encontrarlos aún en Madrid, cuyo Prado sigo sin conocer. Y decirles que ayer Cóppola dio término a su hermosa muestra de fotografías en color de Bariloche. Y que ayer, también, supe de la muerte de Ginés Parra, amigo de amigos, el transformador de París emocional con su paleta. El Buenos Aires de las exposiciones comienza débilmente. Y los recuerda a Uds. dos en rueda de amigos que les quieren bien. Y particularmente nosotros que les tenemos presentes, diciéndoles hasta luego con cariños y
[manuscrito:] un abrazo de
Falcini
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1970-04-20 |
Mencionado/a |
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A Coruña |
Bos Aires |
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Transcrición
Transcripción da epistola Carta de Seoane a Pagano. 1970 en 20/04/1970
La Coruña, 20 de abril de 1970
Sra. Sarita B. de Pagano
Buenos Aires
Querida amiga:
Debo carta a muchos amigos entre ellos a usted. Esta vez escribí muy poco, o nada o casi nada, a todos ellos. Por trabajo, por pereza, por aquello que no vale la pena disculparse porque suena demasiado a eso, a disculpa, a pretexto de disculpa. Efectivamente trabajé hasta ahora mucho, se lo conté a todos los amigos y a Falcini, a Scheinberg y ahora acabo de hacer una exposición en Madrid con mucho éxito, se cerró el 15, muy buena crítica y mucho público; tambien algunas ventas. Madrid crece mucho por la emigración interior y porque se lo propuso así el actual gobierno que quiso aplastar a Barcelona y crear una capital sin igual en España, en tamaño y habitantes, al centralismo. Pero el centralismo se está derrumbando de podrido, de inepto, y Barcelona continúa siendo la ciudad más inquieta en bastantes órdenes, de España. En Madrid sin embargo se han abierto nuevas galerías de arte en los dos o tres últimos años y la preocupación, en lucha, por los asuntos culturales, vuelve a tener el vigor anterior a la guerra civil. En los días de comienzos de este mes estuvimos allí, vimos una extraordinaria exposición de pintura italiana del siglo XVII traída de todos los museos de España y que reúne centenares de obras maestras. Se hubiese podido hacer un gran museo con todo lo presentado. España es, ya se sabe, el país europeo que contiene más pintura italiana de esa época luego de Italia, muy bien seleccionada además. Casi siempre fueron pintores los que seleccionaron. Velázquez fué el que hizo traer a España al Ticiano, al Tintoretto, etc., y los reyes y la iglesia del pasado fueron siempre exigentes en cuanto a los encargos. Por otra parte la pintura italiana influyó mucho en determinadas épocas en la española y precisamente su influencia fué mucho más señalada, creo, en el siglo XVII con el Caravaggio y los tenebristas, los Carracci y los manieristas, etc. En esta época dominada parte de Italia y [sic] muchos pintores italianos acudían a Madrid donde trabajaban en la Corte o para la iglesia. Hay excelentes obras de arte italianas en paredes de España y multitud de cuadros excelentes que hasta ahora no se habían mostrado juntos. Es esa, continúa abierta, una gran exposición. Estuvimos nuevamente en El Prado, mejorado en muchas salas, mejorada la iluminación y ordenado de nuevo los dibujos de Goya, puestos antes en vitrinas muy feas.
Estas son unas pocas noticias que envío ahora. Ya hablaremos de todo esto a nuestro regreso. Desde una ventana estoy viendo un mar casi violeta en la línea del horizonte, y verde y plata junto a la costa. Llueve y hace sol, alternando sol y lluvia. Enfrente hay una escuela y los niños se recrean jugando a la pelota. Muchos de ellos, quizás la mayoría, sean, dentro de 8 o 10 años, emigrantes como muchos familiares suyos, cumpliendo el destino fatal de los gallegos.
Un gran abrazo de Maruja y mío para los suyos y para usted, para Nélida, Anita y todos los amigos comunes:
[Seoane]
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