Proxecto Epístola

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Abrasha Rotemberg (1926-)

De orixe xudea, emigrou a Bos Aires coa súa familia. Estudou Economía e Socioloxía en Xerusalén. Logo do seu retorno de Israel, a principios da década de 1950, dedicouse a asesorar a empresas xornalísticas e cinematográficas. Foi un dos fundadores do xornal La Opinión.
Epístolas
5 Destinatario/a [2]
Remitente [3]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1967-07-07 Destinatario/a
de Luís Seoane, a Abrasha Rotemberg
O Castro [parr. Osedo, conc. Sada]
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola de Luís Seoane, a Abrasha Rotemberg en 07/07/1967


El Castro, 7 de Julio de 1967

Sres. Dina y Abrasha Rotenberg
Buenos Aires

Queridos amigos:

No pude escribir antes porque una caída en la calle, en La Coruña, al día siguiente de llegar, me produjo un astillamiento de húmero en el brazo derecho y desgarramiento de tendones, que me tuvieron sin hacer nada hasta hace unos días sin que hasta ahora, por otra parte, hubiese logrado alcanzar sus movimientos normales y la caída fué hace ya más de un mes. La carta de ustedes nos produjo emoción y debemos decirles que nos solidarizamos con Israel en cuanto al conflicto con los países árabes, desde el mismo comienzo. Tenemos, como todo el mundo, nuestro juicio tomado con respecto a muchas cuestiones de política internacional, pero nosotros que no somos políticos en el sentido de aspirar a conducir a nadie, sino en cuanto suponemos que ella es una facultad humana que debe ejercerse en beneficio de la colectividad, no podríamos estar ni con los reyes árabes, ni con las veinte o treinta familias dueñas del petróleo en perjuicio de sus pueblos, ni con regímenes que continúan aplicando penas como la de cortar manos a los ladrones, etc. Tampoco, como es natural, con quienes en nuestro siglo son capaces de declarar, como en el medioevo, una “guerra santa”. Por otra parte recuerdo muy bien sucesos ocurridos hace treinta años con la participación de ellos y de los que ahora prefiero no escribir. Esta es, pues, nuestra posición y como siempre nos dejamos guiar por sentimientos más que por otras razones.
Estos días empecé, al mismo tiempo que a escribir cartas, a dibujar algo. Estoy haciendo unos proyectos de jarras de porcelana con supuestos rostros de personajes medievales gallegos, juglares, caudillos populares, etc. Veremos que sale de todo esto. Por otra parte, con amigos y parientes, viajando mucho por Galicia. Es un país bellísimo en todas sus partes, por el interior, en las montañas con grandes bosques que esconden monasterios y castillos medievales y en la costa bordada de rías, de playas tambien entre bosques, y donde se conservan, como en el interior, viejísimas leyendas venidas desde la prehistoria que el catolicismo supo muy bien aprovechar, para peregrinaciones y romerías aún contradiciendo sus creencias, pues casi todas proceden de viejos cultos paganos, naturalistas, que adoraban la piedra, los ríos, las fuentes, el sol, creyendo en la transmigración de las almas, etc. Galicia continúa siendo un pueblo pagano donde la mayoría de aquellas creencias perviven, lo que imprime una gran fuerza lírica a sus manifestaciones populares. No pasa ese catolicismo de creer en las ánimas de los muertos que pueblan sus nieblas. De todo esto ya hablaremos a nuestro regreso. La saudade que distingue a los gallegos quizás proceda de su nostalgia por un mundo perdido hace casi dos mil años y al que bosques, ríos, mar, invitan al recuerdo a través de una especie de memoria ancestral.
Perdonen todas estas divagaciones. Todo ello no impide nuestra nostalgia de los amigos y de Buenos Aires. Otra condición gallega es llevar el paisaje dentro de uno por donde quiera que vaya y en Buenos Aires lo tenemos, queriendo o no, con nosotros.

Un abrazo de Maruja y mío para los dos. Escríbannos, nos gusta recibir cartas y noticias:

[Seoane]

1967-06-04 Remitente
de Abrasha Rotemberg, a Maruxa Seoane, a Luís Seoane
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola de Abrasha Rotemberg, a Maruxa Seoane, a Luís Seoane en 04/06/1967

Buenos Aires, 4 de junio de 1967

Queridos Maruja y Luis:

Hace largas semanas que me dispongo a contestar vuestra carta, pero el atiborramiento de trabajo y una natural predisposición a postergarlo todo (incluso lo placentero), fueron posponiendo mis propósitos. Hoy he sentido necesidad de estar con vosotros, de intercambiar opiniones como en el breve, pero intenso período en que nos encontrábamos en vuestra casa, tan cálida, tan hospitalaria para el diálogo.
Todas las preocupaciones, los desvelos diarios, las mezquindades cotidianas, el desgaste del tiempo en lo que importó o no, han sido postergadas por un sólo hecho que nos atañe y con respecto al cual no admito ambages: la suerte futura de Israel. Tal vez les parezca curioso que yo sienta la necesidad de escribirles sobre este tema, pero me resulta imprescindible hablar de él. En un mundo tan absurdamente contradictorio, donde los amigos de ayer se pierden para transformarse en cómplices (o tal vez instigadores) de nuestros adversarios; donde el juego de la política y de la verdad histórica pueden ser excusas para la destrucción y el aniquilamiento, resulta necesario rever algunos conceptos y ubicarse con definiciones claras. He tenido violentas discusiones con los teóricos que ambicionan un futuro mejor para la humanidad a costa del sacrificio de un pueblo. A mí la historia me atañe, pero más me incumbe el hombre y hoy. No puedo admitir la destrucción de un pueblo, de una comunidad o de un hombre en base a la hipótesis de una necesidad histórica. Porque los teóricos de la historia pueden equivocarse; y lo han hecho en numerosas oportunidades. Me resulta doloroso verificar cómo hombres con los cuales me ha unido un interés común y un enfoque similar a concepciones políticas, quiebran de pronto su lenguaje y lo transforman en esquemas que para mí son ininteligibles. En este caso, no tengo derecho a esquemas teóricos; debo elegir y he elegido: estoy con Israel.
Por suerte, la mayoría del país está con esa causa; se ha dado el curioso fenómeno de que por diversas razones, en los distintos estratos políticos del país, desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha, se han producido enfrentamientos debido a la situación de Israel y la mayoría se ha definido a favor. Hace unos días el elemento más progresista de la cultura argentina (escritores, artistas, pintores, intelectuales) han producido un documento en apoyo a Israel. Estoy seguro que si Uds. hubiesen estado en la Argentina, el nombre de Luis estaría incluido en la nómina de los firmantes.
Queridos amigos: a pesar del placer de vuestra estadía en Europa, de las exposiciones con buen éxito, del encuentro con el pasado, supongo que en algún momento de algún día se cruza el pensamiento de que en la lejana Buenos Aires hay un piso desde el cual se ve un río obscuro y que ese piso es un hogar que os aguarda; y que hay muchos amigos que os esperan con cariño, con ternura y hasta con impaciencia. Y entre ellos estamos nosotros.
Escriban, cuéntennos sobre vuestros planes. Ojalá que la situación se calme y no hayan razones para la angustia y el desasosiego.

Hasta pronto.

Dina y Abrasha

[Manuscrito por Dina Rotenberg:] La guerra en Israel ha estallado hoy. Estamos desesperados... Los queremos mucho, los extrañamos y sentimos a través de la distancia, vuestro apoyo.

Dina

1967-02-27 Destinatario/a
de Luís Seoane, a Abrasha Rotemberg
Nova York
Madrid
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola de Luís Seoane, a Abrasha Rotemberg en 27/02/1967


Madrid, 27 de febrero de 1967

Sres. Dina y Abrasha Rotenberg
Buenos Aires

Mis queridos amigos:

Recibimos la carta que nos enviásteis ya no sé cuando, sospecho que antes de salir de vacaciones de las que llegaréis de vuelta seguramente estos días, pues, entendemos que pensaban tomárselas en febrero. Nosotros llevamos dos meses en Madrid, trabajando y paseando, más todavía trabajando que paseando, en un espacio cuyas medidas casi exactas se las digo a Julia e Isidoro en la carta que les enviamos, que sale conjuntamente con ésta. Desde que escribí esa carta, hace unas horas, tuve confirmación de la fecha de mi exposición en Colonia, el 4 de Mayo, y durará cinco semanas, como consecuencia del éxito de la alcanzada en Bonn cuya clausura volvió a prorrogarse, lo supe tambien hace unos momentos, parece que aún durará gran parte de marzo. Quizá, desde el punto de vista práctico, debiera estar en Alemania pero de alguna manera debemos poder pagarnos la felicidad de hacer lo que nos dá la gana, este tipo de libertad que no hay quien le quite a los españoles –éstos asi lo créen– o a los de su orígen y que es un modo, como otro cualquiera, de comprarse alguna satisfacción personal. Aquí estamos más a gusto que en Alemania. Estamos entre gentes libres de muchos prejuicios, no de todos, casi libres, aunque sientan su libertad encerrada entre las fronteras, aquí no son paredes, de una gran cárcel. En El Prado hay una aguada de Goya donde un preso arrodillado recibe en su celda un rayo de sol, y sonriente, expresa: “Divina libertad”. Así es, la libertad se lleva con uno y es lo que uno siente aquí de las gentes del pueblo. Goya lo sabía muy bien. Claro que no quiere decir que ellos lo sientan. Libres los siento yo en relación con suízos y alemanes. Cada vez que nos veíamos observados por esos alemanes de ojos de hielo, impersonales y fijos como los de algunas aves de rapiña, cuidando de que cumpliésemos con las reglas, nos sentíamos coartados en nuestra libertad. Otra cosa es que las reglas las formulen y las cuiden los de arriba, no los vecinos y parientes, los funcionarios del Estado y el Estado, que los españoles nunca están dispuestos a obedecer y que si obedecen es por los mismos motivos por los que soportan sin remedio, una tormenta, una catástrofe, una enfermedad, algo que ellos no pueden controlar, que en ningún caso depende de ellos. Es posible que esta libertad individual, esta tolerancia de unos con otros, sea el producto de siglos de desgracias comunes, de mezclas, de guerras perdidas, de su vejez como pueblo, como ocurre con los otros del Mediterráneo, o con esos otros que denominamos primitivos. Por mi parte, comprendo mejor a quien aún crée en un sacerdote tribal al que se le suponen poderes sobrenaturales y misteriosos, capaz de conjurar males con oraciones verbales y recetas vegetales, que a quienes adoran al dios Thyssen, el de los metales, incapaz de consolar con algún simple y extraño conjuro a un semejante. No me refiero, se entiende, en este caso, a la libertad política. No sé por qué les escribo todo esto. Debiera seguramente referirme a otras cuestiones. Al mismo Goya, de quien hoy mismo encontramos en el museo un dibujo a la aguada en el que se valió del “collage” para acentuar sus blancos, encerrando papel recortado en el negro de tinta, el dibujo número 328 de los que allí se exponen. O a Raimón, el valenciano que canta en catalán canciones “comprometidas” y cuyo último disco ya se agotó en unos días entre Barcelona y Madrid, sin que nosotros pudiésemos adquirirlo. España está hambrienta de que alguien se refiera a sus problemas. Yo acabo de pintar un cuadro titulado Emigrante, donde del cuello de una gran figura femenina pende un cartel que dice: “Elle s´apelle Manuela Rodríguez. Elle est analphabéte. Aidez-la. Genève 1963”, que es un tema que Maruja y yo vivimos precisamente en Ginebra y en ese año. Era una trabajadora española que viajaba en tren desde Tessino a España, a la que le colgaron el cartel en el punto de partida y se enloqueció en el tren.
Por hoy nada más. Escríbannos. Me gustaría en una próxima enviarle a Dina noticias que puedan interesarle para su arte. Un gran abrazo para los dos de Maruja y mío:

[Seoane]

N/D: Dr. Esquerdo 75, 3º, dcha. Madrid.

1967-01-18 Remitente
de Abrasha Rotemberg, a Maruxa Seoane, a Luís Seoane
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola de Abrasha Rotemberg, a Maruxa Seoane, a Luís Seoane en 18/01/1967


Buenos Aires, 18/1/67

Queridos Maruja y Luis:

Hemos recibido vuestra carta desde París y con pena nos enteramos que resolvieron desistir del viaje a Israel. En cierto sentido, la actitud es comprensible: llega un momento en que la capacidad de recibir emociones queda totalmente agotada y lo que podría ser placentero se transforma en insoportable martirio. Supongo que no será la última oportunidad perdida: creo que el año próximo, si no se modifica substancialmente la actual coyuntura, o no hay un cambio de hombres en los puestos directivos, podrá extenderse nuevamente la invitación y ya más calmos, conocerán Israel.
Aunque Luis, que siempre está dispuesto a darse y a crear, no halla la hora de volver a Buenos Aires y encontrarse con los amigos, debería, a mi entender, imaginarse que este momento es mucho más propicio y plácido en Madrid que aquí, donde todo el mundo se ha desbandado y los que quedan ya están agotados que apenas tienen fuerza de verse.
A principios de febrero partiremos para Villa Gessell con los niños: nos espera una buena temporada de descanso después de un año agotador e insatisfecho. Dina está preparando un hermoso plan para el invierno próximo: con un músico amigo está creando canciones en base a poemas argentinos. Ya han nacido varios lo suficientemente buenos como para sentirse contentos. Por mi parte carente de un campo auténticamente creador, sigo trabajando en la búsqueda de lo inasible, dándome continuos golpes en la oscuridad, manotazos que no me permiten atrapar más que aire. La distancia entre lo proyectado y la realidad cotidiana se torna a menudo abrumadora para aquel que, como yo, necesita expresarse e ignora cómo. Disfruto de lo que crean los demás, pero mi propio aporte es insignificante: apenas un compañero que entiende, un interlocutor que sólo escucha.
Por esa razón, siempre he admirado, con una inmensa dosis de amor, a los que, como Luis, crean y aportan: a los que sienten que en primero y exclusivo término les corroe la necesidad de inventar y recrear mundos y formas; a los que se sienten abrumados de sólo recibir y necesitan huir para refugiarse en su cuarto frente al lienzo para comenzar a construir de nuevo.
Queridos míos: Ignoro quién, cuales serán vuestros planes de permanencia en Europa y no sé cómo se van a concretar los nuestros. Lo único que sé con certeza es que anhelamos, Dina y yo, el momento de vernos nuevamente con Uds. para continuar ese hermoso diálogo que comenzamos hace poco tiempo, por mucho tiempo.

Cariños, Dina y

Abrasha

1966-12-05 Remitente
de Abrasha Rotemberg, a Luís Seoane, a Maruxa Seoane
Bos Aires
Transcrición

Transcripción da epistola de Abrasha Rotemberg, a Luís Seoane, a Maruxa Seoane en 05/12/1966


Buenos Aires, 5/12/66

Queridos Maruja y Luis:

Volver a repetir que vuestra ausencia se percibe y duele en Buenos Aires, sería redundancia. Pocas veces tienen el privilegio de marcar, como con un punzón, su “no estar” que es, al fin de cuentas, una de las formas de estar presente en las conversaciones, el cariño y la nostalgia de los que quedan.
Seré breve: Prácticamente, está resuelta nuestra permanencia en Israel. Lo único que Uds. tienen que elegir es la fecha de la travesía (ida y vuelta) que se hará en los barcos Zim, línea israelí. Deben calcular una permanencia aproximada de una semana. A continuación, les señalo las fechas de retorno y de ida a Israel (viceversa):
De Nápoles a Haifa de Haifa a Nápoles
25/12 5/1
12/1 18/1 (A Génova)
25/1 30/1 a Nápoles
6/2 10/2
20/2 a Nápoles
27/2 5/3 Génova
11/3 17/3 Nápoles
Les ruego que rápidamente me contesten que fecha han elegido, pues en función de ello habrá que comunicarse con Israel para arreglar el problema de la estadía, pues como les he señalado, el del transporte está resuelto para ambos.
Espero que el viaje sea tan intenso y pleno de contenido como Uds. lo proyectaban. Supe, a través de Rafael que México y EE.UU. fueron generosos con Uds.

Muchos cariños de Dina y reciban un fuerte abrazo de

Abrasha

P.D. Escriban a
Jorge Abraham ROTENBERG
URUGUAY 16 of 92
BUENOS AIRES
Otra: se me descompuso la máquina de escribir y recurrí a los jeroglíficos.