Proxecto Epístola

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Data Título Orixe-Destino Tipo [ O. ]
Data Título Orixe-Destino Tipo [ O. ]
1963-05-26
Carta de Virgilio Garrido a Lois Tobío Fernández, 1963.
Montevideo - Madrid
epistola Orixinal - Transcrición

Transcripción da Carta de Virgilio Garrido a Lois Tobío Fernández, 1963. en 26/05/1963

Montevideo, 26 de Mayo de 1963
Querido Tobío: Le agradezco su interesante carta por la que me ha informado de la vida madrileña mejor que en los sucesivos números semanales de ABC, a cuya edición especial para el extranjero, me ha suscrito mi sobrino Emilio. Me basta con estos añejos textos, que yo miro absorto, y el cinematográfico título del WC de Zamora, para confortarme de que la Piel de Toro no haya sido dejada de la mano de d. (En las abreviaturas sigo el estilo de César).
Por aquí tampoco ocurre nada de particular, salvo la caída del peso y los escándalos que a diario les da la loca de la casa a nuestras dos asustadizas amigas: Julia y Elena. No pasa día en que no tenga yo que intervenir como juez de paz, y todavía mientras escribo, he de estar pendiente de lo que ocurra, pues ya se ha atrevido la criada a encerrarlas dentro de la casa, e impedir que llamen por teléfono pidiendo auxilio. Tema de película divertida, si no fuera por el tiempo que me roba.
Tal vez este Vd. enterado de la desairada situación en que se ha visto el embajador Sr. Conde Garcia con motivo de la invitación que hizo la junta Departamental de Montevideo a Sánchez Albornoz. En defensa de lo que mi ilustre persona representa, protestó enérgicamente de ciertas imprudentes frases que el exaltado historiador pronunció contra el venerado Caudillo. Algunos miembros de la Junta o diputados o senadores pidieron que fuera valorado persona no grata el representante de SE! El incidente ha sido liquidado con serenidad por el gobierno blanco; pero supongo que habrá que contar con lo que talle un sastre. Y su observante conocido ha ido para eso al Monte de las bellotas.
Hice en su nombre la suscripción y le enviarán por barco desde el seis de este mes. No he querido remitirle el anterior porque no me gustó un artículo poco reverente para esa máxima autoridad. Herrero quedó en pedir a Basilea que le dirijan a su nombre los sobres. Verdú me escribió el 15 de enero y su dirección era entonces en Núñez de Balboa 42.
He asistido a una función de la ópera china de Foo Hsing, que, a semejanza de la de Pekín, vista años atrás, es un espectáculo admirable para la vista, curioso para el oído y didáctico para la olvidada urbanidad. En el SODRE se ha dado este año comienzo a la temporada musical con inusitado despliegue de elementos jóvenes y obras nuevas. Hasta ahora no he oído nada que me llame la atención.
Entre los amigos recordamos a Vs. con afecto, deseando que les vaya bien en esa ciudad que para los uruguayos que la han visitado últimamente –Renée y su marido– encierra un original encanto. A pesar de todo, aún no siento suficiente nostalgia para ser atraído por ese espejuelo. Me conformo con mis impresiones que espero no dejaran de llegarme en esta lánguida existencia cada vez más robinsoniana.
Les abrazo a toda la familia estrechamente
Virgilio [sinatura autógrafa]

1963-08-18
Carta de Virgilio Garrido a Lois Tobío Fernández, 1963.
Montevideo - Madrid
epistola Orixinal - Transcrición

Transcripción da Carta de Virgilio Garrido a Lois Tobío Fernández, 1963. en 18/08/1963

Montevideo, 18 de agosto de 1963
Querido Tobío:
Empiezo mi carta refiriéndome al último párrafo de la suya del 13 de julio, diciéndole que si para usted resultó demasiado larga, a mí en cambio, me supo a exquisita y sucinta golosina que nos hace desear la continua repetición. He aprendido más de la estampa actual de Madrid en estas dos páginas que en todas las de los números semanales del 'ABC' que desde hace unos meses recibo, hojeo y paso a mi hermano que está siempre ávido de tener noticias de España.
El descubrimiento de usted por algunas de las cacareadas bellezas urbanas de la nueva corte, lo preveo desde que nuestra tierra está siendo preparada para halagar los gustos del rebaño turístico internacional. Esta es la causa principal que me contiene para no desear y ni siquiera prever un vuelo hacia el pasado hasta las tres penínsulas mediterráneas.
A Italia, en primer lugar, la ha desfigurado ya el cemento con sorpresiva máscara sobre la faz tragicómica de sus nobles piedras y su historia farsa en relieves de mármol impoluto.
La carcomida Grecia está desapareciendo con sus litografías en blanco y negro bajo el abigarrado cromatismo de las manadas de comerciantes con retinas al Radon.
Preveo que le ha llegado también a España la hora del sacrificio en el salón de las contrataciones bursátiles. A principios de siglo se cantaba en mi tierra: "Linares ya no es Linares –que es un segundo Madrid– Quién ha visto por Linares pasar el ferrocarril!?"
Para quienes hemos viajado a lomos de burro por entre campos tapizados de olivos que nos formaban la guardia como soldados ante la revista del general, atraviesas ahora la nación surcada por oleoductos, bajo el purísimo cielo rayado por aviones de combate, sería pavoroso y el mapa ibérico se nos presentaría cual si fuese el inmenso pañuelo para recoger nuestras irreprimibles lágrimas.
El propio cuadro urbano de Jaén, cuyas más recientes vistas acabo de recibir con el folleto del turismo que han tenido ustedes la amabilidad de enviarme, ha influido sobre esa pesadumbre que me viene de todo lo viejo soterrado por lo nuevo en la coqueta matronal Europa.
Por fortuna, cuando me disponía a elevar el tono elegíaco, se han presentado esos visitantes que le sacan a uno de sus casillas y hemos ido a ver "El angel exterminador", la más reciente película de Buñuel, una chifladura barroca y nada genial, júzguenla como quieran los intelectuales críticos de "Marcha".
Inmediatamente que recibí su carta telefoneé a la administración de dicho semanario y me aseguraron que se lo enviaban desde el día en que fue suscrito. Luego, la carta de María del Carmen a los Coello confirmó que ya lo estaban recibiendo; por eso no me apresuré a responder a la suya hasta el domingo pasado en que di comienzo a ésta, sin poderla terminar.
Reanudo al cabo de ocho días en el de la fiesta [?], y poco puedo añadir a las insulsas noticias que había de darle y que ya han perdido su leve premura.
Mantengo vivo entre nuestras comunes amistades el recuerdo de ustedes y todas se interesan por su salud, bienestar y acomodamiento en el renovado ambiente. En particular, los vecinos de la calle Pimienta, los Morató y la señora Olden, con quien he tomado (ya) el te en su pisito del edificio Panamericano, estupenda antesala de suicidas. La gentil Primavera vela sobre mi otoño y también (ya) me han presentado a una señora alemana de 84 años que se diría la novia soñada por Bismarck. Frau Lina Kocherthaler conoce España donde vivió algunos años; posee un cuadro dedicado de Sorolla, un retrato con afectuoso autógrafo de Einstein, un bargueño a prueba de borabas, dos tallas de unas vírgenes góticas que huelen a incienso todavía; diversas estampas y acuarelas de tipos gitanos; brillantes óleos de antiguos pintores con quienes no me trato y una vajilla de corte imperial.
Anoche cené con la dueña de estas reliquias, con Margaret y su guarda de corps y con un matrimonio de judíos alemanes, admiradores del Generalísimo. La comida fue sana y abundante, pero como me cuesta digerir ciertos platos hoy me duele le cabeza.
Y así va la carta. Espero siempre con vivo interés sus noticias y les agradezco las lindas cosas que de ahí me envian. Fuertes abrazos
Virgilio [sinatura autógrafa]

1968-02-17
Carta de Blanco Amor Eduardo a Paz Andrade. 1968
Barcelona -
epístola Orixinal - Transcrición

Transcripción da Carta de Blanco Amor Eduardo a Paz Andrade. 1968 en 17/02/1968

Barcelona, 17 de febrero de 1968


Querido Valentín:

Gracias por tu carta y por las gestiones. Yo entendí de tu anterior que Cerezales “proyectaba” esa sección pero no que la tenían ya en marcha. Mañana mismo le escribo.
Marina ya está bien, dentro de lo relativo; tienen que hacerle más adelante una segunda operación, pero ya es secundaria. Mi permanencia aquí, que pudo acortarse en un mes, obedece que me dieron un trabajo -corrección de estilo no siempre literario, para una casa de traducciones- que termina con el presente mes. Por cinco horas diarias y por dos meses me dan treinta y cinco mil pesetas que, con lo de Álvaro, me han permitido afrontar los ingentes gastos de esta enfermedad sin acabar con la pequeña reserva de la venta de mi piso, que quedó bastante diezmada; pero en fin, esta pobre criatura se salvó que es de lo que se trataba. Te cuento estas intimidades, por las que tú nunca preguntas sin duda para no herir la delicadeza de los demás, pero que sé que te preocupan. Si este trabajo fuese firme y no temporario, créeme que me quedaría a vivir en Barcelona, pues lo que tiene mi mente alertada -quizá en demasía- es la inseguridad, la dolencia peor a mis años, cada vez, como los de todos –o quizá menos a causa de la mayor vigencia de mi oficio –más indefendibles. Ya ves, lo más seguro que parecía la jubilación, hace seis meses que no me llega. (A propósito de esto. Una buena amiga que tengo en la Caja, en la Secretaría de su Gerencia, me dice que ni Baudizzone, ni Núñez intentaron nada; que la única gestión firme e insistente, aunque irá todavía para largo, es la del propio Banco Español, que tiene poder mío para cobrar estos haberes; supongo que se trata de mi ex compañero de trabajo, el secretario general del Banco, Monasterio, a quien yo enseñé, siendo cadete a mis órdenes, correspondencia bancaria, allá por el año 22. ¡Qué abismo! De manera que si les escribes diles que dejen el asunto, pues según me informa Emma -mi amiga y aliada- a lo mejor es contraproducente desde el punto de vista político, precaución universal que hay que tomar ahora allí para todo. Que se lo agradezco igual.
Aquí no he visto a ningún gallego -aparte la excelente, y ya tan viejecita, María Luz Morales, casi retirada del todo-. El amigo ese de Lalín -no me acuerdo el nombre- no creo que valga la pena; y el Presidente del Centro Gallego es un falangista de tomo y lomo, que ni siquiera tomó nota de la visita que hice a la sociedad y de la tarjeta que allí dejé.
El Centro, de Buenos Aires, me escribe proponiéndome como Delegado para la Asamblea constitutiva, en Orense, de la Federación Mundial de Sociedades Gallegas; hay una nota aparte en la que, con muchas reviravueltas y finezas se me ofrece devolverme, mejorada, la situación que en aquella casa tenía. ¿Qué les habrá pasado con el felón de nacimiento que mal lleva mis apellidos? Siempre pensé que a ese carpintero impaciente, tan ingrato con las venturas que le deparó el destino, lo socavaría su desmedida ambición que es siempre propia de las almas plebeyas. En fin, es asunto –el ofrecimiento- para pensarlo en serio. “Sólo cuando se ha secado el agua se conoce el valor del pozo”. B. Franklin. La Delegación, en compañía de mi siempre involuntario Dioscuro en estos asuntos, que es Paco del Riego, la aceptaré.
Tengo en marcha una pequeña gestión a ver si pesco -con la ayuda de Fernando Armesto- una colaboración en La Vanguardia. Ya escribí un artículo “para ver”, como dijo el Director. Hace unos años salía este aviso en la prensa de Buenos Aires. Muy frecuentemente “Pantalonera con muestra se necesita”. Esto es lo que menos me molesta. Me parece lo más natural del mundo que nadie me conozca aquí. También mandé, por gestión de Víctor, dos cosas a ABC. Tengo seis en La Voz de Galicia (como hace más de un mes, escribí a Isabel que me los mande devueltos; una cosa es pedir y otra mendigar); he publicado casi veinte “Fiadeiros”, algunos resultaron sensacionales; trabajé como un minero en la “corrección de estilo”... ¿Quién podrá decir que no lo intenté todo, a pesar de todo lo que me rodea, incluyendo las limitaciones del post infartum, antes de volverme a donde siempre he vivido sin tantos esfuerzos ni tanta mezquindad?
Siempre que te escribo, desde hace un tiempo, me propongo no contarte mis cosas personales y siempre me traiciono. Perdona, una vez más.
Y con mis afectos a Pilar, te abraza tu amigo

Eduardo


[manuscrito:]
Yo me voy de aquí el tres de marzo. Estaré en tres o cuatro días, luego seguiré a Orense. No sé si te di mi nueva dirección (en mi ausencia, mi sobrina nos mudó:)

Capitán Cortés 43, 2º

1971-10-11
Carta de Celso Emilio Ferreiro a Camilo José Cela. 1971
Caracas. Venezuela -
epístola Orixinal -