PROXECTO EPÍSTOLA

----

TEMÁTICA: Don Manuel del León

Epístolas
2
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
Data Relación Remitente - Destinatario Orixe Destino [ O. ] [ T. ]
1949-00-00
Carta de Serrano Plaja a Seoane. 1949
París
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Serrano Plaja a Seoane. 1949 en 00/00/1949


París, 1949

Querido Seoane:

En su ya poco lejano día, recibí tu carta desde Inglaterra. Luego he sabido de ti por diversos amigos: Sabartés me dijo que te había visto y que sabía que te había ido bien en la exposición; que te habías comprado un pequeña imprenta y que no pensabas volver por Europa antes de dos años. Luego Pastor me ha confirmado casi todas esas noticias y me ha precisado que, en efecto, vendiste varias cosas en Londres y que dejaste otras apalabradas, como se dice, y, por tanto, de venta casi segura, y también que habías comprado una imprenta chica para hacer pequeñas tiradas de dibujos, etc. También me dijo que, según el creía, no pensabas volver por aquí hasta bastante tiempo. Esa noticia, repetida, me sorprendió un poco y por eso, si alguna vez me escribes, haz el favor de decirme cómo es la cosa. No porque naturalmente no seas dueño de hacer las cosas como mejor lo creas, sino porque como en principio habíamos pensado las cosas de otra manera, no sé si acaso hay para ti alguna novedad que modifique lo conversado. Me gustaría mucho que me lo dijeras o, en caso contrario, que también me confirmes lo que haya.
Por mi parte, he tardado más de lo que pensaba en contestarte, porque nuestro amigo Gascó Contell tardó en regresar de España más de lo que él mismo pensaba, según me ha dicho; porque yo mismo, por un cambio de liceo y por lo tanto de horarios, he estado estos primeros tiempos sin poder disponer de horas libres que coincidiesen con las indicadas para verlo; porque en dos ocasiones fui a verlo por la mañana y no tuve la suerte de encontrarlo. En fin, al cabo, le he visto y hemos hablado mucho. Y aparte de las cosas que me ha contado de España, sin querer soltar más prenda de lo nuestro, me ha pedido varias y repetidas y subrayadas veces que te escriba con urgencia y que te pida que, con urgencia, contestes sí o no. Hasta donde he podido comprender su prisa por tener esa contestación un tanto lacónica, me parece que en parte se debe a las razones que dices que con la Ilustración piensa ampliar muchas cosas, hacerlo todo en grande y especialmente lo de los números dedicados a otros países, que dice ya tienen proyectados un número sueco, suizo, noruego, danés, etc. Naturalmente, no sé hasta qué punto sea o no cierto. Por otra parte, acaso él, personalmente, Gascó, se siente en efecto con alguna posibilidad, después de su regreso de España, que le convierte en señor importante y que, por lo tanto, lo único que desea es saber realmente si sí o no vamos a hacer algo con el número argentino –dejando entender que él ya no puede estar pendiente de una sola cosa y que en cierto modo no puede perder mucho tiempo... Todo eso adornado con la salsa de amabilidad y marrullería de comerciante y buen hombre, al mismo tiempo, que tú le conoces. Por lo tanto, te digo lo que él me ha dicho sin, por mi parte, hacer la menor ilusión en cuanto a la urgencia con que tú puedas mover ahí las cosas.
En cuanto a la credencial, me dijo que hace tiempo ha salido. Hasta pareció asombrarse un poco cuando yo le hablé de esto, ya que me dijo que hacía mucho tiempo que la había mandado. Con ese motivo, me habló de algo que no entendí yo muy bien. Hizo una alusión vaya y que no aclaró lo suficiente, cuando yo le sugerí que lo hiciese, acerca de ese u otro documento en el que como ya sabía yo por error no figuraba mi nombre. No sé nada ni puedo imaginarlo. Si acaso tú sabes algo, ya me dirás de lo que se trata.
De mí, poco nuevo puedo contarte, ya que tú sabes como transcurre aquí mi vida. Sensiblemente, lo mismo que el invierno pasado. Ahora estoy trabajando un poco más por lo que tengo un poco menos de mal humor que otras veces. Ahora esta apareciendo mi novela Don Manuel del León en Europa. Quizá alcance a publicarla este mismo año en libro y si no, ya parece estar resuelto lo de su publicación para la temporada que viene. De mi libro de poemas, anda mejor de lo que yo suponía y he tenido alguna crítica interesante. Ahora está aquí Aparicio a quien veo con alguna frecuencia. Ángeles Ortiz me dijo ayer que está por llegar Torrallardona. Como ves, no se pierde el contacto con las cosas de ahí. ¿Cómo las has encontrado tú a su regreso? ¿Has visto ya a muchos amigos? Yo, en este momento, me dispongo a poner un poco al día la correspondencia con los amigos de ahí a los que, avergonzado lo digo, hace siglos que no escribo. Como por otra parte hacen ellos y ¡ay! también los Dieste de quienes no he tenido una sola [manuscrito:] letra, ¿sabes tú su dirección? ¿Van a continuar en Londres?

Abrazos de Claudi y míos para Maruja.

Arturo

[Manuscrito na marxe esquerda:] Escribe.

(Información do sobre:)

M. Luis Seoane
Hotel Saint-Michel
19, rue Cujas
París (5e)

Rem. A. Serrano Plaja
L Merigate. Poitiers (Vienne)

1950-01-00
Carta de Serrano Plaja a Seoane. 1950
París
Transcrición

Transcripción da epistola Carta de Serrano Plaja a Seoane. 1950 en 00/01/1950


París, 1-1950

Querido Seoane:

Inútil decirle que hace ya tiempo que quería escribirte. Inútil, por lo mismo, que es la pura verdad. Pero cada día hay alguna nueva preocupación, un nuevo inconveniente y así todo va quedando lamentablemente aplazado. Si a eso unes que de cosas prácticas nada podía decirte, tendrás explicado mi largo silencio.
He estado alguna vez con nuestro amigo-pez, por lo ocurrido, Gascó Contell. Tardó mucho en venir de España adonde de nuevo se fue al cabo de veinte días o poco más, de estar aquí. Las dos veces que conseguí verle, estuvo tan cordial como siempre y más anguila, si cabe, que nunca. Pero, con todo, a una cosa me respondió concretamente y es al decirme que con respecto a la credencial que te hacía falta, el mismo día –me aseguró bajo palabra de honor– que recibió tu carta, había hecho expedir el documento. Puede ser que sea así. Cuando te ataque a ti como hoy a mí la angustia epistolar y te decidas a ponerme unas letras, ya me dirás lo que hay de esto. Por lo demás no ya es que no soltó prenda alguna, sino que ni siquiera las dejó ver. Ahora está entusiasmado con la instalación en España –aunque el repinta su entusiasmo con un barniz de escepticismo que él cree muy disimulado y de buen tono– donde va a hacer ediciones de la Ilustración y qué se yo cuantas cosas. Desde luego, muy interesado en tener noticias de Buenos Aires, es decir, noticias tuyas aunque él no crea en América, estribillo que ya conoces. Y eso es todo. Precisamente, porque eso es todo, creo que no te he escrito antes. Ya que de no ser lo del envío de tu credencial (lo que sí he de creer en Gascó, hace mucho tiempo que está resuelto) no tenía nada que decirte con respecto a este.
Y de otras cosas, no mucho más tampoco. Aquí sigue mi vida monótona; he cambiado de liceo y estoy un poco mejor. Estos últimos tiempos ha pasado aquí mucha gente de Argentina, entre ellos Araoz Alfaro, a quien sabes que me une gran amistad, y por esa misma razón he estado más disperso que de costumbre. Ahora están aquí los Dieste, de regreso de Londres, y los Aparicio. Los Dieste no parecen tener planes muy determinados aunque por el momento creo que se quedarán aquí por lo menos unos meses. He visto a Colmeiro después de su regreso de España hace dos días. Al mismo tiempo, he tenido otras noticias de España. Todas se corroboran unas a otras y todos son para nosotros, o al menos para mí, sumamente desconcertantes aunque por otra parte, muy esperadas y muy de acuerdo a lo que previamente se pudiera pensar del problema. Si tuviera que resumir en una sola frase mi impresión, con todas la deformaciones que eso supone, mi opinión es que cada vez nos vamos aproximadamente más a la categoría, poco envidiable, de rusos blancos. Y lo que es peor que no se ven –o al menos yo no veo– no ya muchas, sino alguna manera de poder remediar a eso. Todo ello me hace sentir una inquietud cada vez más desagradable y que contiene dentro de sí, por lo mismo que ahora mi vida parece trazada con una estabilidad provisoria, pero estabilidad al fin, una posibilidad, vaga y que yo mismo no consigo analizar, de cambiar todo. No ya por intervención de mi voluntad, sino como presintiendo que aún sin ella algo me llevara a que sea así. En fin, como ves, un puro lío.
De noticias un poco más concretas y mínimamente agradables que, aparte de aparecer al fin, como creo que te había ya dicho, apareció también en Europa mi novela Don Manuel de León, en tres números y creo que saldrá en libro una vez pasado este verano. Dios lo quiera, ya que eso, siendo tan poca cosa, será algo.
Si alguna vez escribes, como yo quisiera, aunque no me atreva ni a pedírtelo de cara, por lo que yo he tardado en hacerlo, dame noticias vuestras en primer término, y también de los amigos comunes a quien veas: Varela, los Alberti, Baudi. Ah, como es otra noticia, no quiero desaprovechar la ocasión de dártela: mi casa de Alba ya tiene tejado nuevo y contiene una cama, una mesa y tres sillas. De modo que, cuando volváis, si os encuentro con valor para ello, ya sabéis donde podréis pasar temporadas o años enteros si os gusta.

Y nada más de no ser que este año 1950 te sea tan leve y agradable como para mí mismo lo quisiera. Muchos saludos a Maruja de parte nuestra y un gran abrazo para ti de

Arturo