PROXECTO EPÍSTOLA

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TEMÁTICA: Árbol de la estirpe humana

[libro] Árbol de la estirpe humana é un poemario de Alberto Girri editado en Bos Aires pola Editorial Sudamericana en 1978.
Epístolas
1
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1977-07-26
Carta de Girri a Seoane. 1977
Bos Aires
A Coruña
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Girri a Seoane. 1977 en 26/07/1977


Buenos Aires, 26 de julio (un día después del de Galicia) [1977]

Caro Luis:

Te agradezco tu carta y te agradezco que conserves, como lo conservarás hasta el fin, tu sentido de lo fantástico como real y tu sentido de lo concreto como más fantástico que lo fantástico mismo. No creo que haya posibilidades de definir lo que es un artista sino en esos términos. De allí que para mí, directa o indirectamente, hayas salido siempre uno de los poquísimos ejemplos para tener en cuenta y seguir, sea como sea. Hay un punto en el curso de nuestras vidas en que uno ya no sabe bien qué es su esencia y qué es su personalidad, lo adquirido, donde comienza una y donde lo otro; y creo que este momento es el más fértil, tanto en las relaciones personales y con el mundo cuanto en los vínculos que el arte o la vocación a la que ha entregado su vida, en parte a los tanteos, en parte a sabiendas, en parte llevado vaya uno a saber por qué elementos irracionales, genéticos, etc. Esa es, creo la paradoja en que nos encontramos –me encuentro– y en que empiezo a ver con algo de claridad algunas cosas; cómo lo de adentro y lo de afuera de uno son contradictorios y a la vez complementarios, cómo el acto de escribir un poema no es lo opuesto al acto físico de estrecharle físicamente la mano a alguien, sino que es estrecharle la mano; cómo las renuncias que en el orden personal uno ha tenido que hacer, pues siempre optamos (aunque en el fondo pareciera que todo está decidido desde el vamos), han dado a nuestra vida una pérdida en la inmediatez para hacernos ganar en vastedad. La conciencia de eso es, creo, un principio de armonía. Vos la conseguiste porque tuviste la lucidez siempre de obrar con lo real, eso que es, sea material, sea imaginado: pintar un zapallo, un campesino, o ver en la niebla esas figuras es exactamente lo mismo: a condición de que quien lo hace tenga la apertura interna adecuada para conectarse. Aunque la palabra suela estar desmonetizada, eso se llama Espíritu; “Estar bien con Dios” también, si lo prefieres. A mí me costó más y los resultados no sé si son comparables a los tuyos. Creo que ni de lejos. Figúrate, sin tener un ánimo de luchador ante las durezas del mundo, sino casi exclusivamente de contemplador, me tocó desde muy chico de resolver esa contradicción interna, ese espejismo, que la extrema pobreza material plantea: suponer que todo, desde el fracaso de mi padre (fracasó como músico, como comerciante, como sastre), hasta la imposibilidad de asistir a eso que con un siniestro eufemismo se llama “buenos colegios”, se hubiera resuelto por un poco más de dinero. Cuando la verdad es muy otra: el verdadero fracaso es no saber mínimamente qué es uno y a partir de ahí hacer con ese uno mismo ese que le está destinado ser. Creo, en momentos de optimismo, o de dorarme la píldora, o de suponer que soy lo que los demás estimen de mí, que algo he logrado; pero con gravísimos baches, la tristeza de que cada cosa sea siempre el precio de otra, la memoria de lo inmodificable para siempre (verdadera trampa demoníaca) etc. Y no sigo más con esta cháchara sentimentaloide. Pero es que estoy todavía bajo los efectos de haber tenido que hojear ese primer de mi (sic) Obra Poética, y detrás de cada poema hay mucho más, en otro orden de cosas, que lo que allí se lee. Espero que mi próxima sea más divertida. Por lo pronto, quiero le mandes mis saludos, y de los amigos comunes, a Caruncho, excelente pintor y gran persona, transformado en 24 en un porteño total. Buenos Aires, con el mismo fermento de toda clase de actividades culturales que bien conocés, y yo trabajando ahora en mi nuevo libro, del cual tengo ya el título: Árbol de la estirpe humana.

Un gran abrazo para Maruja y para vos.

Girri