PROXECTO EPÍSTOLA

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TEMÁTICA: túnel de Libertador

[espazo xeofísico] Túnel que se atopa na zona norte da cidade de Bos Aires. Foi deseñado para cruzar por baixo das vías do Ferrocarril Xeneral Bartolomé Mitre. Mide 700 metros e está trazado no percorrido da Avenida do Libertador.
Epístolas
1
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1971-07-21
Carta de Sofovich a Luís e Maruxa Seoane. 1971
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Sofovich a Luís e Maruxa Seoane. 1971 en 21/07/1971


21-7-71

Queridos Maruja y Luis:

Hemos recibido hace apenas dos días una extensa carta de ustedes. Nos alegró tanto como siempre que nos llegan aires de Galicia. Y ahora, once menos diez del día miércoles, a contestar! Nobleza obliga. Noticias a granel. Bernardo decidió en pleno ejercicio de su masculinidad bien que sesentona distribuir las temas. A mí me tocó Brasil. Cómo lo oyen! Acabamos de llegar de Río de Janeiro en donde estuvimos seis días de los cuales un fue trabajo y 5 dolce far niente carioca. La cosa comenzó con una tarea profesional de Bernardo a realizar en San Pablo o Río. Empalmamos con un fin de semana y un poco más y allá nos largamos con un entusiasmo digno de haber sido vivido hace cuarenta años. Yo comprendí sin hacer terapia que, o me metía en un avión o no iba, y acepté el sarcófago volante sin mayor deterioro de mi personalidad. Hemos quedado fascinados e inferiorizados como sudamericanos. Pero no se asusten. No es tan fácil la cosa. Si fuera Onassis iría a Río muy a menudo, pero no viviría allí. Nos impresionó, naturalmente, la geografía privilegiada, la lujuria del trópico, para nosotros, en especial para Bernardo, experiencia novísima. Yo había estado hace muchísimos años un mes de enero, lo pasé mal, no soporté el clima, en fin, Río fue nuevo para mí también. En otro sentido, la pujanza económica, la capacidad para realizar obras que para nosotros están a años luz de distancia, nos impresionó profundamente. En más de un momento, Bernardo se amargó con esa especie de rabia de madre que se perdió un candidato para su hija o algo así. No puedo hablar de Brasil, sólo de seis días en Río, peor la fuerza vital que circula por las calles y la potencia económica que destilan las obras, los túneles, las empresas gigantescas nos dejan “sotas”, como dicen aquí los jóvenes, a los infelices porteños que nos pasamos un verano con los ojos puestos en la calle Florida, o esperamos tres años este pequeño túnel de Libertador que ahora se acaba de inaugurar y que ha sido un verdadero parto de los montes. Una noche para no comer en el hotel, pedimos allí mismo consejo sobre algún restaurant para pasar un rato agradable. En nuestro elegante Copacabana Palace se creyeron en la obligación de indicarnos el lugar más de moda, más hermoso, mejor cocina, etc. Ingenuos y ajenos a lo que esperaba a nuestros bolsillos, nos largamos. Subimos a un taxi y dijimos Panorama Palace. Atravesando Ipanema y en este mismo barrio, muy elegante, llegamos al pie de una gigantesca obra de pisos, engarzados en la roca, recostados sobre altos morros, todo esto sin terminar y empezamos a subir diversos ascensores. Es decir, a veces, abandonábamos uno para caminar entre andamios y rocas y llegar hasta otro para seguir subiendo. En alguno de estos cambios nos acompañaban grupos numerosos de jóvenes hippies o no, que luego desaparecerían en algún piso anterior. El hecho que sólo nosotros llegamos a lo más alto: on the rocks.
Elegante boite, turistas, gran terraza y comida exquisita. Un bife a la pimienta y una presa de pollo y café, 20.000$ argentinos. Pero les aseguro que valía la pena. No olvidaremos ese espectáculo nocturno. El lugar rodea un gran lago, que a su vez está rodeado de cerros entre los cuales estaba nuestro edificio. Nuestra terraza casi en lo más alto. En la noche, los cerros azulados y abajo el lago salpicado de luces multicolores, todo Ipanema. En las distintas terrazas, piletas de natación iluminadas. En fin, el conjunto parecía un magnífico decorado donde ningún detalle para placer de los sentidos hubiera sido olvidado. Los morros recortados en el cielo parecían verdaderos teloncitos. La otra experiencia interesante fue una macumba. Fuimos llevados a un barrio apartado, donde hay una especie de institución, mitad iglesia, mitad vudú, mitad centro de curaciones. En fin, se nos mostró todo y se nos permitió espiar uno o dos rituales en donde estaban sacando el “mal” a un hombre y en otro salón a una chica joven. Mujeres vestidas de bahianas, no necesariamente negras, muchas numéricamente, hacían el “trabajo” entrando en trance, con gritos, gesticulaciones, manejos de amuletos, etc. Todo esto mezclado con la imagen de San Jorge a caballo que parece presidir este lugar y que ellos llaman con otro nombre (a S. Jorge). Luego me enteré que S. Jorge fue borrado del Santoral Cristiano. Será porque el pobre se mezcló con todo esto? En resumen, fue una experiencia rarísima. A mí me metió miedo. Los gritos, los trances histéricos, el pedido que se nos hizo de que descruzáramos los brazos, porque toda cosa cruzada interfiere lo que estaban haciendo. Hablando después mucho de esto, nos encontramos con que muchísima gente, incluyendo intelectuales, universitarios, etc, cree en la macumba y acude más de una vez. Curioso país debe ser el Brasil. Valdría la pena conocerlo más.
Podría seguir contándoles, pero me reservo para trasmitirles más, personalmente. Nuestra fiesta salió bárbara y el telegrama de ustedes llegó justo. Estuvimos familia y amigos, unas cuarenta personas todas reunidas, los comentarios que después me llegaron fueron lindos, puros. Me bastó ampliamente con eso. Habíamos hecho grandes esfuerzos para poner la casa linda y efectivamente hicimos en 15 días lo que no habíamos hecho en tres años por razones obvias. Cortinas, alfombras, un hermoso sofá, un hermosísimo macetón de Tove, etc.
En particular, una alfombra o una cortina no son importantes, pero, en esta oportunidad y en conjunto, engalanaron la casa como yo recuerdo que se ponían la Av. de Mayo para la fiesta patria.
Queridos amigos, el Brasil me dejó exhausta. No puedo terminar la carta sin decirles que Pablito fue, en los exámenes de mitad de año el más alto promedio de su grado y que Claudia amenaza con casarse a fin de año con Alfredo Grande.
Nuestro próximo viaje me atrae y me intranquiliza. Vivo más la separaciones; se me baja la guardia y afloran todos mis miedos.
Esperamos todavía una carta más. Y aunque sea más breve, les escribiremos una vez más.
He percibido en la carta de ustedes un poco de nostalgia y ganas de volver tal vez un poco antes de lo previsto. ¿Es así?
Cariños para ustedes de los chicos.

Un gran abrazo mío para los dos.

Elsa