Proxecto Epístola

----

Mélida Fernández González (1885-)

Epístolas
2 Destinatario/a [2]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1951-09-16 Destinatario/a
de Carlos Tobío Fernández, a Mélida Fernández González
México, D. F.
Orixinal

Epístola de Carlos Tobío Fernández, a Mélida Fernández González en 16/09/1951

O teu navegador non soporta PDFs. Por favor descarga o PDF para poder velo: Descargar PDF.

Transcrición

Transcripción da epistola de Carlos Tobío Fernández, a Mélida Fernández González en 16/09/1951

México DF, 16 de Septiembre de 1951

Sra. Mélida Fernández Vda. de Tobio

Querida madre:
No crea que dejo pasar tanto tiempo sin escribir por olvido o desidia, sino por falta de tiempo. Las cocinas tienen que estar abiertas a las ocho de la mañana, y a las cinco y media ya estamos levantados Carmen y yo repartiendo por todas los víveres y entregando el menú a las cocineras para comenzar la venta fuerte a las doce. La mañana se nos va en compras y vigilancia, y a las tres de la tarde nuevo recorrido para recoger el dinero de la venta. Trabajamos mucho, pero ahora sí ganamos, pues aunque todo lo hacemos en coche la ciudad es muy grande y tiene mucho tráfico, y algunas cocinas estan muy distantes. Total que llegamos a casa a las seis de la tarde, cansados y sin ganas de nada. Y todavía tenemos que hacer las cuentas y descubrir cuanto nos han robado las encargadas, pues eso sí, para calcular el éxito de un negocio hay que estimar un porcentaje para lo que te roban, de suerte que aun así se gane. Los empleados aquí, en general, son muy poco fieles. Comprenderá pues que no me sobra tiempo para escribir, para lo cual aprovecho los pocos días de fiesta como hoy, que es la celebración de la Independencia de México y cerramos todo el día.
Me extraña que Luis no tenga noticias mías, pues van ya tres cartas que le escribo, sin contestación. Y a usted no dejé de contestarle todas, por lo cual me sorprendió que hace unas semanas me dejara Antonina un recado en una cocina para que me comunicara con ella; al hacerlo, me dijo que estaban preocupados por no saber de nosotros en esa, segun su hermano le había escrito trasmitiendo un recado de usted. Yo no veo casi a Antonina, pero su marido debe estar en buena posición, pues trabaja de médico y cobra fuerte. Cuando menos nos cobró fuerte a nosotros una vez, hace años, que llevamos a la niña a su consulta. Desde entonces no volví con él. Ella tiene una Farmacia que según sé no le produce nada.
Siento el tropiezo de Jesus en las oposiciones. Se deduce que está desmoralizado, y la cosa no es para tanto. Realmente, semejante esfuerzo absurdo como el de unas oposiciones en España, no vale la pena para ir a vegetar de Secretario de Ayuntamiento en Soria o en Ciudad Real. Pero claro, se trata de ganar para vivir. Y en España el horizonte es estrecho.
Supongo que ya se habrá acostumbrado usted a los viajes y no se mareará. En cada carta que me escribe acaba de venir de viaje; es usted, una mama viajera. Comprendo que solo así se ha de distraer pues despues de tantos años de algarabia dirigiendo a una familia numerosa, debe sentirse aburrida en la soledad de Santiago. No pierdo la esperanza de celebrar una nochebuena en Santiago con la muchedumbre familiar que salió del tronco Tobio.
Por su salud ni pregunto, pues sé que es excelente. Que continúe así muchos años.
Sin mas por hoy, besos de sus dos nietos desconocidos y un fuerte abrazo de Carmen y mío
Carlos [sinatura autógrafa]

1939-12-30 Destinatario/a
de Carlos Tobío Fernández, a Luís Tobío Campos, a Mélida Fernández González
A Habana
Orixinal

Epístola de Carlos Tobío Fernández, a Luís Tobío Campos, a Mélida Fernández González en 30/12/1939

O teu navegador non soporta PDFs. Por favor descarga o PDF para poder velo: Descargar PDF.

Transcrición

Transcripción da epistola de Carlos Tobío Fernández, a Luís Tobío Campos, a Mélida Fernández González en 30/12/1939

Habana, 30-Diciembre-1939

Queridos padres: hace una semana hemos llegado a esta, vía New York, procedentes, como saben, de un campo de concentración de Francia. Hemos sido muy cariñosamente recibidos por Pepe y Mena, como asimismo, por Luis y su esposa. Los costos del viaje y demás, los anticipó Luis, pero se repartirán en tres partes a pagar entre este y los dos tíos. Vivimos en una pensión y lo pasamos bien, mas si se tiene en cuenta el deseo que teníamos de hacer vida de hombres libres después de tantos meses de reclusión y privaciones en Francia. Aunque el tío Pepe ha tenido para nosotros toda clase de atenciones y expresiones de afecto, hemos comprendido su deseo de que trabajemos cuanto antes, toda vez que somos una carga demasiado gravosa y como ello no es posible en Cuba, donde la legislación hace imposible practicamente el trabajo a los extranjeros, comenzamos a hacer cálculos sobre los países donde podríamos ser bien acogidos y abrirnos camino cuanto antes. Pero, afortunadamente, puso fin a nuestras dudas los informes y ofertas de Pedro a Luis, mi amigo y yo, de las que le voy á hablar. Pedro tiene montada una gran Academia que ocupa dos edificios en la Ciudad de Méjico, en la cual se da enseñanza de todas clases, en régimen de externado e internado; ha hecho una gran propaganda por radio, avión, prensa, etc., y en la actualidad tienen unos 700 alumnos; es la mejor de Méjico y disfruta de la protección oficial hasta el punto de que los diplomas que expide tienen validez como si correspondieran a estudios cursados en centros oficiales. El profesorado está constituido por ex catedráticos de Universidad y de Institutos españoles, lo que da mucho prestigio a la Academia. Pues bien, Pedro le ha ofrecido a Luis un importante puesto en ella con un elevado sueldo, y otro a mi, de profesor tambien, retribuido con 300 pesos mensuales (unas 75 pesetas, pero teniendo en cuenta que la vida en Méjico es mucho mas barata, p. ej. un buen hotel, 75 pesos al mes, etc), como asimismo un destino auxiliar de 200 pesos a mi amigo. Naturalmente, que yo no vacilé, y tan solo espero arreglar los documentos para ir allá, lo que haré en la primera quincena de Enero. Luis se va tambien, acaso antes que yo, y deja una Academia que tenía aquí que comenzaba a funcionar, aunque con éxito más lento. En resumen, que nos vamos todos a Méjico, donde viviremos tranquilos y desahogados como acaso nunca pensamos. Hasta tal punto marcha bien todo a Pedro, que va a comprar un rancho con ingenio, y montar una explotación de azúcar. A los tíos les parece de perlas que nos marchemos.
Ante esto, ni que decir tiene que me traeré a Carmen inmediatamente, y acaso en breve pueda Vd. hacer el viaje que proyectaba, pues creo que medios no han de faltar. En resumen, que la suerte guía nuestros pasos y nos lleva a puerto seguro. Aquí en Cuba se nos quiere mucho, y en el mismo sentido evolucionan otros lugares, que tratan de aprovechar la gente bien dotada, y la sitúan en magníficos puestos. Ya se puede ir a la Argentina, y a Venezuela y Santo Domingo, o sea, que se nos aben las puertas con creciente confianza.
De otros aspectos de nuestro viaje, le escribiré con detalle desde Méjico. Por el momento, acabo trasmitiéndoles estas excelentes impresiones iniciales, que ampliaré ulteriormente. Abrazos a Papá, Ofelia y gente menuda, y advierta a Xuxo que cuide de los pasos que da, pues acaso tenga que darme cuenta de ellos algún día, y si así fuera, sería rígido, y no se sienta gallito, por no tener a nadie que lo enderece, que refene su cara dura y estudie un poco mas; y si no quiere, que venga a engrosar el número de paisanos que estamos juntos, y ya veremos lo que se hace.
Reciba un abrazo de su hijo
Carlos [sinatura autógrafa]